Liturgia del Domingo26 B
Desde la 1ª lectura se está abordando un tema que luego irá explanado
en el Evangelio. Moisés (Num 11, 25-29) ha pedido a Dios que le rebaje su
responsabilidad para conducir al pueblo hebreo. Y Dios atiende a sus
peticiones. Le manda reunir a setenta ancianos de la comunidad, y a ellos les
concede una parte del espíritu de Moisés. Enseguida ellos hablan Palabra de
Dios. Fuera del campamento habían quedado dos, que también profetizan con ese
espíritu de Moisés. Pero Josué, joven e impulsivo, viene enojado ante Moisés
porque esos dos que no estaban en el grupo están proclamando palabra de Dios y
le pide a Moisés que se lo impida. Moisés, anciano y maduro, le hace caer en la
cuenta a Josué que si están hablando palabra de Dios no deben ser impedidos. Y
que Josué más bien se ha sentido celoso, como si sólo el grupo pudiera ser el
que lo abarca todo.
En el evangelio (Mc. 9, 37-42. 44. 46-47) se repite la
misma situación. Juan viene a Jesús mal impresionado porque uno que no es de
ellos está echando demonios en nombre de Jesús, y los apóstoles se lo han
querido impedir. Y vienen a Jesús a contárselo como quienes han hecho una buena
obra. Y Jesús le dice que no lo impidan porque si está haciendo una buena obra
en su nombre, lo de menos es si es o no es del grupo.
No deja de dar pie a reflexión sobre muchos celos mal
entendidos de aquellos que creen que su grupo es el mejor o el que tiene que
prevalecer, aunque se haga en razón del buen nombre de su pastor. Lo único que
ceba decir entonces es lo que dijo Jesús: si lo que otros hacen es bueno,
¡bendito sea Dios porque hay más personas haciendo la obra buena!
Jesús ensancha su enseñanza y la lleva a más amplitud. Y
afronta el tema del mal ejemplo o del escándalo que pueden sufrir personas más
débiles en la fe, cuando se da ese mal ejemplo. Y para hacer énfasis en la
importancia de no crear mal ambiente (ni en defensa del bien), dice que antes
que llegar a ese daño, le vale más al que escandaliza encajarse una ruede de molino
al cuello y echase al mar. ¡Tan malo es el mal ejemplo, el daño que pueden
hacer actitudes menos rectas, celosas de “lo propio”, del “grupo”!
Y ya, puesto a tocar el tema del peligro de pecar o hacer
pecar, ¡del mal ejemplo!, daño que se infringe uno a sí mismo o que puede
provocar en la conciencia de otros, Jesús recurre a esas formas típicas suyas
de poner los ejemplos en el extremo más llamativo. Si tu pie te lleva al pecado, córtatelo; si ti mano te lleva al pecado,
córtatela; si tu ojo te lleva al pecado, arráncatelo.
Son frases muy sabidas y –por desgracia- pasadas por alto.
Porque uno que se tome en serio el evangelio, sabe que Jesús está llamando la
atención sobre cosas muy serias y concretas. ¡Cuántos malos pasos que se deben
evitar a toda costa! ¡Cuántas acciones que se deben evitar decididamente!
¡Cuántas miradas o puntos de vista que están haciendo un daño evidente a uno
mismo o a otros!
Pues en ese estilo extremoso en que Jesús quiere hacer patente
una cosa, está diciendo que vale más entrar
en el Reino cojo o manco o tuerto que perderse la vida del Reino con los dos
pies, las dos manos o los dos ojos.
Ha habido una progresión en toda esa exposición que nos ha
dejado Jesús en este evangelio, y ha aterrizado en esas realidades muy
concretas en las que puede sentirse aludida cualquier persona, y plantearse su
propia realidad a la vista de estas palabras de Jesús. Y tomar decisiones, en
consecuencia.
