PADRE, SÍ, pero…
Cuando comenzamos
la 1ª Cor, dejé caer –de paso- que
Pablo, buen pedagogo, hacía unas alabanzas llamativas a los fieles de Corinto,
pero que no nos quedáramos en esos laureles, porque la carta no sería un
florilegio. No obstante algún comentario salió en esa admirada alabanza a un
Pablo, tan padre, que estaba con el corazón volcado en lo bueno y en lo malo.
Vuelvo a repetir el dicho de mi compañero: No
hablemos de los perros hasta que salgamos del cortijo. Y no porque yo vaya a negar, ni mucho menos,
el espíritu paternal de Pablo y la verdad de sus alabanzas, sino porque –precisamente
por ser padre- no iba a dejarse ganar por esos aspectos tan hermosos, ni le
iban a poder acallar o paralizar en su completa labor de padre, que alaba,
besa, estimula, enseña…, y cuando ya los debe tener suficientemente convencidos
de su lealtad indestructible, también va dando “la de arena”. ¡Y precisamente
por padre, pero como padre que no se deja manipular. Y hoy tenemos ya una primera llamada de
atención a esa tan buenísima comunidad que él mismo había presentado en los
saludos iniciales. Porque hoy les empieza
diciendo que no pude hablaros como a
adultos de espíritu sino como a gente débil, como a cristianos todavía en la
infancia. De ahí que su obra catequística no pudo entrar en “materia sólida”
sino con leche de bebés. Y no es sólo
que entonces estabais empezando… Es que aún ahora seguís en los bajos instintos…,
en las envidias, recelos, contiendas…, que –con todo lo que os he alabado- procedéis como gente cualquiera. Y un sentido muy claro es el partidismo, las
filias inmaduras de esas disputas de los que dicen: yo soy de Apolo, yo de Pablo, yo de Cefas. Tres grandes misioneros del evangelio…,
grandes agentes de Dios, cada uno como
les encargó el Señor. Y ahora cada
uno de ellos (de nosotros) plantamos, regamos…, pero es Dios quien da el crecimiento. [Desde luego si fuéramos a traspasarlo al
momento actual, con siglos de cristianismo y muchos más conocimientos de la fe,
aún tendría Pablo que advertirnos que nos apegamos demasiado a las personas, y
lo mismo que dice uno no es igual de aceptado que si lo dice el otro. ¡Y Dios es quien está ahí y al que –en definitiva-
hay que escuchar y seguir!]. Las personas somos colaboradores de Dios. Y
vosotros sois edificio de Dios. Pablo ha dejado una gran realidad
sobre el tapete para que podamos aplicarla.
Y en cuanto a esa bondad paternal de Pablo, que no nos sirva para lo que
no fue en la realidad. Porque
precisamente por padre, tuvo que usar la advertencia… Y ya veremos más adelante
que unas muy duras reprensiones sobre diversos temas. Porque sentirnos cristianos no es haber
obtenido un título que colgamos en la pared para nuestra gloria, sino una
necesidad constante de revisión y renovada recosntrucción.
El Evangelio, una jornada de Jesús, de casi las 24 horas seguidas…
(con el Evangelio de ayer, sin “casi”). Tras la acción de ayer en la sinagoga,
se continúa con la ida a casa de simón, y la suegra con fiebres altas… Jesús la sana, y ella misma les adereza la
comida. En la sobremesa, Jesús enseñaba
a los suyos –aunque el evangelio no diga
nada de eso-, y la gente de fuera se ha ido pasando la voz, y se han agolpado a
la puerta, poniendo a sus enfermos en primera línea, como gran reclamo. Y Jesús sale a ellos, cura a los enfermos con
gesto directo y personal de imposición de manos sobre cada uno, y luego habla y
deleita a las gentes, ávidas de una palabra de Dios que tuviera enjundia. Cena (es de imaginar, según fueran las
costumbres) y retirada a descanso. Pero atrás
esas horas necesarias para reponerse, Jesús se levanta sin ser advertido, se
sale fuera de la casa a lugar tranquilo, al campo, y allí se entrega a una
oración reconfortante y de búsqueda (porque Jesús oraba para encontrar la voluntad
de Dios).
Cuando se despertaron los demás, el
lugar de Jesús estaba vacío… Por otra parte, las gentes habían madrugado para
volver a encontrarse con Jesús, ¡que les llenaba! Cuando dieron con Él y hubieran pretendido
poseerlo (aquí tenemos otra vez el tema de la primera lectura), Jesús responde
que Él ha sido enviado y tiene que llevar lla salvación de Dios a otros lugares. Lo cómodo era quedarse allí, porque tenía
todo el viento a favor. Pero su oración no era “piadosa”…, sino
exigente…, descubridora… Y ahora tenía que seguir su marcha. Tenía que ser DE TODOS sin ser poseído por
nadie.
Un matiz. Pablo no presenta una comunidad buenísima en sus saludos iniciales, sino que esas "palabras amables" irían dirigidas a los verdaderos destinatarios, que son los que fueran. En unos se ha consolidado el testimonio de Cristo (V.6), y en otros no, como se verá en varias partes de la carta.
ResponderEliminarPablo alaba lo que tiene que alabar, y carga con estilo peculiar, tosco y duro, pero paternal, diciendo las cosas claras y poniendo los puntos sobre las ies.
Exactamente, ni más ni menos que lo que se ha desarrollado en el texto.
EliminarPues mejor que mejor
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ResponderEliminarUsted hace que Cristo se sienta más presente .
Me inpresiona el detalle de San Lucas en el Evangelio de hoy:¨Los curó imponiendo las manos sobre cada uno de ellos¨.Jesús se fija en los enfermos ,en nosotros y a cada uno nos dedica su atención plena ,porque toda persona es única de para El. la actividad infatigable de Cristo nos enseña que para llegar a El hay un camino a veces largo, que hay que recorrer con paciencia y contancia. Acercar a Jesús con nuestra oración y apostolado, las almas distanciadas de El es nuestro trabajo.Si las personas tardan en responder a su llamada,será p hemo hereciso recordar la paciencia que Dios a tenido con nosotros y considerar lo mucho que nos ha perdonado y las incontables veces que le hemos hecho esperar.
ResponderEliminarGracias nuevamente Ana. Ese es el punto. Tu estás cerca del Reino de Dios. Sigue dando luz a este blog con tus comentarios.
Eliminar"Una JORNADA de jesús...¡Quién hubiera estado allí! siguiéndole en sus curaciones... La suegra de Pedro, a quien Él la coge de la mano. los enfermos apiñados en la puerta, curados todos por la imposición de sus MANOS. Muchas veces pienso en las manos de Jesús: manos que bendicen... que curan...que perdonan. Manos que dan de comer a miles de hambrientos. En la Pasión, MANOS ATADAS en el Huerto, clavadas en la Cruz. Y RESUCITADO... MOSTRANDO sus llagas ante el asombro de sus amigos...Al partir el PAN, con los discípulos de Emaús, ¡Señor!, te diré: "Quédate con nosotros"...
ResponderEliminarEs aquí y ahora. Jesús se ha quedado con nosotros, nos toca manifestarlo a los demás, y hacer LO MISMO que dices que hacía Jesús. Si no, no será creíble nada de esto.
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