JESUCRISTO HA
RESUCITADO
El gran
mensaje que todos necesitamos: Jesucristo, el afligido con torturas y
tormentos, el Crucificado bajo el poder de Poncio Pilato por la instigación de
los jefes religiosos de Israel, HA RESUCITADO GLORIOSO Y VICTORIOSO. La muerte
no tiene dominio sobre él.
Los sucesos se
han ido viniendo así: Jesús fue sepultado el vienes a toda prisa; las mujeres
no quedaron satisfechas con aquella sepultura y decidieron volver al sepulcro
en cuanto pasara el Gran Sábado judío. Y así lo hacen en la madrugada del primer
día de la semana –nuestro domingo-. Pero conforme se acercan al sepulcro, ven
quitada la losa de la embocadura del sepulcro.
Una no llega
hasta el final, y se vuelve a anunciar a los apóstoles que se han llevado al
Señor. Y Simón y otro suben a comprobar. Y lo que comprueban hace mella en el “otro
discípulo” hasta el punto de recordar ahora lo anunciado por Jesús. Y VE Y
CREE.
La
resurrección es un hecho aunque todavía no hayan visto al Señor.
La 1ª lectura,
que ya expresa la gran experiencia cristiana, muestra a Pedro predicando la
resurrección y recordando la historia de lo que ha sucedido: los jefes
religiosos llevaron a Jesús a la muerte, pero Dios lo resucitó al tercer día, y
ahora Jesucristo es SEÑOR y juez de la historia.
En
consecuencia –ya para nosotros- nos tenemos que separar de lo meramente humano
y carnal, de los hechos humanos, por dolorosos que sean, y mirar hacia arriba,
hacia Jesús resucitado para elevar nuestra mirada y ser triunfadores con Él.
Las cosas de
aquí abajo tienen un sentido que no llega más allá de lo que se toca y se
palpa. Cuando elevamos nuestra mirada, todo esto de aquí adquiere otro sentido
completo: el sufrimiento, el dolor, la misma muerte…, no tienen la última
palabra. Son realidades a las que vivimos sometidos los humanos por nuestra
condición humana. Pero por nuestra mirada hacia arriba, por la mirada que nos
proporcionan las gafas de la fe, todo
tiene una realidad más luminosa, un sentido mucho más completo y mucho más
real. Estamos subidos al mundo de Dios, en donde la visión de cada suceso y de
cada circunstancia adquiere dimensiones muy diferentes de lo humanamente palpable.
La CONVERSIÓN,
de la que hemos hablado tanto en la Cuaresma, adquiere un sentido luminoso bajo
el foco de la Resurrección, no es un “convertirse penoso” sino un coger vuelo
para manejarnos a otra altura, y ver las cosas desde otra altura. Ya es posible
TRANSFORMARSE por la fuerza de la ilusión, porque tira de nosotros una fuerza
superior; porque ahora es un imán que nos atrae a otra dimensión en la que
seremos parte misma de este movimiento ascendente, desde donde se ve la vida
con otras perspectivas y con diferentes esperanzas. El mundo camina a su desastre,
pero los CREYENTES sabemos que en cualquier causa, estamos aferrados ya a un
Cristo triunfador que –junto a sí- lleva cautivos a los que nos sentimos y
somos cautivos de las rémoras diarias.
La
RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO es nuestra resurrección. Con la fuerza
de Jesucristo, caminamos ya hacia otra realidad que nos llena de esperanza.
Padre, en sus comentarios de hoy, nos invita a 'vivir la alegría'... porque CRISTO HA RESUCITADO y que sea nuestra razón de vivir. Y también "elevar nuestra mirada hacia Jesús Resucitado"...sabiendo además que 'SU mirada de amor y misericordia nos protege, y está siempre sobre nosotros. La antífona de entrada nos lo confirma: "No temáis, "HE RESUCITADO y siempre estaré con vosotros".
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