LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO
“¿QUIÉN ES ESTE?”
TENDRÁ LUGAR EL
JUEVES 29 A LAS 8 DE LA TARDE
EN EL SALÓN DE
ACTOS DE LA CASA DE LOS JESUITAS
(“Centro
ARRUPE”)
Apocalipsis 5, 1-10
Sigue el éxtasis de Juan, y está
introducido en el Cielo y está viendo una inmensa visión. Junto al trono empíreo había un rollo sellado
con 7 sellos. Un ángel poderoso gritaba: ¿Quién
puede soltar los sellos abrir el rollo?
Nadie respondía. Y el vidente
rompe a llorar. Uno de los ancianos que representan a la humanidad le dice que no
llore, porque uno de ellos, que es un vencedor, un león de la tribu de Judá´y vástago de David, puede hacerlo. Y de en medio de los seres vivientes y los
ancianos surge un Cordero que se veía que había sido degollado, pero que
llevaba insignias de poder [bíblicamente están representadas por siete cuernos y siete ojos], y se
adelantó hsta el trono. El que estaba en
el trono le entregó el libro y todos se
postraron ante Él, y rompieron a cantar un himno de triunfo definitivo: fuiste degollado y con tu sangre has comprado para Dios a toda la humanidad, y los
has constituido sacerdotes para servir a Dios.
Dentro de lo que es un género
profético que describe con imágenes de fantasía, no puede expresarse más
hermosamente quién es Dios –en su Cielo pero tendiendo la mano a la tierra de
los mortales, de donde UNO DE ELLOS (que al mismo tiempo es tan sublime que es
Cordero degollado pero vivo: Cristo resucitado), puede abrir el rollo de la
vida. Eso sí: a costa de su sangre. Y
con ese poder tan infinito, que de su propio poder y sin perder nada de él,
puede constituir no solo sacerdotes que continúen abriendo ese libro, sino
extendiendo su sacerdocio a toda la humanidad que quiera entrar en su ámbito de
salvación. Y así, toda persona humana que quiera, puede alabar a Dios y hacer
que el reinado del Cordero abarque la tierra entera.
El Evangelio vendría a ser un episodio desdoblado de ese proceso
salvador. Y lo que nos muestra es ese
asomarse Jesús a Jerusalén y –al ver la Ciudad- sentir el estremecimiento de
una ciudad que se cierra a la ayuda que Él le quiere prestar…, la salvación que
Él le quiere traer. Pero que esa ciudad
NO HA QUERIDO. Ha dejado sus ojos
cegados a la luz, y no ha sabido lo que le traía la paz. Se ha encerrado en sí misma…, ha querido ser
tan suya, que no sólo se pierde ahora la salvación que Jesús le trae, sino que
su mismo empecinamiento acabará trayéndole la ruina plena.
FILIAS Y FOBIAS
En términos psicológicos se
designan filias (tendencias
instintivas –y juntamente fomentadas-) a esos enfermizos afectos favorables
hacia algo o alguien. Y fobias al
efecto instintivo y no controlado contra
algo o alguien).
En las filias, están cegados los ojos propios para advertir el propio
descontrol, e incluso el ridículo, de esos
amores que tienen perdido el sentido y no advierten lo que todo el mundo
advierte a su alrededor: que allí hay un evidente “afecto desordenado” hacia
algo o alguien. Desde fuera llegan a ver
en ello un enamoramiento que, a su vez, queda en el ridículo, por la
desproporción que lleva en sí mismo ese movimiento “afectivo” singular.
Igual ocurre en las fobias:
por poner un caso no extraño, he conocido a una persona ya muy madura en años
que no podía ni ver ni comer carne de pollo, porque le espantaba, repugnaba,
rechazaba, todo animal de plumas, mientras que su vida se había criado entre
caballos, bueyes, toros, cerdos…, y había jugado entre las mismas patas de
animales mayores. Trasladado a lo
humano, sería la persona que no soporta ni la visión de otra, y no hace falta
que exista ninguna situación contraria entre esas personas. Pero el efecto de los polos iguales del imán,
se produce ya patológicamente, llegándose a la pérdida del dominio de sí, hasta
el punto de no soportarse ni de lejos, y alterarse los mecanismos lógicos y las
razones humanas.
Suele ocurrir en los dos casos que los “protagonistas” no advierten que a su
alrededor se ven “sus movimientos” a la legua.
Que desde posiciones normales y equilibradas se llega a considerar el
ridículo de las situaciones que quedan patentes, aun sin necesidad de una
expresa observación. Se han inhibido de
tal manera la s funciones
normales de la racionalidad, que hay una ceguera obsesiva que hace de venda que
impide saber observar que el mundo de alrededor no queda ajeno a tal situación.
¿Cómo se explican los fanatismos? ¿Cómo se explica la cerrazón absoluta
de los dirigentes judíos contra Jesús, cuando en realidad siempre había hecho
el bien? ¿Por qué esa remachona persecución de los fariseos para estar siempre
al acecho para acusar a Jesús?
¿Envidias? ¿Celos? ¿Incompatibilidades
¿Psiques enfermizas descontroladas?
Aquello ocurrió y llegó hasta ls peores consecuencias: antes de llevar a
Jesús a a Cruz, ya lo habían matado en el corazón de ellos.
El llanto de Jesús sobre Jerusalén encierra un profundo misterio.Ha expulsado demonios, curado enfermos,resucitado muertos,ha convertido a publicanos y pecadores,pero ante esta ciudad tropieza con la dureza de sus habitantes.Podemos entrever lo que ocurre en su Corazón cuando nos encontramos hoy con la resistencia de tantos que se cierran a la gracia,a su llamada.
ResponderEliminarHemos de meditatar en el Evangelio de hoy,en las ocasiones en las que nosotros personalmente,le hemos llenado de tristeza por las faltas de correspondencia a la gracia,por no haber sabido corresponder a tantas muestras de amistad.Y también en las ocsiones en que nos ha hechado de menos.¡Cuántas veces Jesús,quizá,se ha quedado esperándonos!
Esto que dice de las fobias me recuerda a lo que viví recientemente en una Iglesia, con una señora. Yo simplemente acudí a saludar a un amigo y a celebrar la Misa normalmente, pero...
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