Liturgia
Estrenamos mes. Y un mes cualquiera sino el de “Mayo”, el mes que la
piedad cristiana centra en María Santísima. Un mes para renovar y redoblar la
unión del alma a María, Madre, obsequiándola cada día con algo personal, en
orden a una mayor y mejor respuesta de amor filial. Lo que, en consonancia con
el período primaveral, se ha dado en llamar venir
con flores a María, que Madre nuestra es.
Se inicia el mes –también- con un recuerdo a San José, en
su faceta de hombre trabajador, uniéndose así la Iglesia Católica a la fiesta
del trabajo de índole mundial. Lo que San José añade a la celebración de la
fiesta laboral es una nota de espiritualidad. No se trata de plantear la fiesta
como una reivindicación en lucha de clases sino de dignificación del trabajo,
con San José a la cabeza de hombre trabajador que ganó dignamente su pan, en
medio de una situación social adversa. El mundo del trabajo, que sepa mirar a
José, hallará la honradez y la dignidad, y el ganar el pan con el sudor de la
frente, con el gozo de aportar vida a una familia.
Por otra parte, el mes comienza en domingo, con su propia
liturgia: una primera lectura (Hec. 15, 1-2. 22-29) que hace un rápido resumen
de lecturas que se han tenido durante la semana. Ha surgido una controversia en
los primeros momentos de aquella naciente iglesia, y es la idea de determinados
grupos cristianos judíos más extremistas que pretenden que es necesario que los
paganos que abrazan la fe en Cristo, tienen primero que pasar por el ritual
judío de la circuncisión. Reunidos los apóstoles en concilio en Jerusalén,
determinan que no se le debe inquietar con ello, y que sólo se les imponen las
obligaciones indispensables: que se alejen de la idolatría y de la fornicación
(o uniones ilícitas). Un tercer mandato es acorde con aquella cultura que
suponía que la sangre es vehículo de la vida y que, por tanto, no deben comer
sangre de animales porque sería como devorar esa fuente de la vida.
Apoc 21, 10-14. 33-23 es una descripción del cielo con una
concepción de datos materiales, que son los que podemos manejar los humanos.
Pero con un simbolismo peculiar. El Cielo tiene dimensiones perfectas, como un
inmenso cubo de altura, anchura, y profundidad iguales, en equilibrio perfecto.
No hay ni sol ni luna ni templo. El templo es Dios mismos, el Dios
todopoderoso. La luz que luce en el Cielo es Cristo, el Cordero. Es otra
realidad muy distinta de lo terreno humano. Es inmensamente superior.
Finalmente el evangelio de Jn (14, 23-29) con dos
principios fundamentales: Quien me ama
guardará mi palabra y mi Padre y yo vendremos a él y haremos morada en él.
Es la afirmación de que somos en nuestro mismo cuerpo, en nuestra realidad de
personas, templo de Dios donde Dios
vive…, si guardamos su palabra. Si
somos morada de Dios, ¡cómo hemos de respetar su presencia en nosotros! No sólo
evitando el pecado grave (que expulsa a Dios de nosotros). En la vida de
relaciones paterno filiales no sólo basta con que un hijo no ofenda a su padre
o a su madre. Se requieren los detalles del amor y del cariño que van mucho más
allá que el no ofender. Suponen el no desagradar, el no herir los lazos de
unión. Por eso “guardar la Palabra” no es sólo no pecar mortalmente sino evitar
aun los detalles de menor importancia que pueden desagradar. Un padre o una
madre con se conforman con que sus hijos no les ofendan. Piden que esos hijos
sean delicados y sepan vivir los detalles normales de la buena convivencia
familiar.
El otro punto de este evangelio es la paz que Cristo
ofrece: no como la del mundo, porque
el mundo vive una falsa paz de “pasotismo”, de no querer complicaciones, de
dejarse llevar de la inercia de los que ya se tiene… La paz de Cristo es una
paz que pide lucha para dominar los defectos y las pasiones; una paz que supone
el esfuerzo de la victoria que no se consigue escurriendo las responsabilidades.
La paz de Cristo es la antesala de ese cielo de dimensiones perfectas, y se
alcanza por ese escuchar la Palabra y
hacer espacio en el corazón para que viva Dios en él. Y eso no se hace sin
trabajo.
