Liturgia: Fiesta de la
DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRAN. Celebramos
hoy lel aniversario de la consagración de la Basílica de Letrán, que es la
catedral del Papa. La idea que se pretende resaltar es la realidad de que lo
importante no son los edificios de piedra o ladrillo sino nosotros. Así San
Pablo, escribiendo a los corintios (1,3,9-13.16-17) comienza diciéndoles: Sois edificio de Dios. Esa es como la
premisa que marca todo el resto. Pablo, dice, coloca el cimiento, y otros van
construyendo sobre ese cimiento. Mira
cada cual cómo construye. Mire cada cual su propia edificación.
Eso sí:
nadie puede poner otro cimiento fuera del
que ya está puesto, que es Jesucristo.
Lo cual engarzará directamente con el evangelio de hoy. Encima de ese cimiento construirán con oro o plata o piedras preciosas,
con madera o paja. Esa es la responsabilidad de cada uno en la edificación
de la iglesia que uno mismo y que contribuye a la totalidad de la Iglesia.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en
vosotros? Lo cual lleva consigo la gran responsabilidad de mantener en pie
ese edificio espiritual que somos cada uno, y que debemos contribuir al bien
total. Porque lo que no sea así se vuelve contra nosotros. Porque Dios es santo y el templo sois vosotros, concluye Pablo en
la exhortación que le ha hecho a sus fieles de la comunidad de Corinto.
En el evangelio se ha
elegido ese texto de Jn 2, 13-22.- Se
acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el
templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas
sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas
y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a
los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un
mercado la casa de mi Padre». Sus discípulos se acordaron de lo que está
escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Encierra varias lecciones: de una parte y principal: el
verdadero templo es Jesús. Pueden destruir “este templo” (refiriéndose al
templo de su cuerpo), pero ese “templo” que es el propio Cristo va a quedar
rehecho a los tres días, en la resurrección. Los enemigos no van a poder con
él. El templo de Jerusalén será derruido por los enemigos y no volverá a
levantarse porque una vez que ha venido Cristo, aquel templo pierde su sentido.
El nuevo templo, que luego describirá el Apocalipsis con rasgos de fantasía
espiritual, es Cristo, y ese templo no puede ser destruido. Al mismo tiempo
Jesús vela por el respeto al templo material como “casa de oración”. “casa de
mi Padre”, que no debe perder ni deteriorar ese sentido por ninguna causa. Esto
sería muy de reflexionar en los momentos actuales.
En la lectura continua sigue la carta a los fieles de
Filipos (3,17-4,1) en la que Pablo pide a sus fieles que se comporten según el
modelo que él mismo representa. Hay
muchos enemigos de la cruz de Cristo, cuyo paradero es la perdición; su dios,
el vientre; sus glorias, sus vergüenzas. Frente a esa realidad nosotros somos ciudadanos del cielo, y
aguardamos la salvación de Jesucristo, que transformará nuestra condición
humilde (nuestra pobreza), según el
modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee para someterlo todo.
Por tanto no es que Pablo se considere modelo por sí mismo, sino que él sigue
la pauta de Jesucristo, y exhorta a los filipenses a vivir de acuerdo con el
modelo de Jesucristo.
En el evangelio (Lc.16,1-8) tenemos una parábola que parece
concluir extrañamente porque a las trampas del mal administrador, todavía el
amo lo alaba por la astucia con que ha procedido.
Pero la lección es muy positiva: si pusiéramos en las cosas
del espíritu la misma atención que ponemos en resolver los temas humanos, sería
de alabar. Y eso es lo que quiere Jesús dejarnos patente: el administrador supo
salir del atolladero haciendo trampas sobre trampas. Nosotros tenemos que tener
la diligencia de poner medios sobre medios para vivir de acuerdo con el
evangelio. Y que no sea que somos más perspicaces para las cosas materiales que
para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
Celebramos hoy la Dedicación de la Basílica de Letrán. La Catedral de Roma, no la del Vaticanosi no la primera, la que hiciera construir la mujer de Constantino; que se la donó al Papa Melquiades. Es la primera de las iglesias de Occidente. Ubicada en el antiguo palacio de los Laterani. Esta basílica es el símbolo de la unidad de todas las iglesias de Occidente, símbolo de todas las comunidades cristianas con Roma. Todos estamos unidos en una misma FE.
ResponderEliminarEl Evangelio de hoy nos invita a cuidar a las personas y a las cosas. Cada persona es un Templo del Espíritu Santo. Cuando usamos a las personas sin el debido respeto, o les negamos los cuidados que necesitan, las cosificamos y pecamos. Templos son los enfermos, los ancianos y las personas que conviven con nosotros