jueves, 11 de octubre de 2012

Paradojas y dilemas


CRISTO Y HOMBRES
          Confieso lo difícil que es la labor pastoral. Porque es el continuo tirar de la brida de la derecha y de la izquierda con ese delicado tacto en el que nunca prevalezca tanto el acento en una parte que se pierda de vista el otro.  Porque san Pablo está reprochando claramente a los cristianos galatas que se apoyen en e cumplimiento de obras para ser salvos, cuando él les ha mostrado a Cristo, que es quien realmente y únicamente salva. Y a eses cristianos llega a reprocharles su insensatez. In-sensato equivale a falto de sensibilidad, a carente de juicio para discernir, a claudicación ante el error.  Y les dirá después: ¿Tan estúpidos sois?  Verdaderamente lo que le duele a Pablo es que habiéndoles presentado la Persona de Jesucristo, único Salvador, ahora caigan en la insensatez de apoyarse en sus “prácticas” para obtener la salvación.
             Imaginemos por un instante que los gálatas se hubieran dado tan de lleno a que Jesucristo es el que salva, que ellos dejaran de hacer lo que les toca hacer.  Un poco esa tendencia actual de que “Dios es tan bueno” que nos sentimos dispensados nosotros de hacer lo que manda Dios. Dios es tan bueno que ya nos sacudimos las palabras gordas de pecado, condenación, abnegación, fidelidad, escucha de la Palabra de Dios…  Toda la manipulación en la que se ha “cubierto” la conciencia de muchos para expresar la fatídica frase: “yo creo a mi manera”.
             Todavía otro supuesto:  ¿y si los gálatas estuvieran tan angustiados por su salvación que vivieran esa desesperación de los escrupulosos que jamás se quedan tranquilos…, que jamás se sienten  personados, que jamás piensan haber “barrido su casa” como para que no vaya a venir detrás Dios para acusarles y condenarles por la pelusa de un rincón?  Son personas que ni han olido la confianza, el abandono, la fe verdadera en el Dios verdadero
             Por eso es tan difícil la labor pastoral.  ¿Dónde poner el punto?  Y la verdad es que es algo tan peculiar que tiene que ir por delante la doctrina evidente de que la Salvación ha sido ya realizada por Cristo, y a la vez hay que seguir poniendo a los fieles de cara a sus propias búsquedas y realizaciones…, a su hacer y quehacer diario porque sólo los esforzados entran en el reino.  O hay que ir delante de los angustiados para quitarles todo sentido de pecado –de “esos sus pecados”-, que más entran en la patología…, en la deformación adquirida o recibida.
             Por eso yo siento hoy una identificación con Pablo, que llega a tildar de estupidez a los que pretender ser ellos los que se salvan con sus obras. Y me remito a Santiago que pone puntos sobre las íes con esa batería de concreciones de hechos y formas que o se cumplen, o estamos en el limbo de la estupidez.
No hace mucho que me enviaban el escrito de alguien que desde sus conocimientos teológicos, caía en la tan evidente salvación que nos viene de Cristo, por sus méritos y acción redentora, que tildaba la espiritualidad de los Ejercicios ignacianos porque llevan al ejercitante a un continuo examinar y a una ascesis contante para el dominio de sí…, el ordenar la vida…  Es verdad que Cristo es el único Salvador.  Y la misma verdad que quien quiera venir detrás de mñi, tiene que negarse a sí mismo, tomar la cruz, despreciar al mundo para gana r vida eterna…, perderse para encontrarse.  O en expresión de San Agustín. Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti.  Que encierra todo el misterio de la libertad humana, por la que la salvación obtenida por Jesucristo necesita la aceptación por parte de la persona.  Lo que en teología tradicional se llamó: Redención objetiva (hecha por Cristo) y redención subjetiva (nuestra parte en aceptar esa salvación).
             Para más abundamiento, el Evangelio es una insistencia muy fuerte de Jesús a que pidamos, llamemos, insistamos, nos hagamos “inoportunos” en nuestra insistencia de oración, porque Dios siempre está a la escucha y quiere que sintamos el valor de nuestra pobreza humana que, como tal “pobre” necesita PEDIR Y PEDIR E INSISTIR. Lo que bien nos dice que una parte de esa incorporación nuestra a la salvación que nos ha ganado Cristo, necesita de continuo pedir.  Si ya para otras cosas, de otro valor muy inferior, hemos de saber pedir e insistir, ¡Cuánto más en lo que concierne a realidades tan inmensas como el de la fidelidad, la confianza, la esperanza que no duda, la mano en el arado sin volver la cabeza atrás…
             Y pienso que aquí nos está haciendo mucha falta que nos demos cuenta si volvemos la cabeza atrás…, y hasta más de la cuenta…, y hasta improcedentemente…, y hasta cargados del propio orgullo que sale por encima de las convicciones espirituales más fuertes…, pero que se desmoronan como sal en el agua el día que no salió nuestra “petición” (nuestra posición) adelante y al modo en que tal persona la ha concebido. Por eso Jesús concluye con gran sabiduría divina que Dios dará Espíritu Santo… ¡Y buena falta nos hace!  Es lo contrario de la “insensatez” de los gálatas…, de la “estupidez” de querer salvarse “a la propia manera”. Necesitamos una venida tumultuosa de Espíritu Santo y poder así asentarnos en terreno firme, para saber lo que queremos, para saber lo que estamos haciendo, para corregir nuestras salidas de madre, para ocupar nuestro puesto de “pobres” que se han entregado de verdad los brazos de Dios, y sólo en Él ponen su confianza, sus cuitas, sus necesidades, y aun las reacciones que van surgiendo ante cualquier evento que trae la vida.  ¡Y Dios sobre todo!

