Liturgia:
Me voy a permitir la licencia de
situarme en la MISA DE LA AURORA, en vez de la DEL DÍA, con tal de mantener el
ambiente navideño en las lecturas y en el sentir de los fieles.
Vaya por delante que la liturgia del día de Navidad es tan
rica que tiene 4 formularios: uno para la tarde anterior (Misa de la vigilia),
otro para la medianoche (la llamada “Misa del Gallo”), otro para el amanecer
(Misa de la aurora) y otro para el día de Navidad. Pero como digo, me voy a
retrotraer a la AURORA para conservar el calor espiritual de esta fiesta.
Las lecturas centran la fiesta de este día. Is.62,11-12 nos
presenta con brevedad el hecho que ha ocurrido: Mira a tu Salvador que llega, y eso ha de proclamarse hasta el confín de la tierra. Haber
nacido Dios en nuestro mundo es algo que no puede callarse, no hay pueblo que
no oiga ese hecho sublime de que el Dios del Cielo ha abierto sus ojos en
nuestra tierra, que será llamada ahora “pueblo
santo”, “redimidos del Señor”, tierra “buscada”, “ciudad no abandonada”.
Porque –como nos dice la 2ª lectura (Tit.3,4-7), ha aparecido la bondad de Dios y su amor al
hombre, no por nuestras obras santas sino según su propia misericordia, por
la que nos ha regenerado y nos ha levantado a otra vida superior a la biológica
por la renovación por el Espíritu Santo.
Con la venida de Jesús al mundo, hemos sido elevados a la dignidad de hijos de
Dios.
Y todo eso se plasma en aquella llegada de los pastores al
lugar del nacimiento (Lc.2,11-20), llamados por el ángel de Belén, al que
responden ellos con toda le fe y la humildad de hombres sencillos y admirados
de lo que se les ha anunciado.
Y encontraron a María
y a José, y al Niño recostado en el pesebre. Es ese momento en que declaran
lo que les ha ocurrido y cómo los ángeles les han dicho que les había nacido el
Salvador. Los primeros admirados son María y José; admirados por el anuncio a
los pastores, y admirados de las ocurrencias de Dios, que se ha buscado a
aquellos adoradores de entre los pastores de la comarca.
El evangelista nos dice –y no será la única vez- que María conservaba todas estas cosas meditándolas
en su corazón. Había que meter en esa arca profunda los sucesos que estaban
ocurriendo Había que rumiarlos y que digerirlos. Pero no sólo para
comprenderlos con la mente sino como el gran abismo de la fe, de la que María
irá extrayendo toda su vida para poder asumir el misterio que se le había
encomendado: meditar en el corazón.
Los pastores también estaban absortos. Y se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y
oído, tal como les habían anunciado.
Hemos culminado el adviento. Hemos desembocado en la
Navidad. Jesús nos sigue esperando para que esta venida suya tenga efectos en
nosotros. Y que el hecho de ver a Dios hecho un Niño, nos mueva a hacernos
nosotros más niños delante de Dios para vivir la obediencia y la fidelidad.
Hoy recibiremos a Jesús en la EUCARISTÍA con un sentimiento
más especial El beso a una imagen del Niño nos es devoto. Pero recibirlo dentro
y poderlo abrazar con el alma es muchísimo más porque es real…, porque es
reproducir el momento aquel en que María y José recibieron al Niño. Ojalá que
también nosotros meditemos en el corazón todo este misterio de amor.
Máxime, cuando sabemos que toda la ternura de Belén no se
queda ahí, porque el misterio del amor de Dios traspasa la vida de Jesús y lo
deposita un día –ya muerto- en el mismo regazo que ahora lo recibe niño en
Belén. Para entender Belén hay que ver sobre el pesebre la sombra de la cruz. Y
eso es un programa de vida que nos llega a nosotros, si queremos vivir completa
nuestra vocación cristiana.
Con la alegría del nacimiento de Jesús entre nosotros, te dirigimos, Padre, nuestras peticiones.
ResponderEliminar- Por la Iglesia, por el Papa, por nuestros Obispos y por todo el pueblo fiel, que celebra la Navidad de Jesús con gozo espiritual, Roguemos al Señor
- Por nosotros, porque vivamos la fe sencilla de los pastores, Roguemos al Señor.
- Para que guardemos todas estas vivencias en nuestro corazón, y nos lleven a adorar al Hijo de Dios, Roguemos al Señor.
- Para que la EUCARISTÍA nos haga vivir la experiencia de tener a Jesús entre nosotros, Roguemos al Señor
A ti, Dios y Padre nuestro te agradecemos que hayas enviado a Jesús a nuestro mundo, para que en él acojamos plenamente tu Palabra.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos,
A todos los seguidores del blog del Apostolado de la Oración os deseo una FELIZ NAVIDAD.Que el Divino Niño os colme de gracias y bendiciones.
ResponderEliminarAl Padre Cantero, a Ana Ciudad y a todos los seguidores del Blog del Apostolado de la Oración les deseo que estas Navidades sean ocasión de Gracias y grandes alegrías. Reine la Paz en vuestras Familias y en sus corazones.Un fuerte abrazo. MªJosé Bermúdez.
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