24 de abril de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco ha invitado a
pedir la “gracia de la memoria” para recordar siempre el día en el que nos
encontramos por primera vez con Jesús, día del que Él nunca se olvida. Así lo ha
deseado en la homilía de la misa celebrada este viernes en Santa Marta.
La forma que Jesús elige para cambiar la vida de los otros es el
encuentro, ha recordado el Papa. Como el episodio de Pablo de Tarso,
perseguidor de cristianos que al llegar a Damasco se convierte en apóstol. De
este modo, Francisco se ha detenido en el célebre episodio propuesto por la
liturgia de hoy y ha ampliado la mirada a la gran cantidad de encuentros que
hay en las narraciones del Evangelio.
El Pontífice ha hablado del “primer encuentro” con Jesús, el que
“cambia la vida” de quien está frente a Él. Juan y Andrés que pasan con el
Maestro toda la noche, Simón que se hace “piedra” de la nueva comunidad, la
Samaritana, el leproso que vuelve para dar las gracias por haber sido sanado,
la mujer enferma que se cura al tocar su manto. Así, Francisco ha asegurado que
estos encuentros decisivos deben llevar a un cristiano a no olvidar nunca su
primer encuentro con Jesús.
“Él nunca olvida, pero nosotros olvidamos el encuentro con Jesús.
Y esto sería una bonita tarea para hacer en casa, pensar: ‘¿Cuándo he escuchado
realmente al Señor cerca de mí? ¿Cuándo he escuchado que tenía que cambiar mi
vida y ser mejor o perdonar a una persona? ¿Cuándo he escuchado al Señor que me
pedía algo? ¿Cuándo he encontrado al Señor?’ Porque nuestra fe es un encuentro
con Jesús. Este es el fundamento de la fe: he encontrado a Jesús como Saulo
hoy”, ha explicado el Papa.
Por otro lado, el Santo Padre ha invitado a preguntarse con
sinceridad “¿cuándo me has dicho algo que ha cambiado mi vida o me has invitado
a dar ese paso adelante en mi vida?”
Por esto, el Pontífice ha asegurado que esta es una bonita oración
y ha aconsejado hacerla cada día. “Y cuando te acuerdes, alégrate en ello, en
ese recuerdo que es un recuerdo de amor. Otra tarea bonita sería tomar el
Evangelio y mirar tantas historias ahí y ver como Jesús encuentra a la gente,
como elige a los apóstoles, como… tantos encuentros que están allí con Jesús.
Quizá alguno de esos se parece al mío. Cada uno tiene el suyo propio”, ha
añadido el Santo Padre.
Para concluir la homilía, Francisco ha pedido no olvidar que
Cristo entiende la “relación con nosotros” en el sentido de una predilección,
una relación de amor “de tú a tú”. Y así, ha finalizado: “rezar y pedir la
gracia de la memoria. ‘Cuando, Señor, fue ese encuentro, ese primer amor?’ Para
no escuchar ese reproche que el Señor hace en el apocalipsis: ‘Tengo esto
contra ti, que te has olvidado del primer amor”.
No, yo no me he olvidado del primer Amor, porque el Señor, debido a mis rebeldías, siempre ha tenido cuidado de mí.En casa era UNO de la familia;lo teníamos entronizado. Pero, en donde realmente lo encontré, fue en el Hospital, El estaba enfermo y yo lo cuidaba; habían transcurrido más de cuarenta años, los más dichosos de mi vida, que se fueron en un abrir y cerrar de ojos, cuando empecé a encontrarme mal sin que hubiera algún problema orgánico que explicara aquellos problemas de salud; regresaba de hacerme una Resonancia y le estaba diciendo:"Señor, me faltó poco para aguantar sin quejarme; lo hice porque me acordaba de Tí, de lo que Tú sufriste crucificado...yo sobre una camilla sabiendo que me iba a casa y Tú con unos dolores insoportables...Me contestó:"Yo te tuve presente en Getsemani, oré por tí; ahora tú conmigo le ofrecerás tu enfermedad en oblación al Padre por la conversión de los pecadores." No he oído su voz; me lo pidió a través de una estampa en donde aparece arrodillado en el Huerto de Getsemaní. La estampa la he leído muchas veces y eso era lo que estaba escrito; a la mañana siguiente era una estampa normal, pero lo que yo leí no se me olvidará nunca.Rezo para pedirle que me ayude a ser mejor y le pido disculpas por ser tan quejicas y por estar tan pendiente de los fármacos.Él me conoce, nos conoce y nos ayuda, no exige, ve el corazón de cada uno; y los recursos de cada persona.
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