Santiago (5, 1-6) sigue en su línea de bajar a lo concreto:
es un escándalo el que abusa de su posición frente al más débil. Como caso ejemplar
pone el del rico que abusa del pobre, el poderoso que abusa del débil, el amo
que no paga a los segadores el salario justo… Bien podemos seguir poniendo
ejemplos de situaciones que pueden estar mucho más en nuestro ámbito: el político
que abusa de su posición, el empresario que no respeta los derechos del
trabajador, la ama de casa que no paga el jornal debido, el niño que abusa de su
fuerza para apabullar a otro niño, el fuerte que impone su ley…
Todo eso clama ante los ojos de Dios, y no queda pasado por
alto. Todo eso clama ante la Hostia pura que se nos da en la Comunión y debe
entrar en un corazón limpio que ni se escandaliza a sí mismo con una doble
vida, ni escandaliza a los más débiles con una falsía de religión.
A Dios, dador de todo bien, elevamos nuestras peticiones.
ResponderEliminar- Por España y por las elecciones en Cataluña, Roguemos al Señor.
- Por los frutos del viaje del Papa, Roguemos al Señor.
- Porque nunca nos dominen los celos en defensa de lo propio, y miremos siempre lo que da más gloria a Dios, Roguemos al Señor.
- Por la decisión con que hemos de evitar el mal ejemplo, y la falta e coherencia con nuestra propia conciencia, Roguemos al Señor.
- Por la justicia y caridad con que hemos de comportarnos con los más débiles, Roguemos al Señor.
Señor: que la participación en la Eucaristía nos vuelva muy sinceros con nuestras actitudes diarias.
Por Jesucristo N. S.
Jesús reprueba la mentalidad exclusivista de los discípulos, y les abre el horizonte y el corazón a un apostolado universal , variado y distinto. Los cristianos no formamos un partido "único".La única condición es llevar a Cristo a la almas dentro de esta variedad de formas apostólicas .En el apostolado ante todo se debe proclmar la verdad sobre Cristo,sobre la Iglesia ,nuestra madre y sobre el hombre, en la obediencia al Magisterio de la Iglesia.
ResponderEliminarSi somos cristianos verdaderos, siendo a veces muy distintos estaremos comprometidos en llevar a Dios a la sociedad en la que vivimos,iluminando nuestra conducta con la luz de la doctrina social de la Iglesia.
Sea cual sea el modo apostólico ai que el cristiano se sienta llamado, la caridad tiene que ir siempre por delante:" EN ESTO CONOCERÁN TODOS QUE SOIS MIS DISCÍPULOS."
La Primera Lectura nos revela la intención de Jahvé de verter su Espíritu sobre todos los hombres.No existen unas fronteras claras entre los que son y los que no son del grupo de Jesús.Sea quién sea, si cree en Jesús y habla en nombre de Jesús, es del "grupo", ya que Cristo murió por él y es un miembro de la Iglesia de Jesucristo.Es muy importante vivir la fidelidad al Bautismo, conscientes en todo momento que somos miembros de la Iglesia de Jesucristo, que somos miembros del Cuerpo Místico; y, si no somos tolerantes, si no dejamos actuar a los otros, si somos celosos y criticamos en negativo lo que hacen los demás, si no nos alegramos con la obra de muchísimas personas buenas y por todo el bien que se hace en el mundo, somos personas que aún no hemos aprendido a andar en la paz, en la justicia y en la fraternidad. Es el momento de reflexionar sobre nosotros mismos y comprobar si podemos estar poniendo tropiezos a la fe de los demás. siendo un obstáculo para la Iglesia.
ResponderEliminarEn todo caso, no nos desalentemos si hemos fallado, porque fallamos cada día, dejémonos guiar por la luz del Espíritu Santo. No nos dejemos vencer por el mal que existe en el mundo ni por nuestras fragilidades, sino que triunfemos del mal con la fuerza de nuestro amor y una dedicación constante al bien, con los ojos puestos en los Ojos misericordiosos de Jesús.