DOMINGO 5º DE PASCUA
Es muy claro que el tema esencial
de este día está en el Evangelio. Un pueblo como el judío, done cada familia
tenía una vid y una higuera como signo de prosperidad, este lenguaje o
explicación de Jesús era muy fácil de seguir.
Lo evidente e indiscutible es que un tronco de vid era el que sostenía y
vigorizada sus ramas extendidas. Que en
tanto esas ramas tenían vida en cuanto estaban unidas al tronco de la vid. Y que si un sarmiento de aquellos era cortado
o se tronchaba, el sarmiento quedaba seco y solamente útil para hacer fuego.
¿Tenía mucho más que explicar Jesús
para hacerse entender? La bastaba decir:
Yo
soy la Vid y vosotros los sarmientos.
Y en tanto tenéis vida en vosotros en cuanto permanezcáis unidos a Mí,
la Vid o tronco principal, que os da la savia, que os sostiene y hace fecundos
para que deis fruto. En la vida de una
planta, hace falta la poda que quita las ramas inútiles para que todo el vigor
llegue a las útiles y sanas. Por eso
seréis ramas vitales cuando también paséis por la poda de todo aquello que
puede crecer en vosotros dañoso para vuestra salud espiritual. Es la poda
necesaria. Aunque sea costosa. Que en
esa poda puede ser indispensable hasta cortarse
la mano que lleva a estropear la rama destinada a dar fruto.
San Juan nos habla de la CONCIENCIA
(=con ciencia) que es la que nos va diciendo qué ramas deben permanecer y
cuáles cortar o podar. Ese es el tema que debe pensarse. Una conciencia atrofiada, carente de “ciencia”
espiritual, de seguimiento cercano, se duerme, se atrofia, no aporta nada, no es espejo que refleje a Dios en el alma de
la persona. Y ésta sería la mejor
explicación de lo que es la Conciencia.
Una persona que no tiene una revisión frecuente del fondo de su
conciencia (y para eso está la Confesión frecuente), es una persona que acaba
por tragar todo como si no pasara nada.
Y tendremos el típico: Yo no tengo
pecados, que es la denuncia más fuerte de una conciencia dormida…, es decir:
de una falta de conciencia. Y cuando el espejo se rompe y no refleja a Dios
dentro de uno, ha quedado como sarmiento separado de la Vid.
La primera lectura nos ofrece los
dos aspectos: el de ramas que se han de
podar, como en la persecución y expulsión de Pablo, y la vid frondosa de aquel
período de paz y prosperidad de que goza la Iglesia en Judea, Samaría y
Galilea.
Día de LA MADRE
Bien merecido tienen las MADRES que
un día siquiera esté dedicado a agasajarlas y reconocerles su inmenso mérito de
la maternidad…, su inmenso valor de MADRES.
Un día en que se les obsequie como fiesta y reconocimiento. Pero estoy seguro que habrá muchas madres que
hoy estén desliando su regalo, comprado en un comercio, con cierto dolor
interno de que OTROS REGALOS más íntimos puedan faltarles. Porque comprar un obsequio es fácil.
OBSEQUIAR, reconocer, ayudar, meterse en su piel, en sus íntimos deseos, en sus
verdaderas necesidades, casi diríamos en sus hondos secretos, ¡eso es más
difícil! Una madre puede no carecer de
nada material, ni aún de joyas. Y más de
una vez experimentará la soledad de NO TENER
a sus seres queridos, porque pueden estar allí…, pero no estar EN ELLA…,
no ponerse en su lugar.
Por la otra parte, MADRES que lo
son biológicamente, pero no se dan como madres.
Que pueden tener hijos, pero que no tienen su central realización
personal en su maternidad. Que otras
tareas o “cosas” le llevan más su atención.
Que hay hijos que así sienten carecer de madre.
Y hago un recuerdo doloroso y
caritativo hacia… las que no son madres porque antes de serlo arrancaron de sus
entrañas a los que podían haberle llamado MAMÁ.
Virgen María, Madre de Jesús,
Madre nuestra. A ti va hoy nuestro beso de hijos. Que no te falte el beso de
ninguno. Que cada hijo tuyo, engendrado
con dolor en la Cruz, sepa hoy llevarte a su casa, y honrarte con amor de hijo
y obsequiarte con ternura de niño.
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