CORAZÓN DE JESÚS, asilo de
justicia y amor
Asilo equivale
a refugio, cobijo, lugar de retiro, abrigo, acogimiento, amparo, protección,
defensa, ayuda, socorro, favor…
Todo eso es el
Corazón de Jesús para quien se acoge a él. Abarca desde el acogimiento y favor
–expresiones de dulzura- a las otras acepciones que suponen seguridad bajo la
mano protectora de Jesucristo, que dan seguridad.
Es “asilo de
justicia y amor”. Dos términos que expresan una misma realidad en el Corazón de
Cristo porque la JUSTICIA en el terreno de lo divino, es igual que AMOR,
MISERICORDIA, FIDELIDAD. El Corazón de Jesús es justificador (que perdona y que eleva a la persona). Lo que no le
pega al Corazón de Jesús es lo justiciero, cosa que no tiene entrada en quien
dio su vida por salvar por amor a los hombres.
La acogida de
Jesús es el Corazón abierto a la misericordia de quien tanto ha amado a los
hombres.
Liturgia:
Mt.5,17-19 es la afirmación clara de
que Jesús no ha venido a suprimir la Ley de Dios, y las enseñanzas de los profetas.
Pero tampoco a dejarlas en la formulación antigua. Jesucristo ha venido a
llevar a plenitud esa Ley que para los antiguos se cerraba en la
materialidad del cumplimiento de sus preceptos. Jesús se opone a una religión
de mero cumplimiento de preceptos porque eso se puede cumplir externamente
mientras que el corazón puede estar en otro lado. De hecho lo estaba viendo a
cada momento en aquellas maneras de actuar de los fariseos, con su hipocresía
de cumplimientos externos, tan alejados del verdadero sentido de culto a Dios.
Ahora Jesús había venido a tocar el interior de los
corazones. Su nueva “LEY” no son preceptos que cumplir sino modos de abordar la
vida (las bienaventuranzas) y de conducirse desde el fondo del corazón. Se
trata de ser luz que ilumina e irradia y sal que sazona y purifica. Es otra
concepción de la vida que va al interior de la persona.
Y Jesús ratifica el valor de la Ley de Dios, tal como Dios
la quiere, y que antes pasarán el cielo y
la tierra que el que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
La diferencia está en el modo de enfocarla y en la forma en que abarque la
totalidad de la persona.
A partir de esa totalidad –plenitud- las gentes se van a dividir entre quienes cumplen y enseñan los preceptos, aun los
menos importantes, y los que ni cumplen ni enseñan. Los primeros serán
considerados los más grandes en el Reino
de los cielos que se vive aquí en la tierra, y los que no los cumplen ni
enseñan que serán considerados los menos
importantes.
Habla Jesús de la última letra o punto de la “i”… Se fija
Jesús en lo pequeño y aun muy pequeño. Pues eso mismo así pequeño tiene una
importancia a la hora de responder a la voluntad de Dios manifestada en esos
preceptos y en esos detalles. Lo cual nos lleva a no buscar muchas distinciones
en la gravedad de nuestros fallos, sino que hemos de evitar todo fallo, o de
buscar vivir de acuerdo con el detalle pequeño que se nos ofrece en la vida.
Muchas personas vienen preguntando si esto o aquello es
pecado… Se refieren a lo que puede ser grave o “mortal”. Porque si no llega a
eso, ya no les importa. Es todo lo contrario de lo que aquí está diciendo
Jesús: el pecado no hay que dividirlo en mayor o menor sino saber que todo
pecado ha de ser evitado. Más aún: la vida no se debe enfocar como “de pecado”
o “no pecado” sino de si algo agrada a Dios o desagrada a Dios. Es el punto que
va a distinguir al fiel verdadero.
Sigue, pues, Jesús diseñando la constitución del Reino de
Dios, a lo que Mateo dedica tres capítulos con profusión de detalles para
expresar la esencia del Reino. En esos capítulos Jesús irá interiorizando
diversos mandamientos de la Ley, enseñándonos así a profundizar nosotros en
nuestro examen de conciencia y, por consiguiente, en la finura con que esa
conciencia nuestra ha de reflejar en nosotros la luz de Dios.
Dice el Padre Cantero:
ResponderEliminar"Asilo equivale a refugio, cobijo, lugar de retiro, abrigo, acogimiento, amparo, protección, defensa, ayuda, socorro, favor…
Todo eso es el Corazón de Jesús para quien se acoge a él. "
Doy fe por experiencia personal que es así. Yo lo he vivido, y lo sigo viviendo de este modo, y es una sensación que nada en el mundo puede igualar. Ni riqueza, ni bienestar material, ni salud, ni nada de nada. Sólo cuando te acoges a Dios con todo el corazón, puedes llegar a experimentar todo esto que dice el Padre Cantero.
Dice el Padre Cantero:
ResponderEliminar"El Corazón de Jesús es justificador (que perdona y que eleva a la persona). Lo que no le pega al Corazón de Jesús es lo justiciero, cosa que no tiene entrada en quien dio su vida por salvar por amor a los hombres."
Y vuelvo a dar fe que esto es cierto. Es que es de cajón. No hay en Jesús un sólo atisbo de justiciero, porque Dios es todo lo contrario. Otra cosa distinta es que la persona se cierre en banda, y vaya por el mundo haciendo la vida mala a los demás, en ese caso, no es necesario tampoco un justiciero, simplemente aplicar en el último día la máxima de: "Lo que sembraste, recogiste".
El Corazón de Jesús es AMOR La Ley se puede aplicar mintras tenga en cuenta el AMOR Las necesidades humanas se anteponen a cualquier Ley. Lo importante no es ir aplicando normas sino saber aplicar el espíritu de la ley en cada momemto. Y, Jesús lo hacía así: el ´sabado tenía para ellos el mismo sentido como lo tiene el domingo para nosotros, pero nunca puede hacernos olvidar la visita a un enfermo ni podemos postponer el cuidado de una persona anciana que nos necesita.
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