Me viene ahora al pensamiento una frase dicha por el Señor, y que siempre me ha tocado profundamente.
«No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.(Mt 7,21)
¿Se contradicen Pablo y Mateo?
No.
Sólo que si le digo a Jesús, "Señor", que lo es, la acción del Espíritu Santo se manifiesta en los frutos. En el cumplimiento de la voluntad de Dios. ¿Y cual es esa voluntad? Pueden leer a continuación en San Mateo. Jesús lo explica con una hermosa parábola.
¡VEN ESPÍRITU SANTO, AQUÍ TE ESPERO, DESEO ESTAR LLENO DE TI, PARA QUE TU ME SANTIFIQUES, Y ME USES COMO SIERVO INÚTIL PARA EL BIEN DE MIS HERMANOS. ¡OH MARÍA, A TI TE INVOCO EN ESTE DÍA, Y TE OFREZCO LO MÍO PARA QUE TU LO ENTREGUES A JESÚS TU HIJO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡GRACIAS POR COMENTAR!