HOY ES PRIMER VIERNES,
y hay Reunión del Apostolado de la Oración a las 5’30 de la
tarde
del GRUPO DE LA IGLESIA DEL SAGRADO
CORAZÓN, DE MÁLAGA,
con ORACIÓN A LAS 7 (ante el Santísimo),
y SANTA MISA a las 7’30.
Con Jesucristo o sin Él
Es una coincidencia llamativa que las dos intenciones que
pone el Papa para este mes sean dos temas del texto de Hebreos [13, 1-8] que
hoy tenemos en la 1ª lectura: de una parte, la preocupación por los presos;
de otra, el matrimonio.
De los presos nos
pide un recuerdo; y no un mal recuerdo, un recuerdo condenatorio o despectivo,
sino llevándonos a personalizar el sentimiento como si estuvierais presos con ellos. Y bien pueden hacerse cargo
de eso aquellas familias que sufran en e alguno de sus allegados, alguna
situación de ese tipo. La carta a los Hebreos, como el Papa, expresan su
sentimiento por esa dolorosa situación. El Papa se centra de forma especial en
los jóvenes presos, para quienes desea una rehabilitación de la persona y la
posibilidad de reconstruir su vida.
También está el tema de los matrimonios, y en la carta a los Hebreos se pone el acento en
el matrimonio en sí mismo, que debe ser respetado y no mancillado. Porque el
problema no es la institución matrimonial sino los componentes, los cónyuges,
muchas veces inmaduros o poco respetuosos con la dignidad del hecho conyugal.
El Papa pide actitudes de acogida para los cónyuges que rompieron su vida
matrimonial, y pide a la comunidad cristiana evitar todo sentimiento de
rechazo; o para decirlo en positivo, ACOGIDA Y APOYO.
El Evangelio
(Mc 6, 14-29) es el que cabía esperar tras el envío de los Doce a la misión
apostólica: un evangelio que no habla hoy de Jesús, porque Jesús y los Doce
constituyen una unidad tal que, al no estar los apóstoles, el evangelista se va
a contar un hecho paralelo pero en el que no está Jesús.
Y eso es
significativo y estimulante. Porque Jesucristo forma ya una “simbiosis” tal con
sus cristianos como la relación misma de los miembros de un solo cuerpo. O
estamos todos unidos o Jesús no puede estar en medio. Y hablaremos de las
pasiones de Herodes, embriagado, perdido en su sensualidad, carente de personalidad…
Hablaremos de cualquier cosa y nos perderemos en cualquier tema, pero lo cierto
es que no andará Jesús por medio.
No es
casualidad; está pretendido por el evangelista. Y con ello nos está dando una
lección básica. Sólo en la medida que hagamos una vida que confluye con la vida
de Jesús, Jesús estará en medio de nosotros. Cuando son otros los temas que nos
embargan, las preocupaciones que nos ciegan y nos reducen el sentido, Jesús no
sale por ninguna parte.
Muchas veces
acuden al sacerdote personas que están atormentadas por alguna otra cosa –sus propias
pasiones- y querrían poder quitarlas de su vida. Pero como quien escarda unas
malas hierbas, con el almocafre sobre tales defectos. Y no obtienen resultados. A los tales procuro siempre
cambiarles el chip y llevarlos a otra consideración: ¡Cuál es la oración de encuentro con Jesús en el Evangelio? A veces
se creen no atendidos en su obsesionado problema personal. Y sin embargo
intento llevarlos al núcleo: no es “Herodes y sus pasiones” quienes pueden
ocupar “el centro”. Ahí está faltando introducir de lleno a Jesucristo y
hacerlo centro de la propia atención.
Herodes sabía que Juan Bautista era un hombre cabal, justo y santo; pero se dejó ganar por el odio de su esposa y no lo defendió.De la misma manera,nosotros, dejándonos llevar por habladurías, hacemos el mal y perjudicamos a personas de vida intachable...También nosotros conocemos a Jesús, lo escuchamos, como Herodes escuchaba al Bautista; pero tampoco somos capaces de cambiar nuestra vida...Pues, si nuestra fe no se exoresa con obras y nuestras obras no hablan de lo que pensamos,sentimos y creemos, igual que Herodes, somos capaces de matar a Juan Bautista y de crucificar al Mesías.
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