FIELES DIFUNTOS y PRIMER VIERNES
¿Será
casualidad que oficialmente hoy puedan celebrar 3 Misas los sacerdotes, lo
mismo que el día de Navidad? ¿Será
casualidad que el Nacimiento y la Muerte tengan el privilegio de esas 3 Misas? Más aún: ¿tendrá que ver el hecho de que
Jesús nace con la CELBRACIÓN de este día que CONMEMORA A TODOS LOS FELES
DIFUNTOS? Porque observen ese título que
da la Iglesia a este día: no se habla de “sufragio”, sino de
“conmemoración”. ¿También es casualidad
que ayer celebráramos TODOS LOS SANTOS
(quienes ya está viviendo en el Cielo con plenitud), y que hoy conmemoremos a
todos los fieles difuntos? Porque es
evidente que conmemoramos a los que ya están salvados; no íbamos a conmemorar a
los hipotéticos condenados (si los hubiere).
Conmemoramos, en definitiva, no
su muerte sino su nacimiento, el que
hay después de la muerte para aquellos que murieron en la PAZ DEL SEÑOR. Porque de eso se trata.
Lo difícil hoy para mí es hacer una
expresa mención de la liturgia porque en los misales de uno popular –a menos
los editados hace pocos años- no aparecen lecturas propias para cada uno de los
formularios de las Misas. El Leccionario oficial sí las trae ya,
evitando el molesto manejo de unos formularios comunes, abundantes, en los que
cada lectura, cada salmo, cada evangelio había que buscarlo en diferente sitio
y escogidas cada parte al azar. No
puedo, pues, entrar en concreto sobre lecturas oficiales de este día. Lo que sí se puede afirmar siempre es que
toda lectura sobre la muerte, especialmente en el Nuevo Testamento, es una
puerta a la esperanza. El Bautismo está
ligado por el mismo Cristo a su muerte (el
bautismo que Yo voy a recibir; el cáliz que Yo he de beber). El bautizo más primitivo en la Iglesia, se
realizaba por inmersión,
introduciendo al neófito dentro de la piscina
bautismal hasta la cabeza: un símbolo de muerte bajo las aguas. Pero la
palabra del Sacerdote o diácono –las que Jesús dejó ahí como modo de salvación-,
“salvaban” al bautizado sacándolo del agua, y con la invocación al Espíritu
Santo que da vida. Por eso la muerte
está abocada a la vida a través de la fe…, a través de la gran realidad de
Cristo muerto y resucitado, que convirtió la muerte en vida, el fracaso en
triunfo, el pasado en ilusión y posibilidades de futuro. En la carta a los fieles
de Roma (capítulo 6) se trata de ello. Y
en la 1ª carta a los fieles de Corinto (c. 15) se pone la razón de todo: porque
Cristo ha resucitado y así fundamente nuestra fe.
Muchos textos pueden aducirse y hoy
encontraremos otros nuevos los que participemos en las tres Misas, o en alguna
de ellas. Se ha tocado en la “primera”
[primer formulario] esa afirmación maravillosa de Jesucristo que dice a sus
apóstoles que Él se va al Cielo porque va a prepararlos sitio en las muchas “estancias”
que hay allí… Y cuando preguntan los
apóstoles cuál es el camino para
llegar, Jesús responde con la más bella de las respuestas: YO SOY EL CAMINO. Y nadie va al Padre sino por mí.
Como hoy se añade a esta
conmemoración –realmente festiva- la otra realidad de ser PRIMER VIERNES DE MES, nuestro acto del APOSTOLADO (5’30 de la
tarde, en el Salón de Actos de la Casa de los jesuitas), nuestra HORA SANTA ante
el Santísimo, en la Iglesia ( a las 7), lo haremos en ese ámbito gozoso de
quienes HEMOS ENCONTRADO EL CAMINO en el
Corazón de Jesucristo…, en el Corazón de Dios, donde se fundamenta
indubitablemente NUESTRA FE.
Jesucristo, el muerto que VIVE, y
vive para siempre, y vive para seguirse dando a nosotros y por nosotros, nos va
a mostrar EL CAMINO desde esa realidad inmensa del Evangelio, ese pozo de vida porque (como expresó en su diálogo con
la samaritana, el agua que yo doy, salta hasta la vida eterna. A ello nos dirigims, ese punto de plena
confianza es el que fomentamos y el que tratamos de universalizar en el
Apostolado, que tiene el gran recurso de LA ORACIÓN, y la gran exigencia de LA
MISIÓN. Porque muy mal se entendería a
quien vive el espíritu del Apostolado de la Oración quedarse sólo con la
segunda parte y no sentirse acuciado por la primera.
Y la enorme riqueza del Apostolado
de la Oración es que entra transversalmente en todo grupo cristiano, activo o
contemplativo, en toda vida consagrada (activa o contemplativa), en todo hombre
o mujer de sentimientos humanitarios y que admita el valor de suplicar a
Alguien que todo lo puede…, sin el este apostolado de la oración suplante,
añada nuevas obligaciones, invada terrenos…
Sencillamente el APOSTOLADO DE LA ORACIÓN es alma que vivifica y potencia, y
más universaliza en cuanto que no se queda en lo pequeño de un grupo o
gueto sino que acoge y aplica las grandes intenciones que el Papa pone como necesidades
más universales y perentorias.
A veces, he concluido en mi pensamiento que la grandiosidad de Dios al crearnos no está después de la muerte, sino antes de nuestra creación. Dios Padre nos crea para darnos Vida tras esa creación física, humana que tiene finitud terrenal. Paradoja, pero realidad. Desde que el Señor dispone nuestra vida a este mundo, El ya dtermina que ello lleva implícito la vida ETERNA. Pienso en esa niñez en que viviamos la magia de los gusanos de seda, que "morían" para transformarse.
ResponderEliminarCulturalmente, socialmente, el tema de la muerte nos impregna de un oscurantismo, de un misterio, que para los creyentes y para los que vivimos la Resurrección de Jesús carece de sentido, pues es la puerta de entrada a esa auténtica Vida para la que desde nuestra concepción desde el Amor de Dios hemos sido destinados. En este día, quiero acordarme de todas aquellas almas que no cuentan con una simple oración o recuerdo desde este mundo y que sin duda gozan también de la vida prometida por Cristo.
AMO AL SEÑOR,PORQUE ESCUCHA MI VOZ SUPLICANTE;PORQUE INCLINA SU OÍDO HACIA MÍ EL DÍA QUE LO INVOCO.
ResponderEliminarLo primero que debería preguntarse un cristiano es aquello que se pregunta el salmista¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?La respuesta la tiene en las palabras del salmo,que la liturgia romana puso en labios del sacerdote antes de la comunión:"tomaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor".La Eucaristía es la mayor prenda de la misericordia divina,y el mejor medio de dar gracias a Dios
Por eso el modelo para recitar este salmo lo tenemos en CRISTO que lo recitó al terminar la Cena pascual en la que había instituido la Eucaristía,sacramento vivo de su sangre derramada en la cruz,con la que fundaba la Nueva Alianza y operaba nuestra redención.Pero la Eucaristía es participación en su misma vida y por tanto,la vivencia de la entrega total al servicio de Dios y de los hombres.