5 comentarios:

  1. Pablo pregunta: ¿Quién los ha ofuscado para que no le hagan caso a la verdad?

    En otro lugar dice:
    ¿Quién os ha embrujado?

    Yo diría, quien NOS HA/OS HA trastornado las mentes de esa forma, que muy pocos son hoy los que viven su fe siguiendo a Jesucristo en su Santa Iglesia Católica?

    ¿Tan insensibles somos/sois que no sabéis/sabemos distinguir que donde hay discordias, envidias, rencores y cosas similares, no está el Señor?

    ¿Que haremos/hareis para que la salvación que nos ha ganado Cristo se haga efectiva? ¿Que vamos a hacer para que el mundo crea en Jesucristo en este año de la FE? ¿Habrá algún cambio? ¿Tendré interés por mejorar? ¿Me esforzaré por cumplir la Palabra de Dios en mi vida? ¿Seré un cristiano coherente, sal de la tierra, luz del mundo, actuando como testigo de Jesucristo en medio de mi vida? ¿O mereceré que se me llame insensato por no saber distinguir, por no importarme más que vivir "mi religión", "a mi modo" y creerme que soy bueno y que los demás son peores que yo?

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  2. Ana Ciudad3:21 p. m.

    Hoy mi comentario no guarda relación con las lecturas de la Misa del día.La pérdida de mi párroco Don Salvador (q.e.d.)me hace pensar que la muerte nos da grandes lecciones para la vida.Nos enseña a vivir con lo necesario,desprendidos de los bienes que hemos de usar,pero que dentro de un tiempo,siempre corto,hemos de dejar;llevaremos para siempre el mérito de nuestras buenas obras.
    Aprovechemos gozosamente,cada día,como si fuera el único sabiendo que ya no se repetirá jamás.

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    1. José Antonio7:13 p. m.

      Perdón por no ceñirme al tema, pero me ha impactado la noticia. D. Salvador me bautizó y recibí con él la Primera Comunión. Sencillamente, un gran párroco. Ya goza del Señor.

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    2. Fue tan sólo hace unos días cuando D. Salvador atendió amabilísimamente a los voluntarios de Radio María que este sábado vamos a realizar la transmisión del Santo Rosario desde su Parroquia. Ahora participará con nosotros desde el cielo, ya gozando en la presencia del Señor.

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  3. Anónimo10:00 p. m.

    queridos conpañeros como estay

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