20 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Los cristianos, especialmente en
Cuaresma, están llamados a vivir coherentemente el amor a Dios y el amor al
prójimo. Así lo ha recordado el santo padre Francisco durante la homilía de
esta mañana en Santa Marta. Por otro lado, el Papa ha advertido sobre los que
envían un cheque a la Iglesia y luego son injustos con sus trabajadores.
“El pueblo se lamenta delante del Señor porque no escucha sus
ayunos”. De este modo, el Papa ha hablado durante su homilía del pasaje de
Isaías en la primera Lectura. Y así ha subrayado que es necesario distinguir entre
“el formal y el real”. Para el Señor “no es ayuno no comer carne” y
después “pelear y explotar a los trabajadores”. Por esto Jesús condenó a los
fariseos porque hacían “muchas observancias externas, pero sin la verdad del
corazón”.
Sin embargo, el ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas
injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. “Este es
el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo, una observancia
externa, sino que es un ayuno que viene del corazón”, ha explicado.
Además, Francisco ha indicado que “en las tablas de la ley está la
ley hacia Dios y la ley hacia el prójimo y las dos van juntas. Yo no puedo
decir: ‘Pero, no, yo cumplo los tres primeros mandamientos… y los otros más o
menos’. No, si tú no haces estos, esos no puedes hacerlos y si tú haces eso,
debes hacer esto. Están unidos: el amor a Dios y el amor al prójimo son una
unidad y si tú quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla delante
de Dios y también con tu hermano, con el prójimo”.
Y como dice el apóstol Santiago, puedes tener mucha fe pero si no
haces obras, no sirve de nada. Por eso el Papa ha advertido que uno puede ir a
misa todos los domingos y comulgar, y se puede preguntar: “¿cómo es tu relación
con tus trabajadores? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo?
¿También pagas la contribución para la pensión? ¿Para asegurar la salud?”
Al respecto, el Santo Padre ha advertido sobre esos hombres y
mujeres de fe que dividen las tablas de la ley: ‘sí, sí, yo hago esto’ - ‘¿pero
tú das limosna?’ - ‘sí, sí, siempre envío el cheque a la Iglesia’ - ‘Ah, muy
bien. Pero a tu Iglesia, en tu casa, con los que dependen de ti --ya sean
hijos, abuelos, trabajadores-- ¿eres generoso, eres justo?’ “Tú no puedes
hacer ofrendas a la Iglesia sobre los hombros de la injusticia que haces con
tus trabajadores. Esto es un pecado gravísimo: es usar a Dios para cubrir la
injusticia”, ha advertido.
De este modo, el Pontífice ha indicado que esto es lo que el
profeta Isaías en nombre del Señor hoy nos hace entender: “No es buen cristiano
el que no es justo con las personas que dependen de él”. Y no es buen
cristiano, ha añadido, “el que no se despoja de lo necesario para él para dar
al que lo necesita”.
Asimismo, Francisco ha afirmado en la homilía que el camino de la
Cuaresma “es esto, es doble, a Dios y al prójimo, es decir, es real, no es
meramente formal. No es no comer carne solamente el viernes, hacer algo, y
después hacer crecer el egoísmo, la explotación del prójimo, la ignorancia de
los pobres”.
Al respecto, el Papa ha querido poner un ejemplo: hay quien si
necesita curarse va al hospital y como es socio de una mutua es atendido
enseguida. “Es algo bueno, da gracias al Señor. Pero dime, ¿has pensado en
aquellos que no tiene esta relación con el hospital y cuando llegan deben
esperar 6, 7, 8 horas? también por una cosa urgente”, se ha preguntado.
Y así, el Papa ha reconocido que hay gente aquí, en Roma, que vive
así y la Cuaresma sirve para pensar en ellos: “¿qué puedo hacer por los niños,
por los ancianos, que no tienen la posibilidad de ser visitados por un
médico?”, que quizá esperan “ocho horas y después te dan turno para una semana
después”. “¿Qué haces por esa gente?” “¿cómo será tu Cuaresma?”
Por otro lado, ha preguntado si en esta Cuaresma hay sitio en el
corazón “para aquellos que no han cumplido los mandamientos”, “que se han
equivocado y están en la cárcel”. Si tú no estás en la cárcel --ha advertido el
Papa-- es porque el Señor te ha ayudado a no caer.
Finalmente, el Pontífice ha pedido al Señor que nos acompañe en
nuestro camino cuaresmal para que la observancia exterior corresponda con una
profunda renovación del Espíritu.
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