26 de enero de 2015 (Zenit.org) - Las mujeres son principalmente
las que transmiten la fe. Así lo ha afirmado el santo padre Francisco durante
la homilía de la misa celebrada este lunes en Santa Marta.
Haciendo referencia a la Carta de san Pablo a Timoteo, Francisco
ha explicado que el apóstol le recuerda de dónde viene su “fe sincera”: la ha recibido
del Espíritu Santo, “a través de la madre y la abuela”. Por eso, el Papa ha
indicado que “son las madres, las abuelas, las que transmiten la fe”. Y ha
añadido: “Una cosa es transmitir la fe y otra cosa es enseñar las cosas de la
fe. La fe es un don. La fe no se puede estudiar. Se estudian las cosas de la
fe, sí, para entenderla mejor, pero con el estudio nunca llegas a la fe. La fe
es un don del Espíritu Santo, es un regalo, que va más allá de cualquier
preparación”.
De este modo, ha especificado que es un regalo que pasa a través
del “buen trabajo de las madres y de las abuelas, el buen trabajo de esas
mujeres” en una familia, “puede ser también una empleada del hogar, puede ser
una tía”, que transmiten la fe.
A este punto, el Santo Padre se ha preguntado, ¿por qué son
principalmente las mujeres las que transmiten la fe? Y ha respondido:
“Sencillamente porque quien nos ha traído a Jesús es una mujer. Es el camino
elegido por Jesús. Él ha querido tener una madre: también el don de la fe pasa
por las mujeres, como Jesús por María”.
Por otro lado, ha subrayado que “todos nosotros hemos recibido el
don de la fe. Debemos cuidarlo, para que al menos no se debilite, para que
continúe siendo fuerte con el poder del Espíritu Santo que nos la ha regalado”.
De este modo, el Santo Padre ha señalado que “si no tenemos este cuidado,
cada día, de reavivar este regalo de Dios que es la fe, la fe se debilita, se
agua, termina por ser cultura”.
En contraste con esta “fe vida” san Pablo advierte sobre dos
cosas: “el espíritu de timidez y vergüenza”. A propósito, el Pontífice ha
asegurado que “Dios no nos ha dado un espíritu de timidez. El espíritu de
timidez va contra el don de la fe, no deja que crezca, que vaya adelante, que
sea grande”. Y la vergüenza --ha añadido-- es ese pecado: “Sí, tengo la fe,
pero la cubro, que no se vea mucho…”
Asimismo, el papa Francisco ha explicado que el espíritu de
prudencia es “saber que nosotros no podemos hacer todo lo que queremos”,
significa buscar “los caminos, el camino, las maneras” para llevar adelante la
fe, pero con prudencia.
Finalmente, el Santo Padre ha invitado en su homilía a “pedir al
Señor la gracia de tener una fe sincera, una fe que no se negocia según las
oportunidades que vienen. Una fe que cada día trato de reavivarla o al menos
pido al Espíritu Santo que la reavive y así dé un fruto grande”.
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