NACIMIENTO DE MARÍA
La Iglesia
celebra hoy el Nacimiento de la Virgen. Supuesta su inmaculada concepción, y
por tanto su estado de gracia pleno, se celebra el día feliz de su
nacimiento. Por otra parte, hoy –como el
15 de agosto- es llamado por el pueblo como día
de las mil Vírgenes- por
multiplicarse las advocaciones de la Virgen en su patronazgo de tantas ciudades
y pueblos españoles. Málaga la celebra
como VIRGEN DE A VICTORIA, con rango de
solemnidad litúrgica.
Lo que es claro es que los textos
de la Misa no hablan del nacimiento de María, porque la Biblia no es historia
de María sino Historia de salvación,
y la dirección va siempre hacia Cristo, como remate de la Creación y obra de
Dios. Pero también es evidente que a
Cristo no se le puede entender sin María.
Así la 1ª lectura se refiere
a Belén como ciudad privilegiada porque de ella nace el Salvador…; elegida
Belén desde tiempo inmemorial, hasta el
tiempo en que la madre dé a luz. Ahí está María. En la 2ª
lectura se habla de la predestinación y elección eterna que hace Dios de
sus escogidos. ¡Ahí está especialmente
María!, nada menos que en ese “nacimiento
eterno” en la mente de Dios. Y el Evangelio que también llega de soslayo
a María, por cuanto que es la esposa prometida a José –familia y estire de David-
y cuya esposa –María- dará a luz al Enmanuel, el Dios que se hace hombre y
habita entre nosotros. Sin María –en el
proyecto de Dios- no hubiera llegado a nacer.
De ahí que en esta solemnidad
malagueña, el Nacimiento de María es VICTORIA
y patronazgo sobre quienes vivimos bajo su amparo de Madre.
LA LECTURA QUE HOY HUBIERA
CORRESPONDIDO, siguiendo la carta a los Corintios, no tiene desperdicio y es
para desmenuzarla muy personalmente cada cual en su realidad. Por lo pronto Pablo, desde su sentido de
padre de aquella comunidad a la que él ha engendrado para el Evangelio, dice a
sus hijos: Aprended de Apolo y de mí a jugar limpio, y no os engriáis el uno contra el otro. Es evidente que Pablo no está inventando una
hipótesis sino dirigiendo su palabra muy directamente. Y desde luego ya el “jugar limpio” es una advertencia más que sería. Porque había quien jugaba sucio. Y no es que ahora ha cambiado de carta ni de
interlocutores. La advertencia es para
los mismos a quienes alabó mucho en el saludo. Tan lo uno como lo otro. Y el “no es engriáis el uno contra el otro”
es otro órdago de los solemnes. Siempre
ocurrirá que el pigmeo es más pigmeo cuanto más pretende ser gigante y se
empina para ser como el gigante. Y Pablo
corrige claramente: jugar limpio es que no os engriáis sobre nadie.
Y
con esa pregunta que más puede llegar por la misma ironía, enfrenta a
quienes se engríen: A ver, ¿Quién te hace
tan importante? ¿Tienes algo que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿a
qué tanto orgullo? Hay un enanismo
que pretende crecer subiéndose sobre otros. Y el enano es más enano cuanto más
ficticiamente pretende ser gigante, porque lega al ridículo. Por eso Pablo sigue en su ironía correctiva: ¡Ya tenéis todo lo que ansiabais; ya sois ricos, habéis conseguido un reino sin
nosotros! Y con el dolor de un padre que está teniendo que corregir
seriamente un defecto concreto, deja escapar el suspiro profundo: ¡Qué más quisiera yo que fuéramos tan de la
mano que así reináramos juntos!
Y de ahí ya “se desmadra” el
apóstol…: “Por lo que veo, a nosotros los
apóstoles, Dios nos coloca los últimos; parecemos condenados a muerte, dados es
espectáculo público! Nosotros aparecemos los locos (por Cristo); vosotros ¡qué
cristianos tan sensatos…! [A mí me
parece un tremendo examen de conciencia para nosotros todos…, para nuestro
enanismo de postizo engreimiento: ¡qué
cristianos tan sensatos…!]. Nosotros débiles; vosotros fuertes; vosotros célebres, nosotros despreciados…; recibimos bofetadas…, nos insultan (nos
minusvaloran; sufrimos la crítica…), y
bendecimos; nos persiguen, nos calumnian
y respondemos con buenos modos; nos tratan como basura del mundo y desecho de
la humanidad hasta el día de hoy…
[Creo que Pablo está tocando fondo y pretende tocar fondo en cada cual
de quienes leyeron en directo aquella carta y de quienes la leemos ahora con
espíritu sincero de fe y humildad…, y aprendemos porque hay muchas facetas
abiertas o solapadas que corregir].
Y como Pablo actúa con el amor y
rigor de un padre, concluye esta parte diciendo: No es escribo esto para avergonzaros sino para haceros recapacitar, porque os quiero como a hijos. Como
cristianos tendréis mil tutores (muchas veces os pueden salir de debajo de
las piedras y halagar vuestros oídos),
pero padres no tenéis muchos. Por medio del Evangelio soy yo quien os he
engendrado para Cristo Jesús.
El Evangelio hubiera puesto el sello:
muchos fariseísmos engreídos corregirán a Jesús y a sus discípulos por
cuestiones secundarias y que verdaderamente
indican al pigmeo que se envalentona, como “conciencia postiza”. Pero el
Hijo del hombre es Señor del sábado.
Muchos “tutores”, decía Pablo, pero uno sólo engendra para el Evangelio.
Celebremos con alegría,el Nacimiento de María,la Virgen:de Ella nació el Sol de justicia,Cristo,nuestro Dios.
ResponderEliminar"Oh Madre Consoladora,consuélanos a todos,haz que comprendamos que la clave de la felicidad está en la bondad,y en el seguimiento fiel de tu Hijo Jesús.Él sabe siempre cuál es el camino mejor para cada uno en el que debemos seguirle.
ResponderEliminarHay una frase que me gusta mucho que decia San Francisco de Asís
que dice " Hay que salirse del siglo " .
MARIA es la estrella que anuncia el tienpo nuevo de la salvación ¡QUE SERIA de mi sin TI FRANCISCADEDIOS
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