COMPARADO CON CRISTO…
Hay un salto
dialéctico en el comienzo de esta perícopa de la carta a los filipenses. San Pablo declara que los verdaderos
circuncisos no son los judíos, que tienen la circuncisión física como
distintivo varonil de pertenencia al pueblo escogido, sino que son los otros –los no circuncidados
físicamente- pero con una “circuncisión del corazón”, del alma, que es la que
lleva la verdadera marca de Dios para la pertenencia al Reino de Dios. Y no es
que Pablo quiera expresar menosprecio a lo que fue en tiempo anterior una
realidad tan viva entre los judíos. Y
dice: Si yo fuera a aducir mis títulos
judíos, puedo hacerlo tanto y más que los otros. Yo soy israelita de nacimiento, estoy circuncidado a los ocho días de
nacer (como manda la ley), hebreo por los cuatro costados, y fariseo en
lo que toca a vivir la Ley, y en eso fui irreprochable. Intransigente con lo
que no era la fe judía, y por eso perseguí a la Iglesia. Quiere decir que no hay quien me tosa en
todos esos “títulos” que otros pueden esgrimir.
Y sin embargo, todo eso que para mí era ganancia, lo consideré perdida
cuando me encontré con Cristo. Digo más:
todo aquello fue pérdida COMPARADO CON LA EXCELENCIA DEL CONOCIMIENTO DE CRISTO
SEÑOR. Todo fue para mí basura, con tal de ganar a Cristo.
Ya sería suficiente con esta
transcripción que he hecho, y que debe leerse de rodillas, porque es una
declaración sublime de un convertido, que bien puede tener autoridad manifiesta
cuando expresa ese valor tan inmenso que es CONOCER A JESUCRISTO, que deja en
basura cualquier otro conocimiento y cualquier otro mérito o valor.
Reconozco la sensación penosa que
recibo cuando pretendiendo llevar a alguien al conocimiento del evangelio,
obtengo con repetida respuesta: sí, yo
tengo mucha fe; yo rezo mucho, yo rezo muchos rosarios, yo soy de comunión
diaria… Y aunque se intente expresarle lo mucho más profundo que es ORAR CON EL
EVANGELIO para obtener un CONOCIMIENTO DE LA PEERSONA DE JESÚS, topa uno con
una muralla de granito que –en el “más respetuoso de los casos”- se traduce en el silencio total como
quien le está diciendo al confesor: déjese
de monsergas, deme la absolución y me voy.
Y me quedo yo mismo con aquella mirada de Jesús, que se siente partido
en su alma cuando el individuo se cierra a esa inmensa VENTANA AL EVANGELIO,
que tanto bien podría enseñarle en el “panorama” del Corazón de Cristo.
En el Evangelio, llegamos a ese punto sublime de San Lucas, que en ese
sólo capítulo ya ha dejado el Corazón mismo de Dios, reflejado en Jesucristo.
Hoy nos se detiene el Evangelio en las dos primeras parábolas: la oveja perdida y la moneda perdida,
que causan tanta alegría en la mujer aquella que acaba encontrando su moneda, o
en el pastor que ha recuperado su oveja.
¿Qué había otras monedas y otras ovejas… ¿ - Por supuesto. Pero “esas” eran las que se habían
perdido, y en las que Jesús pone el énfasis de la búsqueda y de la alegría del
encuentro. El gran retrato del Corazón
de Cristo. Y lo que se añade –y puede
pasar desapercibido para quienes no se meten mucho más allá de lo que leen- lo
más refleja el sentimiento hondo de misericordia de Jesús es que la
alegría del pastor o de la mujer no se queda en ellos… “Ya lo encontré, y ya estoy contento”. No. Sino que esa alegría es inmensamente contagiosa,
y salta hacia afuera sin poderse callar. Y tanto uno como otra, convocan a sus
conocidos para trasmitirle eufóricamente su gozo por el encuentro.
Ésta es la mejor representación de
la alegría de Jesucristo por el pecador que vuelve al redil…
Y esa debe ser la alegría de cada
bautizado cuando sabe que alguien volvió.
Y esa fue la lección de Jesús
cuando aquella otra parábola del obrero holgazán que acabó yendo a última hora
a la viña…, y recibió igual que el
primero, que había llegado temprano y había soportado el calor y el
bochorno y el trabajo de todo el día. Y
hay muchos a quienes les parece mal… ¡No
tienen precisamente LA ALEGRÍA DE JESÚS ANTE EL ENCUENTRO!... No han entendido nada… No han llegado a oler lo que son entrañas
de misericordia… ¡Esas son las
entrañas de Jesús, EL CORAZÓN DE JESÚS!
¿Hay algo –puede preguntarnos ahora
San Pablo- que pueda compararse con el conocimiento de Jesucristo?
Y CUANDO LA ENCUENTRA LA CARGA SOBRE SUS HOMBROS.....Jesucristo sale muchas veces a buscarnos.Él que puede medir en toda su hondura la maldad de la ofensa a Dios, se nos acerca.Es tanta la impaciencia del Buen Pastor que no espera a que la oveja descarriada vuelva al redil por su cuenta, sino que él mismo sale a buscarla,y, una vez hallada, ninguna otra recibirá tantas atenciones como ésta,pués tendrá el honor de ir a hombros del Pastor.Yeste interés es que hemos de tener nosotros para que los demás no se extravien y si están lejos de Dios´para que vuelvan. Para ésto contamos con nuestro ejemplo y nuestra oración humilde y perseverante.
ResponderEliminarEl Salmo que corresponde a las lecturas de hoy (104)pertenece al género literario llamado"género histórico".No es que narre un suceso histórico,sino que se centra en la exposición de diversos pasajes de la historia de Israel.En este salmo se canta la grandeza del Dios Creador y da gracias por la creación su conservación del pueblo de Israel,efecto del amor y la fidelidad de Dios la (Alianza).
Alianza con los patriarcas.La historia de José.Israel en Egipto.las plagas.El Exódo.En todos estos prodigios,Jahveh se acordaba de su palabra dada a Abraham y los llevó a la tierra prometida.
El cristiano debe tomar conciencia de que todos los prodigios operados por Dios en la antigua Alianza,son prodigios que nos atañen a todos los beneficiarios de la Nueva alianza.En efecto el cristiano es también hijo de Abraham:"Si sois de Cristo,sois descendientes de Abraham,según la promesa".
Qué belleza de palabras las de Pablo. Cuántas veces ponemos en lo nuclear a todos menos... a Dios. En ocasiones, se nos llena la boca de Dios, pero... ¿en la praxis es así realmente? Nuestra vida ha de ser un tamiz en el que filtremos lo que carece de valor, y como bien dice Pablo entender que todo es basura si lo comparamos con el Señor. Pero ese tamiz lo convertimos 8es más cómodo) en embudo... por donde todo cabe.
ResponderEliminarCuántos afanes, cuánto desasosiego, cuánta dedicación... para aquello que no es Dios, y qué poco centrarnos en El. Si realmente ponemos en el centro de nuestro corazón al Señor... otro gallo cantaría.
praxis, tamiz, nuclear, embudo...¡!
ResponderEliminar