08 de septiembre de 2015
(ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha promulgado dos 'motu proprio' que han
sido presentados hoy en el Vaticano, referido a la reforma del proceso
canónico sobre las causas de declaración de nulidad matrimonial. Los dos Motu proprio del
Papa llevan el nombre de Mitis
Iudex Dominus Iesus y Mitis
et misericors Iesus, uno dedicado a la Iglesia de Oriente y el otro
a la de Occidente, respetando las características de los 'dos los pulmones' del
catolicismo.
En la introducción de los documentos el Pontífice
explica: "He decidido dar con este 'motu proprio' disposiciones con
las cuales se favorezca, no la nulidad de los matrimonios, sino la celeridad de
los procesos".
Ambos documentos comienzan recordando casi con las mismas palabras
que “el Señor Jesús, juez clemente, pastor de nuestras almas, ha confiado al
apóstol Pedro y a sus sucesores el poder de las Llaves para cumplir en la
Iglesia la obra de justicia y verdad; esta suprema y universal potestad de
atar y desatar aquí en la tierra, afirma, corrobora y reivindica la de los
pastores de las Iglesias particulares, en virtud de la cual ellos tienen el
sacro derecho y delante del Señor de juzgar a sus propios súbditos”.
Así el Santo Padre recuerda que durante los siglos, la
Iglesia en materia matrimonial ha elaborado un sistema de nulidad del consenso
matrimonial, para que “sea siempre coherente con la verdad de fe
profesada”.
Teniendo conciencia de esto, indica el Papa, “he establecido que
se ponga mano a los procesos de nulidad del matrimonio, y para ello he
constituido un grupo de personas eminentes”. O sea que “la preocupación
por la salvación de las almas” ha llevado a “empujar al obispo de Roma a
ofrecer a los fieles este documento de reforma”.
Y añade en su escrito que “alimenta este empuje reformador, el
enorme número de fieles que si bien desean proveer a la propia conciencia,
muchas veces se desaniman debido a las dificultades jurídicas de la Iglesia, a
causa de la distancia física o moral; la caridad por lo tanto y la misericordia
exigen que la misma Iglesia como madre se vuelva cercana a los hijos que se
consideran separados”.
El Pontífice añade que ha seguido las huellas de sus predecesores,
quienes quisieron que las causas de nulidad “sean tratadas por vía
judicial y no administrativa, no porque lo imponga la naturaleza de las cosas,
sino porque lo exige la necesidad de tutelar en el grado máximo la verdad del
sagrado vínculo”.
En el motu proprio para la Iglesia de oriente, el Papa añade entre
otros particulares que “es importantísimo el ministerio del obispo, el cual
según enseñan los padres orientales, es juez y médico, porque el hombre herido
y caído (peptókos) a causa del pecado original y de los propios pecados
personales, se ha enfermado y con la medicina de la penitencia obtiene de Dios
el perdón y se reconcilia con la Iglesia”.
Los puntos fundamentales de la reforma son:
- una sola sentencia en favor de la nulidad ejecutiva;
- el juez único bajo responsabilidad del obispo;
- el mismo obispo es juez;
- el proceso es más breve;
- el apelo a la sede metropolitana;
- la tarea propias de las Conferencias episcopales;
- el apelo a la Sede Apostólica;
- previsiones para las Iglesias Orientales.
- el juez único bajo responsabilidad del obispo;
- el mismo obispo es juez;
- el proceso es más breve;
- el apelo a la sede metropolitana;
- la tarea propias de las Conferencias episcopales;
- el apelo a la Sede Apostólica;
- previsiones para las Iglesias Orientales.
"Acelerar no es facilitar la nulidad". El mismo Obispo es el Juez...Se supone que el Obispo se tomará un tiempo suficiente para hablar con los esposos y que no les va a solucionar el problema sin dejarles un tiempo parala reflexión. Ahora recuerdo al Rvdo. Constancio Minguez, de feliz memoria, que, antes de proceder por la vía legal ,los citaba, hablaba con ellos mientras se tomaban una copa, los observaba muy bien y, tras la observación, a unos les concedía la "nulidad" y a los más, los hacía volver para seguir hablando y, cuando volvían ya habían hecho las paces. Nos decía que eran muchos los matrimonios que decidían seguir juntos. Creo que el Prelado/Juez puede evitar que muchos matrimonios se rompan. De todas las maneras, el Santo Padre y todos los Sacerdotes, tienen la potestad de "atar" y "desatar". El Espíritu los ilumina.
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