DÍA DEL P. ARNAIZ
Hoy
es el día natalicio al Cielo del siervo de Dios, P. Tiburcio Arnaiz.
Comenzando
nuestro tema por las Lecturas del día, la primera anotación que hay que hacer
es que la Primera no es un texto
continuado en el libro de Isaías sino párrafos de un mismo capítulo, con lo
cual no aparece lo que es de Dios y lo que es del rey de Asiria. Como buen israelita comienza Isaías poniendo
a Dios como protagonista de la misma actitud de Asur de Asiria, rey expansionista que va doblegando naciones y
que finalmente cae sobre el propio Israel. Su dominio avasallador lo interpreta
Isaías como instrumento de Dios para su
Pueblo, que necesita una corrección.
Asur, por su parte –al que corresponde la mayor parte de la lectura, es
un brabucón que se jacta de que va a tratar a Israel como el que coge nidos con
la mano y los aplasta. Y esa soberbia no
es lo que Dios quiere. Asur se excede. Y en su afán expansionista, su propio
ejército sufre una epidemia que es como quemadura en su hígado. Cosa que –una vez más- Isaías pone a Dios
como autor de ese castigo por sus excesos. El resumen sería: las realidades de
un enemigo quiere Dios que sirvan de humildad y reflexión a su pueblo. Pero el enemigo se sobrepasa tanto que Dios
no quiere nunca el mal. Y el mal que
procuraba Asur desmedidamente, acaba volviéndose contra él mismo en un ejército
diezmado por la enfermedad.
El
SALMO vuelve a ser la pauta de
comprensión: Dios no rechaza a su pueblo.
Cuando el enemigo tritura materialmente a Israel, lo oprime, y asesinan
a las viudas, huérfanos y forasteros, como si no existiera un Dios en Israel,
Dios –que ve y que oye y conoce el corazón humano- sale en defensa de ese
Pueblo y ofrece un porvenir a quienes son rectos de corazón.
Encaja
preciosamente el Evangelio, con
Jesús dando gracias y alabando a Dios porque está de parte de los sencillos y
humildes, y ellos –por su parte- son los capaces de conocer lo secretos de
Dios. A ellos los revela Jesús, que es quien conoce lo íntimo de Dios.
Tendríamos
hoy un icono de esta realidad en el P.
Tiburcio Arnaiz S.I., en el aniversario de su muerte en la tierra y un nacimiento
en el Cielo. Sin poderme meter –evidentemente- en la riqueza de su vida, hay
algo que pone a las claras el evangelio que hemos tenido hoy: algo especial
tuvo el P. Arnaiz para que su devoción arraigase en el pueblo sencillo.
Ese
pueblo que lo honra con su peregrinaje constante a su tumba, en la Iglesia del
sagrado Corazón de Málaga. Ese pueblo que hoy va llenando las diversas Misas
que se celebran (seis), y que abarrotará materialmente ese hermoso templo en la
Misa de 7’30 de la tarde. Prueba muy clara de que el P. Arnaiz fie el hombre
bueno y sencillo que captó esa revelación de Dios, que sólo pueden captar los
humildes. Y que el P. Arnaiz se
entremezcló con los más sencillos, y su preocupación por la enseñanza en los
caseríos de la Provincia, le llevó a fundar ese callado ejercito de Escuelas
rurales, para que el conocimiento de la doctrina cristiana llegase a esos
rincones donde nadie llega.
Con
mucha razón, Jesús dio gracias al Padre por esa manifestación que hace de sí mismo,
de su amor, de su predilección por los sencillos.
Respecto a su comentario de Isaías tengo que decir que el libro de ISAÍAS es parte del Antiguo Testamento, y este es PALABRA DE DIOS,y más concretamente libro divinamente inspirado y de valor permanente. Para información general, apuntar que el marcionismo transmite la idea de presentar el Antiguo Testamento como algo prescindible porque el Nuevo Testamento lo habría hecho caduco. Esa idea va en contra de lo que enseña la Iglesia.
ResponderEliminarYo no estoy seguro que el decir que Isaías "interpreta" sea un término correcto. Podría alguien pensar erróneamente que Isaías o cualquier autor sagrado escribe al modo humano, palabras sólo humanas y no divinamente inspiradas, como es la creencia de la Iglesia.
No estoy diciendo que usted haya dicho nada raro, pero por si acaso alguien (como yo) lo entiende mal, me creo obligado a poner este comentario.
A favor del Padre Tiburcio Arnaiz, por lo que conozco de su vida, que es muy poco, y lo que me suscita el Espíritu que sabe más, sus obras son dignas de imitar, y más que intercesor (que también), debería ser imitado por sus virtudes. Hablo de todas esas personas que peregrinan a la tumba. Es responsabilidad de quien lleva los asuntos del P. Arnaiz e imagino que el superior jesuita, instruir corrrectamente a los fieles que asisten a la Iglesia del Sagrado Corazón, y en mi opinión, esa instrucción es pobre y deficiente, y pareciera que se hace más hincapié en el "milagro" que en lo otro que debería ser más importante. Si nos conformamos sólo con que se llene la Iglesia el día x a la hora H, nos conformamos con muy poco. ADVIERTO que mi comentario puede ser destructivo para "algunos".
ResponderEliminarSugeriría iniciativas "formativas" de la fe cristiana en las "legiones" de personas sencillas que asisten a la tumba sin mirar el sagrario. Alguna forma tiene que haber. Por ejemplo aprovechar mejor el espacio de esa hoja informativa que se pone en la tumba, o algo similar.
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