TIEMPO PARA TODO
La lectura
del Eclesiatés (3, 1-11) es ambigua; puede leerse desde varios ángulos. Hace un
año exacto que me la pidieron para unas Bodas de Oro matrimoniales. La hija que
se ocupó de preprar la Liturgia, vio n esta enumeración una buena síntesis de la vida de sus padres,
que tuvieron el tiempo para todo y para cada cosa. Fue un tema de reconocimiento y alabanza a
sus progenitores.
Leído así, es un relato bello
(dentro del estilo primitivo de enumeración).
Expresa como bueno que cada momento tenga lo suyo y que no vivamos ni el ayer que pasó
ni el mañana que no ha llegado. Que no pretendamos resolver ya hoy lo que va a
ocurrir el mes que viene (y que posiblemente no ocurrirá o no ocurrirá así). Sería un aspecto positivo de la vida para
vivir a tope el momento presente, para sentirse responsable del momento en que
vivo. Algo se aprende del pasado, y algo
se proyecta en el mañana. Pero HOY me
toca vivir hoy. Que hay un tiempo para
cada cosa.
Un aspecto pesimista, pasivo,
irresponsable: dejemos correr las cosas como están y no nos metamos en
más. Nos cruzamos de brazos y ya irá
pasando cada cosa de modo fatalista. O
sencillamente, pasivo. Muy típico del
beduino del desierto que vive sin reloj, sin prisa, sin prevenir. Lo que salga, saldrá. Lo que posiblemente sea el sentido
originario de Qohélet al escribir ese párrafo.
¿Qué saca el obrero de sus
fatigas?, se pregunta, y concluye en un primer término, que Dios encomendó
ocupaciones a los hombres para afligirlos.
Luego piensa mejor y ve que Dios le puso al hombre el mundo hermoso en
sus manos para que los humanos pensaran que no puede abarcar la obra de
Dios. Es una nueva luz, que ya sería muy
positiva si el pensamiento de hoy retirara esa utopía absurda de pedir “YA”, en
vez de pensar y arrimar el hombro y aportar.
Por eso cuando hoy nos vuelve el Evangelio de las preguntas de Jesús a
sus apóstoles: quién dicen los hombres
que es el Hijo del hombre, yo creo que podremos irnos tranquilamente a los
comentarios del blog para ver una muestra clara de lo que dicen. Es sólo una
muestra. Más aún: nos implica
inmediatamente a nosotros porque Jesús nos pregunta ahora: Y vosotros, ¿quién decís que soy
Yo? Menos mal que Simón habló y
dijo… Pero aun así, ni Simón daba en el
clavo. Y es que hablar es muy fáci, pero
dar trigo, hay que cultivar con tiempo y esfuerzo, en temporales buenos y malos.
O dicho de otra manera: el bla, bla, bla, es muy típicamente moderno, por
aquello de critica, critica, que algo
queda. Cuando Jesús plantó por delante lo que es el Mesías, el sacrificio
que supone, hasta la muerte, las cañas se volvieron lanzas. Y precisamente contra Jesús. Lo que no hacía Simón es aplicarse a sí mismo
la lección.
Le era mucho más fácil protestar,
porque eso lo hace cualquiera. Jesús concluyó su aclaración con una esperanza: Resucitaré al tercer día. Es lo que no
acabamos de querer entender porque cada cual quiere “el mesianismo que le
interesa”. Morir uno a sí mismo,
no. Y Jesús dirá, como el domingo
pasado, que o tenemos simplicidad de niños, o no entenderemos el Reino (un Reino
que Él mismo concreta y determina en LA IGLESIA. Y que escandalizar
es tan grave que más le valía al que
provoca el escándalo cortarse el pie, o la mano, o incluso sacarse el ojo
ahora, que pretender el “reino” con sus dos pies, manos y ojos. Ese mesianismo, que empieza por uno mismo y
que se proyecta para el bien de los otros, es el que nos toca a cada uno para
responder coherentemente a la pregunta de Jesús: Y TÚ, ¿QUIÉN DICES QUE SOY YO?
