PRIMER VIERNES
Jornada Mundial de Oración del Papa
Liturgia: Témporas de acción de gracias y petición
Las “Témporas” son días de acción de
gracias y de petición, que ofrece a Dios la comunidad cristiana, terminadas las
vacaciones y la recolección, y reemprenderse la labor habitual. Se celebra,
como mínimo el 5 de octubre, aunque es loable en algunos lugares extenderlas a
otros días de la misma semana, siempre que sea posible.
Al celebrarse en un solo día, debe quedar claro en las
lecturas los tres aspectos que se pretenden con esta celebración. Los dos que
ya se han indicado y un tercer aspecto, que iría incluido, y que es LA
CONVERSIÓN, o respuesta amorosa a Dios como expresión veraz de la acción de
gracias.
Los textos que elige la liturgia son los que a continuación
vamos a ir desarrollando.
Deut.8,7-18 hace un elenco de favores recibidos de Dios por
el pueblo que capitanea Moisés. Y reconocidos esos beneficios, advierte Moisés:
Pero cuidado, no te olvides del Señor tu
Dios, siendo infiel a sus preceptos, mandatos y decretos, que yo te ordeno hoy.
No sea que cuando hayas comido hasta hartarte, te vuelvas engreído y te olvides
del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud…, y va
añadiendo Moisés una serie de beneficios recibidos a lo largo de la historia
del Pueblo de Dios. Y no digas: Por mi
fuerza y mi poder he creado estas riquezas. Acuérdate del Señor tu Dios, que es
quien te da la fuerza para crearte esas riquezas.
Por tanto, hay un recuento de favores de Dios, y una
llamada a corresponder a esos favores, bien a sabiendas de el hecho de poder corresponder, ha sido dado por el Señor.
Nos llevaría esa lectura, en nuestros momentos concretos, a
ir recordando nosotros gozosamente tantos dones recibidos del Señor en el año
que ha acabado. Y hacerse muy conscientes de que lo mismo que hemos podido
disfrutar de ellos, ya ha sido nuevo don de Dios.
La segunda lectura es de 2Cor.5,17-21 y eleva el tono de
los beneficios recibidos de Dios, que para nosotros tienen su concreción en los
dones sobrenaturales que nos han sido dados: lo nuevo ha comenzado; por medio de Cristo, Dios nos reconcilió consigo
y nos encargó el servicio de reconciliar. Dios estaba en Cristo reconciliando
al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados. En nombre de Cristo os
pedimos –dice Pablo- que os
reconciliéis con Dios. Es el tema de la CONVERSIÓN, de la vuelta a Cristo,
de enfocar un nuevo año desde una nueva perspectiva, haciendo así del
agradecimiento exigencia, mirada hacia adelante con una nueva o renovada
actitud.
El evangelio (Mt.7,7-11) nos lleva a la otra parte del
sentido de las “témporas”: LA PETICIÓN. Y se ha centrado en la enseñanza de
Jesús que nos dice: Pedid y recibiréis,
buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá. Y Jesús lo ratifica con
afirmación absoluta: Porque todo el que
pide, recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abre. Afirmación
del valor de la oración, e invitación directa de Jesús a que le pidamos. Y
debemos estar seguros de que Dios, que es Bueno, siempre nos va a escuchar y
nos dará
cosas buenas a los que le piden.
Y buscando siempre Jesús el
ejemplo gráfico para confirmar lo que ha dicho, nos pone el caso de nosotros
mismos, que aunque somos malos (es
decir, no tenemos la bondad de Dios) no
daríamos una piedra al hijo que pide pan, ni una serpiente al que nos pide
pescado. ¡Cuánto más dará cosas buenas nuestro Padre del Cielo!
Esa es la clave: que siempre recibiremos “cosas buenas”
aunque no recibamos exactamente lo que pedimos. Dios tiene la mirada mucho más
larga y sabe mucho mejor lo que necesitamos, y lo que sólo obtendríamos con lo
que nosotros pedimos. Él va mucho más allá y nos da lo que verdaderamente
necesitamos. Mucha gente se desfonda cuando no alcanza lo que pide, pensando
que Dios no la escucha. La realidad es que Dios está dando respuesta más
inteligente que lo que nosotros creíamos que nos convenía, pero que Dios ve con
vista de águila que había detrás algo mucho mejor.
"Casualmente" esta mañana antes de leer este comentario, meditaba yo sobre eso de que Dios no me escucha a veces, o yo siento que no me hace caso...
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