La Eucaristía es el momento significativo en el que Jesús
viene realmente al alma bajo el sacramento, para vivir ahí y permanecer en el
corazón de la persona. Es como la potenciación de esa presencia, que se
alimenta en cada Eucaristía pero que luego permanece en sus efectos. Jesús
viene al corazón de cada comulgante, y viene con el deseo de no salir de allí.
Y con el amor de quien espera ser correspondido también con amor y delicadeza
de los detalles.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarQUINTO MANDAMIENTO: "NO MATARÁS"
"De las espadas forjarán arados,de las lanzas podaderas.No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra"(Mq 4,3)
¿QUÉ PIENSA JESÚS DE LA NO VIOLENCIA?.-La acción no violenta tiene un gran valor para Jesús; él dice a sus discípulos: "No hagáis frente al que os agravia.Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra" (Mt 5,39).
Jesús rechaza a Pedro, cuando quería defenderle mediante la fuerza:"Mete la espada en la vaina"(Jn 18,11).Jesús no llama al uso de las armas.Calla ante Pilatos. Su camino es ponerse al lado de la víctimas, subir a la Cruz, redimir al mundo mediante el amor y llamar bienaventurados a los que buscan la paz. Por eso la Iglesia también respeta a las personas que, por motivos de conciencia, rehúsan el empleo de las armas, pero se ponen de otro modo al servicio de la comunidad.
¿TIENEN QUE SER PACIFISTAS LOS CRISTIANOS?.-La Iglesia lucha por la paz, pero no sostiene un pacifismo radical.Pues no se puede privar al individuo ni a lo estados y comunidades del derecho fundamental a la legítima defensa ni a la defensa mediante las armas, La guerra sólo se justifica moralmente como último recurso.
La Iglesia dice inequívocamente no a la guerra. Los cristianos deben hacer todo lo posible por evitar la guerra ya antes del inicio, se oponen a la acumulación y al tráfico de armas; luchan contra la discriminación racial, étnica y religiosa, contribuyen a que se acabe la injusticia económica y social y fortalecen así la paz.
¿CUÁNDO ESTÄ PERMITIDO EL EMPLEO DE LA FUERZA MILITAR?.-El empleo de la fuerza militar sólo es posible en caso extremo de necesidad.Para una "guerra justa" se requieren las siguientes condiciones: 1.Constancia cierta de la gravedad de la agresión; 2.Que sea la única y última posibilidad de defensa; 3.Condiciones serias de éxito; 5.Proporcionalidad de los medios empleados.
Continuará
Pidamos al Señor
ResponderEliminar- Por el mundo del trabajo y por los trabajadores para que sus derechos sean atendidos y ellos sean responsables en sus obligaciones. Roguemos al Señor.
- Por los que están verdaderamente parados y necesitan las ayudas sociales para vivir dignamente, Roguemos al Señor.
- Porque se dé en los fieles cristianos un profundo respeto a su realidad de ser templos de Dios, Roguemos al Señor.
- Porque busquemos la paz de Cristo, que se alcanza por la lucha diaria, Roguemos al Señor.
- Para que vivamos una vida digna que nos lleve a gozar del Cielo, Roguemos al Señor.
Concédenos, Padre –por la mediación de la Virgen María, las gracias que necesitamos.
Por Jesucristo N.S.
"Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables". Siempre ha habido quién ha querido instrumentalizar a la Iglesia a favor de sus intereses y que ha querido hacerla portavoz de sus idolatrías y de sus fanatismos.Pero el Espíritu Santo siempre está en el corazón de los discípulos ayudándolos a discernir lo verdadero de lo falso y a cumplir su voluntad.
ResponderEliminarLeyendo la segunda lectura ya vislumbramos el final del camino que estamos andando: la Nueva Jerusalén, la ciudad de Dios y del Pueblo de Dios. Ciudad bellísima, muy amplia, en ella todos caben; en ella no hay Templo ni sol ni luna; porque toda ella vive la Presencia luminosa de Dios.
La Iglesia nunca dejará de ser humana y está impulsada a abrirse cada vez más a todos los que buscan a Dios.