Liturgia. LA VIRGEN DEL PILAR
A la fiesta de hoy le asignan dos primeras lecturas, a elegir; una es
del Antiguo Testamento y otra es del nuevo. Hago reflexión sobre las dos.
1Cro 15, 3-4. 15-16 nos pone delante el traslado solemne
del Arca a la Tienda donde va a ser depositada, lo que se hace con gran
solemnidad de los israelitas y de los ministros que se van a encargar del
traslado. Llevada con toda solemnidad por los levitas, es finalmente colocada
en el centro de la Tienda que David le había preparado. Y allí ofrecieron
sacrificios y holocaustos en honor de Dios.
La Virgen es Arca de
la nueva alianza, como rezan las letanías (“foederis Arca”), y es puesta
por Dios casi en el centro del nuevo templo de la Iglesia, como PILAR
inconmovible al que se pueden llegar los fieles para tener una fuerza
sobrenatural por la que acercarse a Jesucristo y al Padre, a quien ofrecer el
nuevo Sacrificio de la Alianza nueva y eterna.
Más directamente relacionada con María es la lectura de los
Hechos (1, 12-14) en donde se presenta a María como centro que polariza la
oración de los apóstoles, que esperan la promesa de Jesucristo, que dijo que
siguieran en Jerusalén hasta que recibieran la fuerza de lo alto. Ahí en el
centro, como ROCA que aglutina, como COLUMNA que sostiene, está María también
en oración junto a la incipiente iglesia que espera su consolidación. Es una
bella imagen para aplicarla a la fiesta del PILAR, asentado fuertemente para sostener
la fe. Desde ese Pilar, venerado en ciudad de Zaragoza, María vela por esa vida de fe de una nación y
de una hispanidad de los pueblos de Iberoamérica.
El evangelio (Lc 11, 27-28) encierra una lección de mucha
envergadura: la fe no se vive simplemente proclamando a María dichosa y
bienaventurada sino escuchando la palabra de Dios y poniéndola en práctica. Ni
siquiera basta “escuchar la palabra de Dios”, con ser algo tan substancial en
la vida de un cristiano. Adonde nos conduce la Virgen del Pilar es a una puesta en práctica, a un compromiso con
esa práctica de la fe, que es indispensable para que sea verdadera. En unos
tiempos en los que se difumina la fe bajo el señuelo del imposible (“creyentes
no-practicantes”), el evangelio de hoy nos pone ante una verdad incuestionable:
la fe es fe cuando se practica de acuerdo con la fe. Y no sólo cuando se es “buena
persona” sino cuando se practica la vida esencial de la Iglesia que son los
sacramentos, que son como la respiración de esa Iglesia. Sin ellos falta el
oxígeno porque ellos son los instrumentos que nos hacen presente a Jesús en los
momentos cruciales de nuestra vida.
En otro momento nos dirá Jesús que no consiste en ir a él e invocarle: Señor, Señor, sino en poner en
práctica la voluntad de Dios. Y toda la vida de Jesús es un paso constante
de hacer lo que Dios quiere. “Poner en práctica”, “hacer”…, son la misma
expresión de una sola realidad: que la fe tiene que ser activa, real,
practicante. Y la práctica no la inventa cada cual a su manera y antojo sino acorde
con la enseñanza de la Iglesia, que es el brazo prolongado de Jesucristo en el
momento actual de la historia.
Basta observar el declive de las costumbres, de los
valores, de la práctica sacramental, que nos presenta el mundo de hoy, para
comprender el deterioro de la humanidad. Ha perdido su punto de referencia –Dios,
lo sobrenatural- y se ha quedado en lo meramente humano. Y ya se sabe adónde es
capaz de llevar la humanidad deshumanizada: han perdido sentido la vida, la
razón, la moral, el sentido de lo perenne, el respeto al otro, a los derechos ajenos,
a la dignidad de la persona… Y así podríamos seguir descubriendo ese declive
generalizado de la corrupción a todos los niveles, desde el personal al
familiar, desde el social al político, desde el laboral al sindical… De ahí a
la “cultura del pelotazo”, y a todo ese mundo del abuso en cualquier sentido;
de ahí la agresividad aun en la niñez, o la alteración brutal del respeto a los
mayores, de la desconsideración hacia los educadores, incluso por parte de los
mismos padres de los alumnos.
Nos hace mucha falta recuperar la fuerza del PILAR o Columna
o la Roca firme…, que nos representa la fiesta de hoy, en honor de LA VIRGEN
DEL PILAR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡GRACIAS POR COMENTAR!