LA BASÍLICA DE LETRÁN
Es, por
decirlo así, la Basílica del Papa; la “madre
y cabeza de todas las iglesias de la urbe y del orbe”. La conmemoración de
una Basílica es un reconocimiento de todos los Templos, como lugares
privilegiados de culto. Y nos traslada de inmediato a algo mucho más “de andar
por casa”, que es la realidad de los cristianos como piedras vivas del Templo de Dios…, o dicho de otro modo somos
Templo del Espíritu Santo.
En las Lecturas de hoy puede haber
diversas elecciones. No sólo en cuanto
al número de lecturas sino a la lectura concreta que se elija en cada grupo de
Antiguo y Nuevo Testamento. En el A. T.
está más indicada la de Ezequiel 43, 1-2, 4-7.
La gloria de Dios viene de Oriente (oriente es el lugar de la salida del
sol; y Cristo es el Sol). Y esa gloria
de Dios suena a estruendo de aguas caudalosas.
¡El torrente de gracias de Dios que surte del Templo, que es “mi trono, donde voy a residir para siempre”!
En el Nuevo Testamento se prefiere
la 1ª carta a los Corintios (3, 9-13; 16-17), donde se declara a Cristo la
Piedra Angular del, edificio, el cimiento inmutable. Y encima se van colocando las otras piedras o materiales de la
construcción. Y ya advierte Pablo que
pueden ser piedras preciosas, madera, heno o paja… Eso depende de cada uno…, y el resultado será
el que cada uno haya puesto en la construcción.
Por eso es ignorancia supina cargar “contra la jerarquía” o cargar “contra
los fieles”. Nada son los unos sin los otros. Y lo mismo unos que otros pueden
hacer edificio sólido o sin consistencia.
Lo que no debe perder nadie de vista es que somos templos del Espíritu Santo
que ese Espíritu de Dios habita en nosotros. Y ahora el Templo se construye
o se derruye. Y todos y cada uno somos
igualmente responsables del Edificio.
San Pablo dice a los fieles de Corinto que él ha actuado de hábil
arquitecto para construir esa comunidad, por el don que Dios puso en sus manos:
Sois edificio de Dios; mire cada uno cómo construye. Lo que es un desafío personal que tenemos
cada uno que asumir constructivamente. Y
que toda crítica, desdoro, etc., que puede echarse en cara de unos, va siempre
en detrimento de todos, incluidos los que critican y no construyen…, los que
pretenden construir no encima del
cimiento (Cristo) sino al lado… No en
vertical (única Iglesia de Cristo) sino en horizontal (“iglesias paralelas”…,
cada una tirando de la manta para sí…, pero
no levantando edificio sino restando, contrarrestando… ¡El gran mal de los “grupos”
que se cree cada uno con toda la verdad!
Por eso es elocuente el Evangelio. Aunque San Juan lo llena de simbolismo para
exponer la finalidad que pretende, el mismo relato en los sinópticos no utiliza
símbolos (azote de cordeles, templo de su
Cuerpo que destruyen y “Él lo rehace” en 3 días…).
Los
tres otros evangelistas van al sentido de la purificación de un templo al que
profanan las costumbres interesadas de los dirigentes judíos. Y esto es mucho
más práctico para lo que pretende Jesús. Porque coinciden los 4 en esa purificación que derriba mesas de dinero
y manda salir a los feriantes. [En realidad ellos están allí porque los jefes
religiosos cobran sus cuotas por ello. Y
precisamente Jesús les contrapone cueva
de ladrones (o casa de mercado) a lo que debe ser realmente el Templo Santo
de Dios: una casa de oración].
Y mientras los sacerdotes se
indignan (que no los mercaderes, que no protestan), se vienen a Jesús los ciegos y los cojos. Pretenden los hombres religiosos acallar los
gritos de reconocimiento y júbilo hacia Jesús. Se acercan confiados los pequeñuelos, los necesitados. En los primeros hay suciedad de corazón. En los humildes hay necesidad y acogida. Y a la par que a éstos los atiende Jesús y
los cura…, y más se indignan los sacerdotes aquellos por ver las maravillas de
Jesús, viene en Mateo una terrible expresión: Jesús, dejándolos, se salió fuera. No tiene más que decir…; es inútil
decir. Y marcha a Betania, lugar de paz
y de acogida.
Partiendo de la finalidad de estas
celebraciones de Basílicas, centradas más en lo pedagógico, hay diversos puntos
que salen muy al paso: ¡cuánto tendría
hoy que purificar Jesús en los
templos, a los que tantos y tantos han hecho casa del pueblo en vez de Casa
de oración Y no me voy muy lejos ni
a “los no religiosos”. Porque ¡buena
falta nos hace a todos recuperar una pureza mayor en nuestra actitud en el
templo.
Más en profundidad, está qué “materiales” estamos utilizando cada
cual en esta construcción del templo santo de Dios para que seamos
realmente piedras vivas en este Templo
del Espíritu Santo que somos cada uno.
O ¿o qué ensamblaje de piedras
hacemos para construir EN VERTICAL, codo a codo, elevando y engrandeciendo
el Edificio…, y hasta dónde construimos nuestros reinos de taifas, con tantas facciones, tantas tensiones, tantos
compartimentos estancos HORIZONTALES,
donde cada piedra queda en equilibrio inestable respecto de la otra…, y algunas
veces en absurdas iglesias (grupúsculos)
paralelos, llenos de “tuyo y mío”, que en nada tienen que ver con la sólida
construcción del IGLESIA DE JESUCRISTO. Cuando menos, cabe pensar. Aquella pregunta que le hicieron los
apóstoles a Jesús, en la Cena: ¿acaso soy
yo?
¡QUÉ ADMIRABLES SON TUS MORADAS,SEÑOR DE LOS EJERCITOS!.
ResponderEliminarEste salmo es una de las joyas de la poesía religiosa de Israel.Todo él está impregnado por una fe fuerte y viva que puede avergonzar a muchos cristianos.En él se ve la intensidad del sentimiento religioso que animaba a gran parte del pueblo de Israel, cuando venía a buscar en el templo al DIOS VIVO (v.3)fuente de vida y de gracia.Pero el cristiano tiene motivos para superar ese fervor y dedicación. El templo cristiano es la morada del DIOS VIVO ya que contiene en la EUCARISTíA la presencia del DIOS HECHO HOMBRE en CRISTO real y sustancialmente presente en la Hostia consagrada.
¿No sabéis que sois templo de Dios y el Espìritu de Dios habita en vosotros?.Es esta una idea que pudiera parecer propia de místicos,pero que según San Pablo es el ABC de todo cristiano.