POBRES Y “TALENTOSOS”
Continúa San Pablo en la misma línea y argumento de lo
visto ayer. La variación está en la aplicación concreta a esa comunidad de
fieles a la que se dirige, que ni es de ricos, ni de aristócratas, ni de
sabios. Así quiere Dios abajar la
soberbia y autosuficiencia de los que se apoyan en sí mismos y en sus
cualidades. El que quiera “presumir”,
que presuma en el Señor Jesús, que es quien nos da sabiduría, bondad,
santificación y redención. Concluye San
Pablo Por tanto, el que se gloríe, que se
gloríe en el Señor.
Por eso concluye el SALMO: Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad (como su
lugar donde Él quiere reposar).
Y desembocamos en ese tan
conocido Evangelio, que va en la
línea misma de los días anteriores: hemos recibido unas capacidades y tenemos
que rendir conforme a ellas.
Como todas estas parábolas, no
son “fotocopias” de una realidad, sino cuentecillos que conducen a una
enseñanza y conclusión. El que pretendiera entenderlas de manera que “tal
detalle” significa “tal cosa”, se quedaría lejos de lo que busca expresamente Jesús.
Absurdo era tildar de “egoístas” a las muchachas que “no prestaron aceite”… Porque adonde Jesús iba derecho era a
decirnos que cada uno tiene en su “haber” lo que ha vivido en su vida. Y no
caben componendas de última hora.
Hoy plantea Jesús otro aspecto
muy interesante: cada uno tiene sus
cualidades, unos más y otros menos. Pero
a la hora de la verdad no es que vale más quien más cualidades tenía, porque
Dios no se fije en eso sino en la respuesta que cada uno da a sus
posibilidades. Recibió aquel cinco
monedas valiosas, el otro dos y el otro,
uno. A cada cual le toca dar cuenta de
lo que recibió. El de cinco rindió otros
cinco, y es siervo bueno y fiel, que
merece entrar en el banquete que ha
organizado el amo. [Banque equivale a REINO DE DIOS]. El de dos, entrega otros dos, y no se le pide
que sus dos monedas hayan producido 3 ó 5. Con las dos que ha ganado, también es siervo bueno y fiel, que merece entrar en el banquete. El que recibió uno, debe traer ese uno más
otro uno (no le van a pedir dos). Pero
el pusilánime, temeroso (o comodón), se limita a entregar la moneda que
recibió… Lo guardó en un pañuelo por el temor de perderlo y que su señor se
molestara… [Justificaciones penosas, absurdas, contradictorias…, porque en
realidad fue su propia desidia, su falsa tranquilidad o comodidad---.la que le
había hecho un inútil]. Por eso es
tildado de siervo inútil, negligente y
holgazán. ¡Tenía que haber negociado con esa su moneda…! Siempre el mismo argumento: cada uno estamos
llamados a rendir buena cuenta de nuestros talentos, y cada cual los suyos…, ni
se les pide más a uno, ni tiene más mérito el que había recibido más. Ni va en
desventaja quien tiene menos cualidades.
Lo que se le pide a cada uno es que rinda debidamente conforme a lo que
recibió.
La comunidad de Corinto era
alabada por sus buenas cualidades. Dichosa la nación que Dios se eligió para
vivir en ella. Aunque decía un compañero
mío, hombre mayor y de mucha experiencia: “No
hablemos de los perros hasta que no salgamos del cortijo”. Y creo que ahora mismo hemos de hacer caso de
esa sabia advertencia para saber seguir leyendo sin cerrar juicio a la primera
de cambio. Queda mucho por leer y mucho
por aprender. Y quizás ahí está un
secreto (o una sabiduría indispensable) para poder acertar en el modo de
establecer un juicio e incluso una conversación o diálogo
Algo de esto lo toco en el tema que está escrito a continuación
Este Evangelio de los Talentos, me hace pensar en el "MAGNIFICAT". MARÍA era consciente que el SEÑOR hizo en Ella "maravillas..." Y cada uno de nosotros podemos decir que el Señor nos ha colmado de su GRACIA... Cuando llegue el momento de su venida y le miremos a los ojos... si miramos nuestras manos abiertas, ¿vacías? Si todo lo que tenemos,lo hemos recibido "gratis"... pienso que si hemos sido fieles hasta el final...Él llenará nuestras "manos" de su Amor y Misericordia.