De ahí que Jesús se enfrentara
directamente a aquellos fariseos que en vez de construir, andaban pendientes de
los fallos de “los discípulos de Jesús”.
Hablando en plata: era el ataque contra el propio Jesús, pero con la
mano izquierda y por la espalda. El cso
era lavar a base de codos los platos y
las ollas… Pero su corazón está lejos de
Mí, aunque se vistan de piel de oveja pretendiendo “dar un culto”…, que acaba
siendo “culto de hombres”…, que anulan el mandamiento de Dios para sacar
adelante sus invenciones humanas interesadas. “Tú eres el Mesías” obliga,
en sinceridad, a la coherencia. Y el día
que un grupo no quiso escuchar a Jesús, tal cual, optó por las de
Villadiego. Y al menos fueron
coherentes. Pero estar con Jesús, permanecer
en la verdad, supone ese saber dar TIEMPO A CADA COSA, no en pasividades
opiáceas sino en esa paz honda que es signo indicativo de estar con Jesús y
Jesús con la persona. Y luchando en el cada día con el afán de que mañana sea mejor. Porque para minar los caminos y hacer explotar
los valores esenciales, para eso están los terroristas.
Y vosotros, ¡quién decis que soy yo'¡ La respuesta del mundo ,un lider revolucionario. Preguntó pero ningún lider se entrega a la muerte, ni se define manzo y humilde de corazón, TÚ eres el Mesias de DIOS, un hombhe cabal y todo un Dios que muere por los hombres Te Amos Señor----- Francisca de Dios,,,,,
ResponderEliminarLa Sagrada Escritura nos enseña,que todo tiene su tiempo y su momento.El Señor nos invitó a vivir con serenidad:"No os agobiéis por el mañana,porque el mañana traerá su propio agobio".
ResponderEliminarLo importante es vivir con fe y con intensidad el momento presente:"Portaté bien ahora",sin acordarte de"ayer",que ya pasó,y sin preocuparte de "mañana",que no sabes si llegará para tí.Ahora es tiempo de edificar:no nos engañemos pensando que lo haremos en un futuro próximo.
Inspirándome en la pregunta de Jesús a sus Apóstoles, yo le preguntaría a Él: "y TÚ, ¿quién dices que soy yo..." Seguro que su MIRADA es má benévola que la mía...y me vería desde lo más profundo de su CORAZÓN. me vería con ojos de compasión, como ÉL veía a os enfermos, a los pobres, a los pecadores. Como EL PADRE, VEÍA VOLVER A SU HIJO POR EL CAMINO... como miró a la pecadora arrepentida,a la Samaritana.... a PEDRO y a tantos otros... con una mirada de perdón, amor y misericordia.
ResponderEliminarQué maravillosa experiencia tuvieron que vivir los apóstoles, cuando dice al inicio del Evangelio de hoy que "...Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos...". Ojalá tengamos la necesidad de oración con Dios, de un encuentro de Amor con El...Son tantas las limitaciones que el día a día nos pone (y que nos complacemos en aceptarlas para justificarnos), que dejamos escapar lo verdaderamente importante, el encuentro íntimo con el Padre.
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ResponderEliminarMe siento plenamente identificada con su meditación ;es muy triste
para mi pero no soy coherente y lo mas tremendo es que mi pasividad es tal
que no me esfuerzo por cambiar mis malos habitos que me van a llevar a la
perdición y tan poco me planteo seriamente cambiar y morir uno a si mismo .
La simplicidad de un niño ;¿que significa? ;en el sentido que un niño no pregunta obedece ;confia no se cuestiona .
A la pregunta que nos hace y vosotros ¿Quien decis que es Jesús ? Yo ?Pues yo
responderia Jesús es para mi un consuelo y refugio en los momentos de dificultad ;cuanto mas me siento humillada mas le siento cerca ; pero es como si pasase como un relampago ;asi que no me gustaria pasarme la vida buscandolo sin encontrarle de verdad ,en este buscar no va falto de interes porque no le amo .