¿Duendes de imprenta?
Antes teníamos
la escapatoria de los duendes de imprenta
para tapar nuestros gazapos. Hoy no
existe eso: el ordenador es el que manda. Pero el ordenador no es tonto ni
listo. El que escribe enn el ordenador es
quien acierta o se equivoca. Pues yo me equivoqué ayer y di equivocado
el nombre del presentador de mi libro. Su nombre es RAFAEL CAVA MORILLO, Y NO “Antonio”,
como escribí en las prisas… (a algo tengo que echarle la culpa)
PURO SIMBOLISMO
Apocalipsis 14, 14-19 es puro
simbolismo. Y muy lejos de lo que pueda
parecer a primera vista, sin una referencia directa a poder religioso. Los expertos del libro que comentamos ven en
estos personajes la destrucción del Imperio Romano. La nube blanca expresa una
mayor altura que lo que es la tierra. Y el que se sienta sobre la nube blanca,
cuya procedencia no es el Cielo, es “al modo de Ciro”, el rey de Persia,
vencedor del Imperio babilónico, y por tanto muy de considerar en el ámbito de
liberación del Pueblo de Dios. Pues de
la misma manera surge otro poderoso, con corona de oro que será quien venza a
Roma (la actual opresora de los judíos.
Pero ese nuevo poder no se vale solo; otros “ángeles” –uno procedente
del templo [quiere decir: aún más poderoso que el anterior de la corona de
oro], y otro del, altar” [cuyo poder sobre “el fuego” expresa que puede ofrecer
el incienso del sacrificio litúrgico; de ahí que sea como quien deja ya la
puerta abierta a actuar, porque un sentido de liberación del Pueblo de Dios
está ahí encerrado. Podría decirse: que
tiene el “permiso de Dios” para que ya sea el tiempo de liberar a su Pueblo].
Los “racimos de la tierra” y “la mies
de la tierra” [todo referido a terreno], expresa poderes humanos…,
precisamente Roma, que va a ser segada con las diferentes hoces de los otros poderes más fuertes. Y se va a establecer una lucha tan mortal,
que la sangre de los contendientes va a subir hasta el estribo de los caballos, hasta llegar a vencer “la bestia”.
Que si ahora juntamos esta
descripción con la de Jesús en el Evangelio
de hoy, nos resulta mucho más inteligible ese “fin del mundo” y destrucción del
Templo de Jerusalén, el emblema que expresa a todo el mundo judío. Eso que resuena espantoso para un oído judío,
dice Jesús que no sea motivo de espanto ni de terror, ni de que nadie engañe.
Porque el desastre de esa nación judía no es el final. NO TENGÁIS MIEDO.
Desde la Palabra de Jesús, el mundo
no se acaba cuando acabe aquel falso poder religioso tan soberbio…, cuando
sucedan tantos cataclismos y desgracias.
Detrás está siempre la nueva esperanza de un nuevo Pueblo.
IMPOSIBILIDAD DE TIEMPO PARA
SEGUIR. PERO HAY UNA NOTICIA…
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