Liturgia
La perícopa de la carta de Santiago que hoy tenemos (5, 9-12) toca
varios puntos. Uno, evitar la queja contra otros, porque eso conduce al juicio
y a la crítica, realidades que hay que evitar y superar desde la paciencia. ¡La
paciencia!, segundo punto, que tuvieron los profetas, y que no es el simple aguante de la
contrariedad sino el fruto de una paz interior, de una actitud de aceptación de
las contrariedades por razón de la fidelidad a Dios. Porque, tercer punto, Dios
es compasivo y misericordioso y tenemos que imitar esa grandeza del corazón de
Dios, siendo nosotros misericordiosos. Y finalmente, cuarto punto, no jurar
para corroborar alguna respuesta. Vuestro sí sea sí y vuestro no, no, para no exponernos a ser juzgados.
El evangelio (Mc 10, 1-12) es hoy más actual aún que en los
tiempos de Jesús. Porque entonces podía darse en algunos casos como los que
exponen los fariseos a Jesús, pero hoy está al cabo de la calle. La pregunta de
los fariseos es si es lícito por alguna causa divorciarse un matrimonio. Jesús
dice que no. Le aducen que Moisés lo consintió. Y Jesús responde que por la dureza del corazón lo permitió
Moisés, pero al principio no fue así.
Jesús se remonta a los planes primeros de Dios, que son que el hombre y la
mujer se unen y forman una sola cosa. Y eso ya no se puede deshacer porque ya
no son dos sino uno solo. Y lo que Dios ha unido no puede separarlo el hombre.
Habrá leyes civiles permisivas del divorcio, pero ante Dios
no hay tal ley. Y cuando los apóstoles le preguntan a solas sobre aquello,
Jesús explicita la consecuencia de tal ley de Dios: que el casado que se
divorcia y se casa por segunda vez, comete adulterio, sea hombre o mujer. Y la
expresión “adulterio” era de mucha fuerza en aquella sociedad en la que el
pueblo era considerado adúltero cuando dejaba a Dios y se iba con otros dioses
y otras maneras. El sentido del adulterio adquiría un sentido sagrado de mucha
envergadura, que chirriaba en las mentes de aquellas mentalidades.
La actualidad presente se lo ha tomado un tanto a la ligera
y, cambiando el nombre (que es el estilo de la “cultura” actual), permite “rehacer
la vida”. Con lo cual soslaya el sentido de adulterio aunque se cae de lleno en
él.
El problema está en la raíz: en la falta de seriedad con
que se viven los años anteriores al matrimonio. La superficialidad de las
relaciones de la pareja, el materialismo con que se afrontan esos años previos
que debieran ser de conocimiento recíproco y de planteamientos serios de
futuro, de proyecto de vida, de mutuo conocimiento de virtudes y defectos, de
planificación… Y cuando esa relación del noviazgo (expresión que va también desapareciendo)
se va quedando en frivolidades, es evidente que los matrimonios son después un
fracaso.
El tema de fondo es que muchas parejas no tienen vocación
de casados porque se han desenvuelto en un clima marcadamente egoísta, sin
capacidad de ceder y sin disposición de sacrificio. Y luego no hay capacidad de
aguante, de maduración en las decisiones, en actitud de superación de las
naturales diferencias de psicología y carácter que necesariamente tiene que
haber en el varón y la mujer.
Por eso, si bien la lectura de este evangelio puede parecer
que sobra para determinados ambientes de personas mayores o ya muy definidas en
su vida, no está de más encontrarse con esta realidad y enfocarla desde
parámetros evangélicos y cristianos.
Porque luego no es raro que –el día que toca el problema en
la propia familia- todos nos volamos muy condescendientes. Por vuestra terquedad ha ocurrido así. Pero al principio, en el plan de Dios, no fue así.
MARÍA
El matrimonio de María y José no fue fácil. Incluso el
mismo José estuvo a punto de dar a su esposa (prometida definitivamente en
matrimonio) el acta de repudio. Y María fue consciente de a qué se exponía el
día que le dijo al ángel que se hiciera en ella conforma al proyecto de Dios.
José y María fueron serios en sus planteamientos y acogieron que su matrimonio
había de ir por otros cauces de los normales. Y no obstante la enorme
dificultad, aceptaron el envite. Y lo vivieron de por vida, aunque se habían
roto todos los esquemas iniciales de una pareja judía, siempre deseosa de
muchos hijos. Pero si las circunstancias habían llevado hasta allí, acogen
plenamente el plan de Dios, y llevan su matrimonio a plenitud en la realidad
concreta que les ha tocado vivir, y que ellos han aceptado decididamente.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarSÉPTIMO MANDAMIENtO:"NO ROBARÁS"
"Jesús alaba expresamente la promesa del publicano:"Y si he defraudado a alguno,le restituyo cuatro veces más"(Lc 19, 8)
"Un hombre rico es con frecuencia un pobre hombre con mucho dinero".
¿QUÉ NORMAS REGULAN LA PROPIEDAD INTELECTUAL?.-También es robo la sustracción de la propiedad intelectual.
No sólo el PLAGIO es robo. El robo de propiedad intelectual comienza copiando en el colegio, continúa con la descarga ilegal de contenidos de internet, afecta a la realización de copias no autorizadas o la grabación en diferentes medios de reproducción y llega hasta el extremo de negociar con coceptos o ideas robados. Todo uso de la propiedad intelectual ajena exige el acuerdo libre y la remuneración apropiada del autor intelectual o la participación del mismo en los beneficios que se generen.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR JUSTICIA CONMUTATIVA?.-La justicia "conmutativa" regula los intercambios entre las personas en el respeto exacto de sus derechos. Se preocupa de que se respete el derecho de propiedad, se paguen las deudas, se cumplan las obigaciones libremente contraídas, de que los daños causados obtengan uana reparación proporcionada y que se restituyan los bienes robados.
Continuará
Marcos nos presenta a Jesús enseñando como un Maestro.Él no se sitúa en un lugar determinado ni a unas horas puntuales, Él enseña por donde quiera que va,enseña a todos y no le importa que sea muy tarde y que se encuentre agotado.La gente se agolpa porque la mayoría quiere ser instruida por aquel Maestro tan especial que no se anda con medias tintas y, a cada uno le enseña lo que le hace falta para ser mejor: Sin embargo, hay unos pocos, los fariseos, que se creen quelo saben todo y que ya son buenos porque cumplen a rajatabla; pero sus preguntas no son honestas cuando le preguntan sobre el divorcio Jesús, que conoce sus intenciones, los confronta con la ley de Moisés diciéndoles que el poder dado al varón de echar de casa a la propia esposa no viene de Dios, sino de su deseo de dominar. Dios los creó iguales y quiere que la mujer y el hombre que forman una familia busquen juntos la comunión de vida a que están llamados.
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