SIGUEN LAS EXHORTACIONES
Es curioso
cómo Pablo está enseñando detalladamente a Tito, su hijo al que ha engendrado en la fe, como un padre que quiere que
el hijo acierte lo mejor posible. Y va
tocando Pablo tantos detalles que realmente admira: tiene palabras para los
gobernantes, los ciudadanos…, y siempre con un sentido sobrenatural de la vida
que solamente puede entenderse desde ese ámbito de la fe. Obediencia…,
condescendencia; trabajo…, amor… Si antes fuimos insensatos, esclavos y lleno
de vicios de todo género (con odios, envidias…), ahora ha cambiado por completo
el panorama porque cuando ha aparecido la bondad de Dios hacia los hombres…, por su puro
amor y misericordia, no por nuestros méritos, hemos quedado regenerados y
renacidos (vueltos a nacer, como decía Jesús a Nicodemo), por el baño
del BAUTISMO que nos infunde dentro al Espíritu Santo. ¡Copiosamente!, porque Dios no sabe dar
midiendo el más o el menos…, sino ¡nada
menos que a un Salvador!, con lo que hemos sido constituidos herederos de
vida eterna.
Cuando hoy se viva esta jornada…,
cuando hoy piensa cada uno desde su punto de vista, cuando se den los típicos
bailes de cifras…, cuando se haga recuento (falso siempre) de las
“incidencias), un creyente tendrá que estar del lado de lo justo, bueno, de lo
que supone dominio de sí, sin pasiones que desbordan, sin odios ni luchas del
corazón…, de donde sale lo que encierra
cada regurgitación del alma. Si
tuviéramos un termómetro en el interior de cada persona, acabaríamos viendo
cuál ha sido la verdad profunda desde arriba hasta abajo y desde abajo, y en
los otros puntos cardinales].
Resultó, nos cuenta San Lucas que
salieron al encuentro de Jesús diez leprosos…, todos con sus harapos y costras,
su miseria, su marginación… Se detuvieron ante Jesús y se hicieron notar con
sus gritos. Por supuesto que no eran
gritos de guerra ni disgusto, ni contra nadie… Era gritos al que confiaban que
podía salvarles de su enfermedad social tan penosa.
Jesús les dio la solución que
indicaba su corazón: Id a presentaros al
sacerdote. Era “el notario” que
debía certificar la curación, y con ello la vuelta a la vida normal de los
desgraciados aquellos. En efecto se
vieron libres cuando iban hacia el sacerdote…
Y tan contentos y deseosos de tener su certificado de salid, que nueve
siguieron adelante sin pensar ya en lo que habían dejado atrás… Uno sí
recapacitó. Tuvo la nobleza de retrasar su acta de hombre sano, pero no retrasar su sentido de agradecimiento. Y se volvió a dar las gracias a Jesús. Era lo que correspondía. No es que hacía algo superfluo…
Y Jesús sintió esa satisfacción de
ver al hombre agradecido. Y no cabe duda
que le había llegado al alma que los otros nueve no se acordaran de lo que
habían recibido. Y los nueve, dónde están?
Dicen que el en Cielo hay una
inmensa sala de ángeles que reciben las peticiones…; miles de ángeles y no dan
abasto.
Otra sala la que expende los
certificados de gracias concedidas.
También grandísima. En ella está
esa repetida expresión de Jesús: Tu fe te
ha salvado, despacha a troche y moche por parte de la generosidad de Dios.
Y una habitación pequeña con
angelitos un poco aburridos…, ¡de los que reciben los agradecimientos que les
llegan de los que han recibidos los favores…
Y la pregunta que sale sola es: y LOS
NUEVE…, ¿DÓNDE ESTÁN?
Lamentablemente, cuando nos "acercamos" al Señor es para pedir. Y como Padre que es, en absoluto es malo, pero en qué pocas ocasiones agradecemos lo que nos regala e incluso no agradecemos aquello que no nos concede (por paradójico que pueda parecer). Me viene a la mente esa frase de San Agustín: "De las aguas tranquilas líbrame Señor, que de las turbulentas ya me libro yo". Cuando la vida nos sonríe parece que nos olvidamos de Dios y es cuando más debemos acercarnos a El, pues todo es regalo del Señor, de manera altruista, sin "hipotecas" de ningún tipo, sin "intereses", sino fruto de Su Amor. Aprendamos la lección de ese leproso samaritano, que agradecido volvió a Jesús, y esa fe... le salvó.
ResponderEliminarLa gratitud es señal de nobleza y Jesús se conmueve ante reconocimiento de las personas agradecidas y se duele del "EGOISTA" que sólo sabe recibir.
ResponderEliminarSan Pablo nos exhorta a vivir las virtudes de honradez, amabilidad,gratitud,respeto,afabilidad,benignidad, todas necesarias para una perfecta convivencia.El saludo de María llenó de alegría sl corazón de su anciana prima Isabel. Asi nosotros practicando estas virtudes recomendadas por San Pablo podemos llenar de optimismo a quienes conviven con nosotros.
El salmo 22 es mi salmo preferido.Lo recito muchas veces al día:"EL SEÑOR ES MI PASTOR NADA ME FALTA.Bajo. la imagen sencilla del pastor expresa el salmista sus más puros sentimientos,su fe profunda y su confianza familiar con Dios.Porque como pastor,Dios lo guia lo defiende lo colma de bienes, y más que nada lo cobija en su propia casa "por años sin término"Todas las obras de Dios se pueden resumir en dos palabras:la bondad y la misericordia.!Bendito sea el día en que fué concebido este salmo¡Porque con acentos serenos se canta la dulzura de la fe.
ORACIÖN.¡PASTOR ETERNO que enviaste a tu Hijo Jesucristo como BUËN PASTOR para que,a través de las oscuras cañadas de este mundo,conduzcas a los hombres por el sendero recto!.Haz que guiados por tu vara y tu cayado y confortados por los sacramentos de tu Iglesia,nos acompañe tu bondad y misericordia por años sin término.
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