Una belleza sin par
Hoy ocurrirá en muchas Misas que
se sustituya la “lectura titular” de Ezequiel por “la suplente” (que ya está
prevista, por la facilidad de escándalo que hay en muchos fieles). Pero me atrevo a invitar a los lectores (que
tengan a mano las LECTURAS DEL DÍA) a pararse concienzudamente en la lectura
“titular”, que tiene la enorme profunda belleza de la historia del amor de Dios
hacia ese pueblo sin historia que era el pueblo hebreo. “Eres cananea de casta y de cuna; tu padre amorreo y tu madre, hitita”.
Ahí va el carné de identidad de lo despreciable y sin valor. Naciste y ni te tomaron en cuenta. Eras una
tribu más que un pueblo… Ni compasión tuvieron de ti. Pero Yo pasé a tu lado…
¡Entra Dios en acción! Pero todavía sin
actuar… Te ha mirado Dios, y eso ya es una garantía. Te deja crecer a lo bravío
porque encuentra en ti una atracción misteriosa. ¿Por tu valía? No.
Porque Dios se enamoró. Porque Dios te vistió, te adornó, te engalanó…
Porque Dios hizo pacto de compromiso contigo y juró que serías suya. “Estabas guapísima y prosperaste más que una
reina”. Y lo que son las cosas:
en vez de volverte hacia mí y sentirte apegada a quien te hizo Pueblo
respetado, tú te miraste en tu espejo de vana gloria; te sentiste atractiva…, ¡y fornicaste, te prostituiste con el
primero que pasaba! [te fuiste tras falsos dioses y malas costumbres]. Pero
Yo me acordé de mi pacto de amor –mi alianza- y la reitero y me comprometo a
ALIANZA ETERNA… Te sonrojarás de ti misma cuando descubras que YO MANTENGO
MI AMOR A TI.
No habría acertado en una
descripción más tierna un creador de “novelas rosa”. Es que es muy difícil
igualar la belleza del amor de predilección de Dios…, el amor “caprichoso” de
quien solo sabe amar. ¡Y estamos en el
Antiguo Testamento!...
En el Evangelio persiste la idea del compromiso matrimonial indisoluble. Le presentan a Jesús el caso de ruptura de un
matrimonio. ¿Se pueden volver a casar los esposos separados? Jesús dice claramente que no. Y si Moisés llegó a permitirlo alguna vez,
fue por vuestra dureza de corazón.
¿Qué diría Jesús en este momento que estamos viviendo con una sociedad que ha roto lo que Dios había unido? ¿Tendrá Jesús que ir señalando adulterios en
tantos y tantos casos…, en tantos “creyentes” que se han creado “su religión” y
“su fe”…, y –lo que es peor- “su dios”…, que ya nada tiene que ver con el Dios
revelado por Cristo sino ese dios de quita y pon al que se llega cada cual a su
manera y conveniencia?
Otra salida puede ser también
demoledora: no ha unido Dios a muchas parejas porque –aunque siguieran lo ritos
de la Iglesia- esos que parecieron “ir al Sacramento”, en realidad no
estuvieron nunca en órbita de sacramento.
De alguna manera mintieron o se engañaron…, y dieron sus pasos con
“buena fe”…, pero lejos de la idea de compromiso
permanente. Y posiblemente estamos tocando fuego, porque eso de “lo
permanente” parece como dinosaurio
desaparecido del período “geológico” actual.
Jesús explica finalmente que no
todo hombre y mujer están capacitados para el matrimonio, aunque sus tendencias
naturales vayan por ahí. Pero la
atracción no indica capacidad. Un egoísta, una que sólo quiere “vivir su vida”,
esos que ponen delante “su libertad”…, y tantas otras figuras de inmadurez,
alteraciones psicológicas, etc., son “eunucos que la vida los hizo así”, o “ellos
se hicieron” o la mala educación los hizo…
Otro caso muy diverso es el que elige el celibato por razón del Reino de
los Cielos y seguimiento de Jesús, personas capaces de un inmenso amor y
sacrificio, orientado hacia el amor más amplio y universal.
Me han llegado soplos de que el próximo Sínodo de Obispos v
a enfrentar el tema sacramental, en una sociedad como la actual, tan lejos del
sentido auténtico de Dios y del compromiso que el bautizado adquiere con su
Dios y con su fe. O sea: ¿qué garantía
dan los padres y padrinos de una educación cristiana? ¿Se puede seguir el ritmo actual, que podrá
satisfacer estadísticas y “satisfacciones” de “los mayores”, mientras que el
vulgo ni capta siquiera de qué se está hablando?
M atrevo a decir que puede ser también bello esta toma de conciencia real en el seno de la responsabilidad
de la Iglesia.
PADRE CANTERO ,un matrimonio-.cuando muere uno de los dos teniendo fè los dos,el que queda aqui y quiere, celebrar las boda de oro es posibles tadavia hay un vinculo de amor espirutual en los dos porque el queda aqui le ha sido fiel a DIOS ,y al otro conyuges,
ResponderEliminarIndiscutiblemente cabe celebrar el amor eterno que se juraron los que se unieron en sincero y permanente amor, y lo hicieron en fe y ante Dios. ¡Qué más quisiéramos poder conocer situaciones así! Por eso hay corazón que CELEBRA LAS BODAS DE ORO, porque ese vínculo de amor espiritual (y aún más que espiritual), permanece.
EliminarPOR SU ESPLICASIÒN MARAVILLOSAL LES DOY MUCHA GRACIA Y LE RRUEGO SIGA AYUDANDONOS Y ENSEYADONOS ,A ESTAR CON EL SENOR,,.,
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