A PUNTO DE EXPLOSIÓN
Jesús llega hoy al límite. En un
mundo hostil en el que se está desenvolviendo, era peligroso el lenguaje que
estaba usando, poniéndose Él como pan
bajado del Cielo (superando totalmente al maná)…, Pan de Vida que quien lo come no morirá, como vuestros padres que comieron el maná y murieron… Se va caldeando el ambiente porque saben que
Jesús es uno del pueblo, nacido en el pueblo, con la familia más que conocida…,
y aquella exaltación que Jesús está haciendo de sí mismo, llega ya a escandalizar.
Pero lejos de dar marcha atrás, o de
buscar hacerse más atractivo en su lenguaje…, o más comprensible, Jesús alarga
el paso y llega a decir hoy: El pan que Yo daré ES MI CARNE… Evidentemente a un oyente normal esa
afirmación no sólo le desagrada y escandaliza sino que le provoca repugnancia…
Pero Jesús sigue… Os aseguro que si no coméis la
carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Vamos a meternos nosotros allí…, vamos a
escuchar nosotros esas afirmaciones…, y si somos capaces de ponernos en el
lugar de aquella gente que escucha, ¿qué podemos pensar? O este hombre está
loco, o lo mejor es retirarse de Él. Lo
que está afirmando Jesús no es para admitirlo sin más en una lógica normal, en
una sabiduría normal. Sigue Jesús
ahondando…: El que come mi carne… tiene
vida eterna y Yo lo resucitaré en el último día. MI CARNE ES VERDADERA COMIDA… El que me come, habita en Mí y Yo en
él. Éste
es el Pan que ha bajado del Cielo.
Como titulo arriba, la situación está a punto de explosión.
Evidentemente la 1ª lectura ha preparado el terreno para
que nosotros tengamos un marco de comprensión: la Sabiduría, que no es la ciencia humana, que no es lo palpable y
demostrable…, la que es Sabiduría de
Dios, sabiduría espiritual, la que no se adquiere en las disciplinas
humanas, ha construido una casa…, ha
preparado un ámbito diferente para poder captar las cosas que no son humanas ni
dependiendo de lo humano. Hay otra SABIDURÍA, que viene de Dios…, que prepara
otro banquete, que hace posible que los
inexpertos y faltos de juicio –los que el mundo no puede entender, y por
supuesto el mundo no acepta- vengan aquí…, vengan a COMER MI PAN Y BEBER
MI VINO que he mezclado… para que podáis seguir el camino de la prudencia. Estamos, pues, en otra órbita. Esto es lo que hace tan difícil al mundo de
hoy captar lo sobrenatural: se ha
materializado tanto la vida humana…, se ha apegado tanto al suelo…, que ya no
admite, ni entiende, ni quiere, sino el placer inmediato, el beneficio a la mano,
el bien que toca y le produce el bienestar “YA” (como hoy e suele decir). Por eso se han destrozado los fundamentos
legales y se recurre a la algarabía, y –como ocurrió en la plaza del Pretorio-
la gritería del populacho se impone a la razón y a la Ley que debe ser base de
convivencia. Traslademos todo esto a la
vida sobrenatural, y no nos extrañará que esté pulverizada desde la criba
humana que ya no es ni capaz de entender ni atender otras dimensiones. Por eso es tan inútil pretender hablar de temas
más sublimes a quienes para nada están en condiciones de admitir otra cosa que
el beneficio inmediato, tangible y presente.
Esa prudencia de que habla LA
SABIDURÍA, no cabe en quien carece de la calidad de “prudente”.
La 2ª lectura lo dice ya todo: Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos sino sensatos. Sabed
comprar la ocasión porque vienen días malos. No estéis aturdidos; daos cuenta
de lo que el Señor quiere…, dejaos llenar del Espíritu. Orad;
celebrad constantemente la acción de gracias a Dios Padre, por todos, en
nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
O como
sintetiza el Salmo: Gustad y ved qué bueno es el Señor.
Que sintetiza perfectamente y siempre el entendimiento de la Palabra de Dios.
No estará siempre al nivel de nuestro entendimiento. Pero la
Sabiduría –que tantas veces está refiriéndose a Dios mismo- es la que nos
irá enseñando tantas y tantas cosas.., siempre que nuestra actitud interior
esté dispuesta a admitir que DIOS ES MÁS…, y que nosotros hemos de sentirnos,
como María, los “pequeños” que recibimos la grandeza del Señor que se nos
comunica
ResponderEliminarVerdaderamente la humildad va de la mano de la sabiduria ;¿ pero cÓmo se puede alcanzar ?.
Encuentro esta vida como un destierro espantoso ;el desierto no se lo deseo a nadie
eso si solo a los Santos que estarán encantados , pero como algo impuesto es tremendo .