INOCENTES
Lo que hoy
celebra l Liturgia son esos otros mártires que son masacrados precisamente
porque ha nacido Jesús. Porque la ambición de un loco y enfermo de poder, no
tuvo empacho de acabar con la vida de unos infantes, bajo la simple sospecha de
la posibilidad de que dañaran su poder, sus privilegios, su tiránico dominio.
Es evidente que la primera mirada
se nos va a los niños que pudieron nacer y fueron igualmente masacrados (118,000
en 2011) por la brutalidad conjunta de unas mujeres que podrían llamarse
madres; por la ambición de los poderes –políticos, económicos, “sociales”, “feministas”,
mafiosos- que ocultan detrás la inhumanidad de muchos Herodes que sólo
defienden su oscuro “poder”.
Pero no me quedaría yo ahí. Porque
esas matanzas están también colgando de la turba canalla de negocios adyacentes,
que van desde un periodismo destructor de valores esenciales, pero que se han
situado de parte de las ganancias espurias que mueven a la pérdida de la moral,
de la vergüenza, de la ética profesional…; a una masa informe de seres que se
llaman humanos pero que han bajado más abajo que los animales, convirtiendo el
sexo en juego de distracción –que acaba siendo macabra- y en esa “suciedad”
constituida por el placer, el dinero, la pornografía, la destrucción de la
dignidad propia y ajena.
Y otros inocentes en otros campos
de la vida, a los que les han matado las ilusiones: una juventud (una
generación entera que se ha perdido ya), sin futuro, sin perspectiva, sin
estímulos, sin esperanzas. E incluyo esas muertes a fuego lento de generaciones
jóvenes a quienes “los probos mayores” les cierran el paso, porque –ambiciosos como
Herodes- esos mayores no ceden “sus derechos”, “sus méritos adquiridos”, su falsa
“supremacía” de la edad (a la que –desde luego no hacen ningún honor, sino que
la desprestigian con esa soberbia de casta intangible…)
Inocentes ancianos “aparcados” por
sus familias, por “nuevas generaciones” autosuficientes…, más de una vez en los
propios “hogares”, pero dejándolos tiritando de afectos, de acogida, de
consideración a sus limitaciones, sin voz ni voto, y realmente maltratados
afectiva y psicológicamente. Esos
mayores a los que se les niega el derecho de ser y de opinar, porque otros “más
listos” han descubierto ahora el Mediterráneo…, ese mar que surcaron los
mayores para hacer sobrevivir a los señoritos que hoy creen saber más que
nadie.
Inocente mundo del trabajo,
envenenados por los que dicen defenderlos, pero que engordan al cerdo para
luego matarlo y sacarle mejor provecho.
Los trabajadores –inocentes del engaño que sufren- se quedan en la
estacada, o son lanzados a las calles como carne de cañón y “sus defensores” celebran su triunfo personal
y engordan sus bolsillos.
Inocentes familias que son
desahuciadas de sus hogares, porque “el negocio” lo pide, las leyes lo permiten,
y los poderes económicos y políticos juegan sus bazas a costa de los débiles.
Y no dejo de pensar en los
políticos honrados, con conciencia, que se les va relegando al ostracismo
porque no entran por el falso juego de que la política todo lo justifica.
Mi lista de hoy no es
exhaustiva. Detrás –o delante- podrán
muchos poner a los otros inocentes que –precisamente porque son gentes sin
malicia ni manos sucias- son tratados como tontos de la vida a los que se les
puede quitar de en medio para hacerse los “listos” un lugar mejor. Que se lo
pregunten a muchos valiosos que opositan para una misión médica, jurídica, puestos
para los que están mucho más cualificados…, o sencillamente para poder formar
un hogar o dar de comer a una familia ya constituida…, pero que no “cubren el requisito”
de un “dedo” que les aúpe o un carné que
les avale.
¿Seguimos la lista? ¡Bien que se puede! Y podremos contra no ya 118,000 fetos
masacrados, sino 118 millones de hambrunas, de pueblos robados, quemados,
desplazados, abandonados a su suerte…, a su desgracia habrá que decir mejor…,
porque esos no son rentables en el tablero criminal de un mundo sin humanidad.
Y no he querido poner a los
creyentes en Dios y en Cristo, también ridiculizados y postergados en tertulias
públicas, en la ignorancia de meritorio hacer, en la inmensa labor social (y a
la vez de grandes ventajas económicas para la sociedad y el Estado)…, por el
delito de ser personas de bien, de principios inalterables, de valores humanos
y cristianos, que no se casan con el diablo…, que no pueden ser manipulados por
la jerga de los “liberados” de hoy…, “los superhombres del siglo XXI”, capaces
ya por sí mismos de hacer hominoides en laboratorio…, ¡e incapaces de crear una
simple hormiga!
Rindamos culto a todos esos
inocentes que son destruidos por las espadas de los Herodes redivivos que
brotan hoy de debajo de las piedras.
Efectivamente P. Cantero, muchos "Herodes" y muchos "inocentes" en esta época. Y si duda, el apartar a Dios de la vida del ser humano es lo que conlleva. Hemos constituido una sociedad en la que no queremos que esté Dios, al que se ha aislado como si fuere algo ajeno al hombre, algo que "molesta", que impide el desarrollo de las "libertades" del ser humano, cuando sólo desde Dios nos desarrollamos en la plenitud humana y es cuando adquirimos rangos de libertad y de desarrollo. Como cristianos, como creyentes, hemos de orar y también hemos de actuar. Sin aspavientos, sin bravuconerías, es más sin... hacer ruidos, pero desde nuestra coherencia de vida con el Evangelio, debemos ser personas que hagan que esos "inocentes" contemporáneos, se cuestionen sus vidas desde un Padre que da la VIDA y que nos hace vivirla en plenitud, sin trabas, sin ñoñerías que se nos atribuyen para ridiculizar lo que probablemente se "envidia", por quiénes tratan de hacernos ver y sentir a los que creemos en Dios como seres anquilosados, especie en extinción y obsoleta que en nada está en línea con la "modernidad" de los tiempos.
ResponderEliminarNada más grande que la vida; Dios nos da la vida humana para que gocemos de la VIDA eterna.En este día pido al Señor para que los humanos valoremos la vida desde el mismo momento del "ser" y que sólo cobra plenitud desde la aceptación de que somos Hijos de Dios (no de un Dios "sancionador", punitivo, sino de un auténtico PADRE) y no desde la aceptación de los "Herodes" que nos quieren envolver en sus garras.
Apocalíptico... Y éso que no menciona la matanza mental y económica que de tantos inocentes viene haciendo la Iglesia de casulla bordada en oro.
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