Vamos caminando hacia el
PRIMER VIERNES.
Tenemos en Málaga la inauguración del curso.
VIERNES 7 de
octubre,
5’30 de la tarde,
SALÓN DE ACTOS.
7’00: Oración ante el
Santísimo.
7’30: Eucaristía
que compartiremos con
miembros de la HOAC.
Liturgia
A los fieles de Galacia se dirige Pablo ya de un modo muy directo para
hacerles reaccionar de su error de haber aceptado “otro evangelio”. En 3, 1-5
arranca con una llamada muy fuerte de atención: ¡Insensatos gálatas!..., carentes de sentido, que os dejáis llevar
de falsas doctrinas que os imponen cumplimientos de leyes. Era la influencia
judaica la que se había metido como una cuña en la enseñanza que les había dado
Pablo.
Por eso de diferentes maneras alude Pablo en este trozo de
la carta a cumplimiento de leyes en contraposición con la gracia regalada por
Jesucristo y que llega a ellos por la fe. ¿Quién
os ha embrujado? ¡Y pensar que se había presentado ante vosotros la figura de
Jesucristo en la cruz! ¿Tan estúpidos sois?
¿Recibisteis el Espíritu
por observar la ley o por haber respondido a la fe? Cuando Dios os concede el
Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿lo hace porque observáis la ley [cumplimiento de
preceptos], o porque respondéis a la fe
[seguimiento de Jesucristo, el Cristo de la Cruz para nuestra salvación]?
Arguye Pablo porque está muy convencido de esa realidad: la
ley no santifica ni une a Dios. La ley se cumple y queda uno bien. La
esperanza-confianza-fe que provine de haber aceptado la salvación que ha hecho
Jesucristo, es la que realmente salva porque ya no es cosa de quedar bien sino
que coge en el fondo de la persona. Somos unos accidentados que quedamos
salvados porque Alguien desde fuera, Alguien mayor, nos ha curado.
Ayer, en las TEMPORAS, teníamos el evangelio de Mateo y
hoy tenemos el mismo evangelio según San
Lucas, más completo y más explícito. 11, 5-13: Jesús cuenta su clásico
cuentecillo para explicarse. Llega un
huésped a casa de alguien y son altas horas de la noche. No hay dónde
comprar. Pero ¿para qué están los amigos? A
medianoche se va ese alguien a casa de un amigo para pedirle que le preste tres
panes. Porque ha llegado un amigo y no tendo nada que ofrecerle.
El amigo está acostado y sus niños también y se excusa: No me molestes; no puedo levantarme a
dártelos. El otro insiste e insiste. Y dice Jesús. Si no se hubiera levantado de buena gana, por la insistencia e
importunidad se levanta y se los da.
Esa es la lección del pedid
y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá: que si no se
alcanza lo que se pide, hay que seguir insistiendo en la oración, porque
finalmente Dios escuchará al que le pide; Dios
dará Espíritu Santo He aquí la variación de formulación entre lo de Mateo y
Lucas. Mateo decía que Dios dará cosas
buenas. Y Lucas que dará el Espíritu
Santo. Lo cierto es que Dios no será sordo a las llamadas que se le hacen y
que, de alguna manera va a responder. Si
vosotros con todas vuestras deficiencias no daréis una piedra a vuestro hijo
que pide pan, ¡cuánto más lo hará de bien el Señor!
Darnos “el Espíritu Santo” es darnos Dios a sí mismo. No
tendremos lo que estábamos pidiendo pero Dios se nos viene a las manos. Lo que
pedimos es por lo general algo caduco, inmediato. Lo que Dios nos da es siempre
más y con más larga perspectiva. Y como dice Jesús en otro contexto, nos da
ciento por uno en esta vida y después la vida eterna. Pues así pasa en la
oración: muchas veces no obtendremos respuesta favorable a nuestras peticiones
concretas. Lo que pasa es que en la solución que Dios nos ha dado hay mucho
más: hay “Espíritu Santo”.
Mateo y Lucas nos transmiten el consejo de Jesús: nuestra insistencia en la Oración, pues si un padre sólo le dará a sus hijos cosas buenas…”¿Cuánto más vuestro PADRE DEL CIELO dará cosas buenas [o el ESPÍRITU SANTO] a los que le piden…?” Dios siempre escucha nuestras peticiones y siempre nos dará lo que más nos conviene… Confianza en la Oración, en el Corazón de Jesús que nunca nos fallará… En Él encontramos la PAZ… Antes de la Comunión Jesús nos dice: “La PAZ os dejo, MI PAZ os doy…” Son Palabras que penetran en el alma y la disponen para recibirlas juntamente con el mismo Jesús, que no sólo viene a nuestro encuentro… sino a darnos ‘su Vida’…en nosotros. Es lo más grande que ‘inventó’ JESÚS, HORAS ANTES DE SUFRIR Y DE MORIR…irse y quedarse con nosotros hasta el fin del Mundo… Con los discípulos de Emaús, podemos decirle: “SEÑOR, QUÉDATE CON NOSOTROS,, PORQUE ATARDECE Y EL DÍA VA DE CAÍDA…” (es una realidad…) Le necesitamos cada día… cada noche y siempre.
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