HJITOS, ES LA ÚLTIMA HORA
Así dice hoy San Juan en la
carta suya que leeremos en la Misa. Y desde que yo la descubrí -recuerdo que en un Retiro que di a la
Comunidad de mi hermana (hace ya muchos años), es una expresión que me
martillea cada final de año. Y me toca desde diversas vertientes de mi consideración. Una, que caería de su peso,
sería la que Juan me da el aviso o toque final.
La vida, como el año, tiene su punto final. Y la ventaja es que se me
avisa, y que hay aún tiempo -si Dios
quiere- para rectificar.
Fue, durante muchos años el leiv
motiv de esos Retiros reflexión que se solían enfocar con cierto masoquismo
sobre el pasado, que yo he padecido y
que yo he producido, que consistían en un recorrido de las cosas que no se
hicieron bien en ese último año.
No deja de tener una parte
acertada. Los comerciantes hacen también
sus balances inventarios, que no son sólo de ganancias y aciertos sino de
pérdidas o de inversiones inútiles que le trajeron pérdidas o rémoras al
desarrollo de su negocio. Por tanto tampoco es una aberración tener en cuenta
esa parte de nuestro año ya a punto de cerrar.
Hay cosas que desearíamos no haber hecho, o haberlas hechos de otra
manera. Y avisados ahora que es la última hora, merece la pena
replantear para un futuro mejor. Y en ese sentido, invito a que hagamos ese
balance de la vida del año que acaba.
¿Qué me gustaría que no hubiera
sido?, ¿qué desearía yo haber hecho de otra manera? Evidentemente esto deja ya el masoquismo de
auto-flagelarse “por lo malo que he sido”,
pero lleva la prudencia de los inteligentes, o el propósito de enmienda de los honrados y creyentes. Lo que no es
honrado es mirar para otro lado…, y que todo siga igual. A algunos blogistas (y yo me incluyo),
no nos vendría mal esta catarsis purificativa.
Ya quisiéramos que nuestros
políticos supieran hacer balances sinceros para enderezar rumbos en vez de pata echarse incienso de lo
bien que lo hacen. Una autocrítica es lo propio de quienes quieren mejorar.
Simultáneamente esa última hora anunciada por Juan es una
profunda llamada a la acción den gracias:
¡hemos vivido muchas horas, y hayan sido como hayan sido, siempre
estuvieron protegidas por el paraguas de Dios, que estuvo ahí dándonos la vida! Y bien merece convertir este día en acción de
gracias a Dios, por tanto bien como hemos recibido,
Otra versión de esa expresión de
San Juan es toda mirando adelante, Enterramos ya los meros golpes de pecho, y
nos ponemos a construir, que es l o que procede, porque vivos en la confianza
de que Dios nos siga dando vida (siga contando con nosotros), y lo que procede
es mirar con ilusión la nueva oportunidad… No con un idealismo absurdo o con un
sacudirse las pulgas irresponsable.
Cuando se hacen balances en los comercios es para caer en la cuenta del
proceso de ventas y stok paralizados en
las estanterías, para corregir errores y para planificar un nuevo año. Y cuando
el comerciante es lógico (que es lo propio de gente inteligente), buscará la
manera de darle salida a lo estancado, aunque sea en forma de malvender…, de
perder algo…, pero en orden a una mejor liquidez en la Caja. Que muchas veces
es mejor saber perder para poder ganar. No es nuevo ese pensamiento: ya lo dijo
Jesús, refiriéndose a realidades de la vida y en la búsqueda de una mayor sinceridad
en el ”negocio” de vuestra alma.
Por eso no es inútil tomarnos en
serio esa palabra del evangelista y discípulo del Señor, y hace una mirada
honradamente inteligente…, una parada para revisar ciertas cosas, y poder
reiniciar un año con unan ilusión bien fundada en que hay cosas que pueden ir
mejor.
Vamos a citarnos en ese “lugar
común”…, vamos a dejar hoy un espacio den “desierto” interior, y vamos hacer
inventario. Como nadie nos ve de aquí abajo, vamos a ser capaces de llamar a lo
blanco, blanco; a lo negro, negro; a lo
gris, gris. Y vamos a salir
reconfortados y animados (con bases sinceras) para decir: esto lo
hice mal; en esto me encasquillé como un
niño tonto y mal educado; en esto puedo
hacer tal cosa, en esto he acertado y debo seguir por este camino, Y cuando
se es clarividente –y se tiene una dosis de humildad filias y fobias se
detestan y arrojan a la gehena de fuego para que se deshagan allí. Y otras cosas, en el crisol de la verdad, se
podrán purificar para que, aun no habiendo sido malas, puedan ser mejores-
Hoy es un buen momento para hacer balance del año que ha pasado y propósitos para el año que comienza.Buena oportunidad para pedir perddón por lo que no hicimos,por el amor que nos faltó y buena ocasión para dar gracias por todos los beneficios recibidos del SEÑOR.
ResponderEliminarEl tiempo del que cada uno de nosotros disponemos es corto,pero suficiente para decirle a Dios que amamos de corazón y para dejar terminada la obra que el Señor nos haya encargado a cada uno.Por eso nos dice San Pablo:ANDAD CON PRUDENCIA,NO COMO NECIOS,SINO COMO SABIOS,APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO,PUES PRONTO VIENE LA NOCHE,CUANDO YA NADIE PUEDE TRABAJAR.
Todos,nos deseamos un año lleno de felicidad.
Un año bueno para un cristiano no es aquel que viene cargado,de una felicidad natural al margen de Dios.
Cualquier año puede ser"el mejor año" si aprovechamos las gracias que Dios nos tiene reservadas y que pueden convertir en bien,la mayor de las desgracias.
Pidamos a la Virgen la gracia de vivir este año nuevo luchando como si fuera el ultimo que el Señor nos concede.
Ciertamente, hemos de reflexionar a la luz del Evangelio sobre nuestros comportamientos, actitudes, debilidades... Y sin ánimo de ser derrotistas, ni de caer en la humildad forzada ni del negativismo, procurar tomar consciencia de nuestros errores ante el Señor y los hermanos y no hacer sólo un diseño "teórico" de rectificación, sino un claro propósito de enmienda desde nuestra conducta del día a día.
ResponderEliminarDios conoce nuestros corazones y es ante El, ante quien debemos despojarnos de todo y hacer una reflexión serena, sin miedo a "ir de frente" ante el Señor, pues de esa autenticidad ante Dios es desde donde hemos de partir. Quien pretende sembrar no se ha de limitar a echar la semilla, sino a arar el terreno, a quitar las hierbas malas, y cuando el terreno está preparado... sembrar. En mi caso particular, quiero preparar el terreno para sembrar (duro y arduo trabajo el que me queda) y al final del año, hacer balance de la cosecha recogida. Dios sabrá valorar nuestros frutos o nuestra cosecha perdida.
Por último, agradecer en este fin de año al P. Cantero por su constancia, por su buen hacer y por acercarnos el Evangelio (orado) diariamente (además, por supuesto, de su labor pastoral). Dios se nos acerca de muchas maneras y este blog no es un fin (a mi humilde entender), sino un medio que nos ha de llevar a El. Igualmente, mis mejores deseos para el próximo año a todos aquellos que participan en este medio de manera activa o bien desde la lectura (todo vale si es para bien de Dios).