Liturgia: NOCHEBUENA
La liturgia nos pone ante la luz.
(Is.9,2-7). El pueblo que caminaba en
tinieblas vio una luz grande, una luz les brilló. “Nochebuena” es el
momento en que, en el mundo, se enciende la luz. Se ha acabado la violencia de la vara del opresor y la bota que pisa con
estrépito. Lo que ahora se anuncia es algo tan delicado y tierno como un
Niño: Porque un niño nos ha nacido, un
hijo se nos ha dado…, y es Príncipe de la paz…, una paz sin límites sobre el trono de David.
El evangelio de esta noche es la narración del Nacimiento:
Lc.2,1-14. El hecho en sí no se explica con detalles. Sencillamente se narran
las circunstancias que llevaron a José y María a desplazarse a Belén, para
afirmarnos ya, sin más, que mientras
estaban allí le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en
un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. Así, con esa corta
descripción se narra el acontecimiento inmenso del nacimiento en nuestra tierra
del Hijo de Dios. Y no tenemos más detalles.
Dicen comentaristas de mucha profundidad que es pretendido
esa carencia de datos, porque Dios no quiso pertenecer en propiedad ni a la
posada ni a algún lugar concreto. Nacía el Hijo de Dios para el mundo entero, y
por tanto nadie podía atribuirse haber sido el protagonista de aquel suceso.
Si alguien puede sentirse directamente aludido son los
pobres pastores que velaban sobre sus rebaños en parajes cercanos, a quienes se
les anuncia que os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. ¿Y cuál es la
señal para encontrarlo? –Un niño envuelto
en pañales y recostado en un pesebre. Todo en esa humildad absoluta que
sólo entiende Dios y los pobres. Porque si se hubiera hecho una encuesta en
Jerusalén para barruntar dónde y cómo iba a aparecer el Mesías, jamás hubieran
dado en el clavo.
Acto seguido Dios se monta su fiesta y el ángel que anuncia
se desdobla en miríadas de ángeles de luz –una
legión del ejército celestial- que cantan el primer villancico de la
historia: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios
ama. Ahí se detiene la liturgia de esta noche santa.
Pienso que podemos hoy utilizar la explanación que el Papa
ha hecho de este día, con el título: NAVIDAD
ERES TÚ: cuando decides nacer de nuevo cada día y dejar entrar
a Dios en tu alma. El pino de
navidad eres tú, cuando resistes vigoroso a los vientos y dificultades de la
vida. Los adornos de navidad eres
tú, cuando tus virtudes son colores que adornan la vida. La campana de navidad eres tú cuando llamas, congregas y buscas
unir. Eres también luz de navidad
cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia,
alegría y la generosidad. Los ángeles
de navidad eres tú cuando cantas al mundo un mensaje de paz, de justicia y de
amor. La estrella de
navidad eres tú cuando conduces a alguien al encuentro con el Señor. Eres
también los Magos cuando
das lo mejor que tienes sin importar a quién. La música de Navidad eres tú cuando conquistas la armonía dentro de
ti. El regalo de Navidad eres tú,
cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano. La tarjeta de Navidad eres tú, cuando la
bondad está escrita en tus manos. La felicitación
de Navidad eres tú, cuando perdonas y restableces la paz, aun cuando sufras. La
cena de Navidad eres tú, cuando
sacias de pan y de esperanza al pobre que está a tu lado. Tú eres, sí, la noche de Navidad, cuando humilde y consciente,
recibes en el silencio de la noche al Salvador del mundo sin ruidos ni grandes
celebraciones; tú eres sonrisa de
confianza y de ternura, en la paz interior de una Navidad perenne que establece
el Reino dentro de ti. Una muy Feliz Navidad para todos los que se parecen a la
Navidad.
No me he resistido a repetir este texto porque me parece
que puede ser un gran resumen y enfoque de la Navidad verdadera, la que
celebramos los cristianos con conciencia de lo que estamos celebrando. Y que
vivido en la EUCARISTÍA hoy es como un reclamo de gran fuerza para preguntarnos
en el fondo del alma, si estamos celebrando la Navidad de Jesús.
AHORA SÍ: CUANDO HEMOS
CELEBRADO ESTA NOCHE SANTA, OS DESEO FELICIDAD ÍNTIMA DEL ALMA. Y todo lo
demás, que se os dé como añadidura.
"He aquí la esclava del Señor"Jesús también se encarna en nuestras vidas si aceptamos sus planes y aceptamos que sus proyectos son infinitamente mejores que cualquiera de nuestros proyectos personales. Hoy es un día para reflexionar sobre el AMOR infinito de Dios. Señor, te pido perdón por mí y por el mundo, sobre todo por nuestros jóvenes que viven inmersos en una sociedad de consumo que los invita a llenar sus vidas de falsedades y tonterías. Ojalá escuchen tu Palabra y se abran a otras dimensiones y experimenten la locura inigualable de prestarse a tu servicio y al servicio de los demás.
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