LITURGIA
Tenemos hoy una de esas
imágenes propias de Ezequiel que necesitan interpretación porque son imágenes
atrevidas y fuera de lógica normal. En 37,1-14 el profeta Ezequiel nos muestra
aquella profecía que Dios le ha presentado: un valle lleno de huesos mezclados.
Dios le hace dar vueltas y revueltas alrededor de aquellos huesos para que se
percate de que son huesos sueltos y sin vida, imagen de Israel que se ha
resecado en la presencia de Dios. Y Dios le pregunta: ¿Podrán revivir estos huesos? El profeta se remite al misterio de
Dios y responde: Señor, tú sabrás. Y
Dios le dice que mande a esos huesos unirse cada cual con los huesos
correspondientes, y revestirse de carne y tendones.
Así lo hace Ezequiel y
se produce un estrépito y se juntan huesos con huesos y se recubren de tendones
y carne. Pero sin vida. El proceso del pueblo de Israel va por partes y es Dios
quien lo está disponiendo y está llevando adelante.
Nuevo encargo de Dios
al profeta: Conjura al espíritu; conjura,
hombre mortal, de parte de Dios: De los cuatro vientos ven, espíritu y sopla
sobre estos muertos para que vivan. Ezequiel habla entonces esa palabra en
nombre de Dios y revivió una multitud incontable. Y se le hace saber que “Estos huesos son la entera casa de Israel”. Dios
les hará salir de los sepulcros y
entonces sabréis que yo soy el Señor…, y os infundiré mi espíritu y viviréis y
os colocaré en vuestra tierra y sabréis que lo digo y lo hago.
Tiene todo esto un
paralelismo con la referencia de Isaías al resto
de Israel, ese grupo amplio y numeroso que se salva de la apostasía en el
destierro porque se mantiene fiel al plan de Dios. Ese resto sería como esos
huesos que al conjuro del oráculo de Dios adquiere fuerza y queda constituido
como el pueblo de Dios que va a entrar en tierra de Israel. Hay, pues, un
paralelismo entre las descripciones de los dos profetas, aunque cada uno recibe
una diferente forma de profecía. Al final es Dios quien rehace a ese pueblo
maltrecho por su propia infidelidad.
El evangelio
(Mt.22,34-40) queda explicado por sí mismo y en realidad era el abc de la vida
de un israelita. Lo llamativo y hasta lo absurdo es que sea materia de “prueba”
para conocer a Jesús y su pensamiento. Se presentaron unos fariseos, puestos de
acuerdo con saduceos aunque pensaban distinto unos de otros, pero para atacar a
Jesús se ponen de acuerdo. Y la pregunta para probar la ortodoxia de Jesús es cuál es el primer mandamiento principal de
la Ley.
Jesús respondió algo
que constituía la vida de un judío: Amarás
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.
Quedaba claro que Jesús estaba en perfecta sintonía con la Ley de Dios. Pero no
se quedó parado ahí en su respuesta porque avanzó la idea recalcando que ese es
el principal y primero, pero que hay un segundo que es semejante, y que bien
debían ellos practicar, en vez de venir con intenciones torcidas. El segundo es semejante al primero: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. Y apostrofa Jesús al final: estos dos mandamientos sintetizan la Ley
entera y los profetas, es decir: todo lo que tiene que saber y que
practicar un buen judío.
No dice el texto nada
más. No dice cómo reaccionaron los fariseos y saduceos. La verdad es que no
tenían nada que decir, y que había quedado claro que JESÚS estaba centrado en
la Ley de Israel.
Lo que nos queda es la
personal reflexión sobre nuestro vivir diario: si realmente amamos al Señor con
todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. Si amamos a Dios
sobre todas las cosas, de manera que se anteponga a todo otro amor e interés.
Una persona se acusaba
de que no amaba a Dios más que a sus hijos y esposo. En realidad no hay
conflicto en la vida diaria: son dos amores que no se oponen; cada uno va por
su parte. Sin embargo en caso de entrar en conflicto, ha de prevalecer el amor
a Dios. Ante una incitación al mal o ante una elección de vida, los amores
humanos han de ceder su puesto y ha de prevalecer el amor a Dios sobre todas las cosas. Ahí es donde está
el secreto. Mientras tanto, el amor a Dios y el amor debido a los semejantes,
se ponen en primer plano y de forma semejante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡GRACIAS POR COMENTAR!