La “AUTORIDAD”
Los textos fundamentales del
domingo -1ª lectura y Evangelio- nos llevan a ese terreno de LA “AUTORIDAD”. (Y
la escribo entrecomillada porque es mucho más que lo que la expresión
castellana dice por sí misma).
En Deut. 18, 15-20 Moisés es el amigo de Dios. Es el que
tiene la autoridad cuando se comunica con el Pueblo. Pero Moisés es mal orador,
y Dios le da un “profeta” (uno que hable en su lugar), que trasmita al pueblo
las palabras de Moisés. “Pondré mis
palabras en su boca y les dirá lo que yo les mande”. Aarón tiene una
autoridad delegada, en tanto que va a ser el altavoz de Dios (o de Moisés),
trasmitiendo al Pueblo las palabras que se le comunican.
En Mc 1, 21-28, lo que admira a los judíos es que Jesús
habla CON AUTORIDAD. No tiene que citar “autoridades”, no tiene que apoyarse en
otros dichos de otros. Habla Él mismo y habla lo que Él mismo tiene que hablar
trasmitiendo Palabra de Dios. Y a aquella gente, acostumbrada a la pobreza de
explicación de los fariseos (que se limitaban a leer la Escritura y repetir lo
leído), les resalta Jesús que dice por sí mismo y dice cosas nuevas, y explica
y desglosa, añada y suprime.
Por si no bastaba, cuando surge el enfrentamiento con el
poder diabólico en algún poseso, la autoridad y fuerza de Jesús es patente
porque manda y le obedecen: “Cállate y
sal de él”, ordena a aquel mal espíritu que pretendía dominar a Jesús
nombrándole como “Santo de Dios”. “Cállate
y sal de él”, y el espíritu hace un gesto inútil de falsa autoridad y sale. Y
la gente se queda asombrada y se reafirma en esa autoridad de Jesús, que no es la autoridad postiza de quien se
yergue como jefe, sin serlo, sino algo que lleva dentro y que le sale
espontáneamente.
Hay autores que explican esa autoridad por la etimología derivada de la palabra AUTOR. Jesús no
es un “repetidor” de expresiones bíblicas ni de costumbres judías. Jesús es
AUTOR. Crea; es como ese paterfamilias que saca
de su arca cosas nuevas y antiguas. Todo el Sermón del monte, con las
Bienaventuranzas y la exposición nueva de los mandamientos de Dios, es pura
creación: JESÚS ES AUTOR.
Sus parábolas, construcciones sobre la marcha para hacerse
entender –a veces con una belleza y riqueza singulares- son obras de un
verdadero AUTOR. Jesús, en efecto, crea y trasmite una riqueza de pensamiento,
y de formulación a la que las gentes ni estaban acostumbradas. Por eso les
llama tanto la atención que procediera y actuara con autoridad.
La autoridad que da hablar EN VERDAD, de no andarse con disimulos;
de LA SINCERIDAD con que procede (nadie me
puede argüir de pecado; si he hablado mal, di en qué, y si no, ¿por qué me
pegas? En Jesús NO HAY JUSTIFICACIONES (que son la mentira camuflada; la
piel de cebolla para aparecer distinto a como se es). Jesús se juega la vida en
aras de la verdad. Pudo bajar de la cruz, pero hubiera sido una “marcha atrás”,
una falsa moviola de su vida. Y Jesús se tragó el amor propio y quedó como
quien no podía bajar. Y es que, de hecho, en su verdad sin subterfugios, no podía bajarse.
Si hoy queremos que todo esto sea verdadera homilía, el
encuentro de cada uno con la Presencia real de Jesús en la Comunión, no está
obligando a un revulsivo notable en nuestra VERDAD, SINCERIDAD (no existen ni “mentiras
piadosas”, en nuestro afrontar nuestra realidad sin justificaciones ni parches).
Hay una tarea por delante.
En este día que nos incita a la sinceridad en palabra y obras, te pedimos, Señor, por
ResponderEliminar- La Iglesia y por el Papa, para que sean siempre trasmisores de la verdad sin disimulos. Roguemos al Señor.
- los dirigentes políticos, sindicales, sociales, de España, para vivan y comuniquen la verdad sin engaños, Roguemos al Señor.
- los magnates políticos y económicos del mundo entero, para que no infesten con sus políticas falsas a los pueblos y a los individuos, Roguemos al Señor.
- nosotros mismos, que debemos ser verdaderos, sinceros, sin disimulos ni falsas justificaciones, Roguemos al Señor.
- todo el pueblo español, en la encrucijada actual, para ser sensatos y no viscerales, al plantear en futuro de nuestra región y nuestra Patria. Roguemos al Señor.
Concédenos, Padre, una autoridad propia de cristianos, que buscan la verdad por encima de toda otra cosa, para llegar a Ti que eres la verdad completa.
Por Jesucristo, N. S.