ResponderEliminarAhora habrá que concretar que es ser fiel hasta el final, y porqué las manos estaban vacías cuando podrían haber tenido al menos algo. Un momento de reflexión.
Eliminar¡Qué difícil es explicar los sentimientos!... "Ser fiel hasta el final" significa que pidiendo al Señor, día tras día: "No permitas que me separe de Ti"...(del Alma de Cristo de S.Ignacio). Ser fiel, NO porque yo lo merezca, sino porque sé "en Quién me he confiado"...- ¿Por qué las manos vacías...? Si todos los días, hago la Ofrenda del Apostolado de la Oración, ya no es nada mío... Ya no me queda más que esperar TODO del Amor de Dios y su Misericordia...
EliminarUna primera enseñanza de esta parábola..hemos recibido bienes incontables.La vida,la inteligencia,la voluntad,la libertad,bienes materiales para que nos sirvan de instrumento para hacer buenas obras.En otro plano más alto y demás valor,hemos recibido la vida de la gracia,que nos hace partìcípes de la vida eterna de Dios,miembros de la Iglesia y la llamada de Dios a seguirle de cerca.Ha puesto a nuestra disposición los sacramentos,especialmente el dón inestimable de la Eucaristia,hemos recibido como Madre a la Madre de Dios.Hemos recibido la vida y los dones que la acompañan a modo de herencia.Se nos pedirá cuentas al final de nuestreos dkias.No somos propietarios de esos dones,sino administradores.
ResponderEliminarSu comentario es valioso. No deje de hacerlos. Es uno de los bienes que ha recibido posiblemente.
EliminarA un anónimo que no puso alguna identificación, pero ue ha dicho cosas valiosas:
ResponderEliminarEs evidente cuanto escribes. Y nunca deberemos olvidar que la vida del hombre sobre la tierra es un puro misterio y paradoja. Que todo lo que uno dice en un sentido y con texto bíblico y teológico en la mano, no contradice en nada al que acentúa el otro aspecto exactamente igual de verdadero. Las “escuelas teológicas” y el avance de los conocimientos de la fe se fundamentan en esa gran riqueza de que no estamos encorsetados y que hay acentos diferentes. ¿No parecerían contradecirse Santiago y San Pablo en sus cartas? ¡Y están diciendo igual. Uno acentúa un aspecto; el otro acentúa el otro.
Por consiguiente, bien sabemos que no podemos ser como el que guarda el talento en el pañuelo y se presenta culpablemente con las manos vacías. Y Santa Teresa de Lisieux (del Niño Jesús) pedía a Dios “presentarse con las manos vacías ante Él” porque aquella alma de pura sencillez, reflexionaba así: “Cuando Dios me vea con las manos vacías, Él se compadecerá de mí y me las llenará de sus obras…; ¡y salgo ganando! ¿Contradicciones? No: sino las mil maneras en que cada alma capta a Dios. Que para eso está la oración. Y a Dios no lo agotamos nosotros con nuestras expresiones o disquisiciones.
EMPLEÉ EL COMENTARIO EN BLANCO PORQUE EL DORADO DE FONDO ME PRODUCE GRIMA
(de una Oración del Padre Pedro Arrupe S.J.) "Enséñame, señor, a ser compasivo con los que sufren... Enséñame tu modo de mirar, como miraste a Pedro para llamarle o para levantarle; o como miraste al joven rico que no se decidió a seguirte. Quisiera conocerte como eres: TU IMAGEN sobre mí bastará para cambiarme".
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