EL SEGUNDO PASO
Dios va tejiendo
las artes que conducen a la realización de las promesas. El paso de Zacarías
que Lucas pone en el primer lugar, era la preparación histórica del terreno, el
paso previo, el anuncio del heraldo que va delante para anunciar la llegada
inmediata del Mesías..
En un salto geográfico de ciento
cincuenta kilómetros largos, Dios va a hacer el paso decisivo. Nazaret era una
aldehuela sin nombre apenas, e incluso más despreciado que otra cosa. El dicho
popular era si acaso de Nazaret podía
salir algo bueno. Allí vivía una
joven, casi recién salida de la adolescencia, cuyo nombre ERA María.
No pertenecía a casta sacerdotal alguna. Estaba prometida en matrimonio a
un muchacho cabal, noble, trabajador, honrado, de quien no se nombra la
familia, pero sí se dice que pertenecía a la descendencia de David, oriunda de
Belén. El Evangelio lo designa como obrero,
artesano, carpintero. Hay algún
comentario que –no sé en qué se basa- que lo pone como de familia acomodada,
que regenta una herrería, tallar de cierta envergadura comercial, que
suministraba a Cafarnaúm de sus manufacturas. La verdad es que no hay ningún
dato objetivo que avale tal hipótesis. María,
en la tradición, era hija de Joaquín y de Ana, y queda avalada como la muchacha
que Dios eligió como LA MUJER prometida en el Génesis. No se sabe nada anterior
de su historia personal, aunque esas piadosas tradiciones que quedaron ahí en
el aire del boca a boca, había sido llevada de muy niña a la esmerada educación
que se les daba a determinadas jovencitas en el Templo de Jerusalén, llevadas
por aquellos sacerdotes y maestros de la ley.
Son esas cosas que teje la primera tradición, y que va ligada con la
bella fábula de darle allí mismo un futuro marido. Pero como no se podía pensar en que tal ángel
pudiera contraer un matrimonio normal, los evangelios apócrifos –tan dados a la
milagrería- cuentan como la presentaron ante un grupo de ancianos para ver quién designaba Dios como su futuro esposo. ¿Y por qué ancianos para una niña de 15
años? Porque así- pensaba aquella
cultura o aquella mentalidad, que quedaría salvaguardada su virginidad
permanente de la muchacha. [Poco acorde
con algún dato evangélico, cuando los perseguidores de la adúltera era
precisamente los próceres ancianos de Jerusalén…, que a la hora de la verdad se fueron yendo uno tras otros cuando Jesús
les hizo el desafío de que “el que estuviera sin pecado, fuera quien arrojara
contra la adúltera la primera piedra. No se ve que –por ancianos- fueran
unos varones sin concupiscencia]. Y en
la fábula correspondiente, aquel de los ancianos a quien floreciera el bastón o
vara de apoyo, ese sería el designado para esposo de aquella virgen tan
delicada.
Lo que ocurrió en Nazaret con María
(o Myriam en el modo hebreo), fue que allí donde estuviera –que el arte lo ha
querido plasmar con la joven en devota oración- como si Dios no tuviera más
momento que ese para dirigirse a una persona.
Fuera como fuere, Dios se le presentó un día a la joven María. Dice el
texto que fue el ángel Gabriel, ese que queda elevado a la superior “categoría”
de Arcángeles, por ser –junto a Miguel y Rafael- los tres únicos ángeles con
nombre propio, y especialmente ligados a misiones especiales de mucha cercanía
a Dios. [De ahí ese final de sus nombres: -el-,
que como el propio Enmanuel están
designando la profunda cercanía (y hasta muchas veces la identificación) con Dios
mismo.
Tenía así que ser Gabriel el que
anunció a Zacarías aquel día en el Santuario, y el mismo Gabriel quien se
presenta a María en Nazaret. Debió quedarse sin querer respirar porque encontró
a una muchacha sumamente delicada , y a la que venía a anunciar algo tan grande
que, es comprensible, era demasiado…, en la demasía
de Dios. Le iba a anunciar que LA MUJER del Génesis, la MUJER en pura Gracia de
Dios –la llena de Gracia (la agraciada)-
era Ella. Y que Dios la escogía nada menos que para hacer Dios mismo la entrada
en el mundo de los humanos… Que era Ella
la que tenía en sus manos esa realización sublime e impensable para una
doncella “tan simple”· de una aldea tan poco llamativa, la que iba a tener la
libertad de acoger al Descendiente
que aplastaría la cabeza de la serpiente del Paraíso. Y bien comprendía Gabriel
que aquello era un anuncio que debía hacer con suma finura y delicadeza.
Y así “entró el ángel” a donde
estaba María, y la saludó…
AVISO PREVIO: REFLEXIÓN QUE NO VA CONTRA NADIE NI CONTRA NADA:
ResponderEliminarEl Angel es un ser real, creado por Dios. Gusta mucho a los del mundo tratar de convencernos a los cristianos que ciertas cosas son "inventos". En este caso, el Ángel Gabriel existe y es un ser real que se presentó de parte de Dios a María, Virgen de Nazaret.
También informo que no es que haya entendido mal el artículo y esté puntualizando o corrigiendo al autor.
EliminarHoy sólo quiero decir gracias Dios mio, porque te amo, y te siento cerca en medio de mis dificultades. Bendito seas Señor por todo lo que me das. No me quejo por nada de lo que vivo. Te amo Señor, tu eres bueno y justo.
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