LOS PROVERBIOS
Hoy ha
entrado el libro de los Proverbios como lectura primera., y reconozco que “me
quita trabajo” porque no caben muchas explicaciones en lo que son sentencias
cerradas en sí mismas y –por otra pare- bastante claras. Más me quedaría que dar la cita y que cada trate
de darle ese vistazo que le ayude a fijar pensamientos buenos, útiles y
prácticos. Estamos en el capítulo 3, de 27 a 34. Si hago algún
comentario es de ese final en que expresa que Dios dice bien (=bendice) al humilde (honrado, sincero, sin dobleces,
sin vaivenes vergonzantes del hoy sí8 y mañana no). Y Dios dice
la (=mal-dice) a los necios, malvados, mentirosos, liosos, que no dejan
saber nunca por dónde van ni por dónde se puede ir con tranquilidad.
El Evangelio es la exposición de San Lucas de luz que está destinada a iluminar, y a nadie se le ocurriría
encender un candil para encerrarlo en una alacena. La luz da luz y es para dar luz.
El añadido posterior sí que me ha
hecho pensar, aun con ser cosa conocida.
Pero ya decía yo ayer que la Palabra tiene más fuerza el día que, en vez
de estar ANTE ella, se siente uno EN
ella. Y esta Palabra de Jesús que
afirma que lo escondido llega a saberse o
hacerse público, me parece de un interés extraordinario. Dice el dicho popular que se descubre antes a un mentiroso que a un
cojo. Jesús lo ha dicho de esa otra
manera. Y donde se dice “mentiroso” puede entenderse el lioso, el que da las vueltas por detrás, el que busca sacar verdad
soltando mentira, el que dice que ha hecho algo pero sólo cuenta una parte que
le favorece y no la otra que no quiere decir porque no es recta (no va por derecho). Y así tendremos cada cual que examinarnos
porque todos tendemos a arrimar el ascua a nuestra sardina. Es hermoso que el evangelio nos lleve a esos
detalles que parecerían nimios y que no se suben a las sublimidades que tanto
nos agradan porque en el fondo nos sentimos “libres” de sus consecuencias.
Suelen decir que ”no entienden el
evangelio”, y la verdad es que está
tan claro que parece mejor “no entenderlo” para buscarle los seis pies al gato
y quedarse uno fuera de lo que está diciendo.
Hay comentarios en el blog que nos
deberían servir de ayuda, cuando se hace una insistencia en la vida ras de tierra, a nivel de personas normales
de la vida diaria…, de los “sin voz”, de los que precisamente nos pone delante
hoy el libro de los Proverbios, y a los que Jesucristo nos remite siempre: sus hermanos más pequeños No en balde concluye hoy Jesús advirtiendo esa
sentencia tan importante: los que se las
saben todas y llevan la razón en todo (ellos así lo creen)…, eso que creen
tener, lo pierden. Quien no tiene… es en realidad el que gana. Porque al no
tener, Dios se ocupa de llenarle las manos. Así pensó y vivió Tersa de Lisieux.
Estos cinco proberbios son bien sencillos, simplemente no ser "mala persona" aquí aparece un avance del segundo mandamiento de Jesús: Amar a tu projimo como a ti mismo.
ResponderEliminarDeberiamos examinarnos sobre esos cinco consejos, sin llegar a ser realmente malo, ¿Cuantas veces rehusamos hacer un favor a quien lo necesita? - ¿Cuantas veces decimos vuelva usted mañana? - ¿Cuantas veces abusamos de la confianza que el projimo deposita en nosotros?
Pido disculpas por la falta de ortografía que se me ha escapado: proverbios.
ResponderEliminarfrancisca de DIOS,TODOS los cristionos tienen la misiòn de ser la luz del mundo. NO siempre son todos luminosos, Pero quien quiera puede encontrar en muchos la luz para su vida,SEÑOR, en mi Bautismo encendiste en mi la luz de la fè, 'No me dejes de tu mano ,Señor ¡,Te lo pido para mi y para los demás,
ResponderEliminarQuien sigue a Cristo,quien enciende un candil,no sólo ha de trabajar por su propia santificación,sino también por la de los demás.La luz del discípulo es la misma del Maestro.Sin este resplandor de Cristo,la sociedad queda en las más espesas tinieblas.Y cuando se camina en la oscuridad se tropieza y se cae.Sin Cristo,el mundo se vuelve dificil y poco habitable.
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