NI CON RECLAMO
En la gran zarzuela
“LA
REVOLTOSA” se produce un
encuentro casual pero deseado. Y dice el
personaje: ¡”Vaya; ni con reclamo”!. Hoy viene muy bien la FIESTA DE EXALTACIÓN DE
LA CRUZ, que celebra la liturgia en este día, para descubrir que hay
situaciones que “ni con reclamo” vienen mejor.
Las lecturas están centradas en la
CRUZ. La diferencia con el Viernes Santo
(allí es una cruz sangrante con el momento de
la muerte de Jesús) es que hoy se mira la otra vertiente de una Cruz que
exalta, que triunfa, que salva. Bien
sabemos que es sólo una diferencia de acentos, puesto que estamos hablando de
la misma CRUZ y de la misma realidad, de la misma barbaridad y de la misma salvación. Pero los acentos
significan mucho en la liturgia porque los misterios evangélicos tienen tantos
matices que ayuda encontrar ese complemento de forma subrayada.
La CRUZ “de hoy” es una cruz
triunfal. Quien mira a la cruz…, mejor dicho, al CRISTO CRUCIFICADO- queda curado de las picaduras de las
serpientes venenosas. Creo que ya
habremos aprendido (o estamos en vías de aprender) que las expresiones bíblicas
de un pueblo de pobrísimo vocabulario y de enorme sentido de fe centrado tanto
en Dios, que pase lo que pase “lo ha enviado Dios”, no pueden leerse en
culturas tan diferentes, con una traducción al pie de la letra. A nadie se le ocurriría hoy decir que los
animales salvajes en Kenia los ha puesto Dios allí para fastidiar a los
keniatas. Explicaciones mucho más
normales nos dirá que los elefantes, los hipopótamos, los leones o las jirafas,
o las serpientes cobra, han encontrado su hábitat propio, o el que la
civilización le ha dejado…, y hoy son reservas
naturales. Por eso será mucho más
científico decir que el pueblo que caminaba por el desierto, llegó a un lugar
donde había víboras. Y que el pueblo –precisamente por su sentido sagrado de la
vida- recurre a Moisés para que en su comunicación con Dios, pida el remedio en
lo inhóspito de un desierto. Y Dios, que
habla con Moisés cara a cara, le da un remedio sobrenatural: que haga una esfinge de serpiente, la ponga
en alto y quien sea mordido, venga a ese estandarte y –mirando- quede curado.
Lo que tenemos es un símbolo del
Cristo Crucificado, elevado en alto en el mástil de la Cruz –como Jesús explica a
Nicodemo- de modo que todo el que es picado por “las serpientes”, encuentre
curación en ese Cristo que han matado en la cruz. ¿Quién lo ha matado: “LAS SERPIENTES VENENOSAS”…,
los odios, las envidias, los celos, los egoísmos patológicos, las pasiones de
todo tipo y de toda índole, las que llegan de “cerca” o “de lejos”…, las que
suceden como consecuencia de tanto veneno humano como hay por ahí.
¡Es que el propio Hijo de Dios, al
hacerse hombre (despojado de su paraguas divino), fue también víctima directa
de ese veneno humano, de esa serpiente venenosa que hay en cada pecado, y que –en
definitiva- hay en cada personas! “Se despojó de su rango divino”…, “se
enfrascó en la tierra de los humanos, haciéndose
como cualquiera…, y –por lógica- le cogió la humillación hasta morir crucificado.
¿No es una ayuda profunda HOY
encontrar esta FIESTA LITÚRGICA en la que se resalta el triunfo del Crucificado…,
quien –precisamente por su obediencia hasta la muerte- recibió el nombre sobre
todo nombre…, y que precisamente por todo eso HOY ES ADORADO y exaltado en el Cielo, en la tierra y hasta en el
abismo (por mucho que “el abismo” se retuerza ante la figura triunfal de la
víctima que él mismo provocó? [Es la otra realidad de la HISTORIA DE SALVACIÓN: Mataron a Cristo "las serpientes venenosas". ¡Pero Él murió -ahora hablaremos "al otro lado de esa Historia, y por tanto, en el designio divino- PARA REALIZAR LA REDENCIÓN de la humanidad].
Serpientes venenosas las vamos a
encontrar siempre, en todas partes, en donde menos se esperan. “Estandartes”
en alto, con la figura de Cristo Crucificado Salvador, los tenemos quienes
vivimos la maravilla de la fe, ese cedazo sublime que nos hace cambiar las
lanzas en podaderas y los desiertos en torrenteras de agua.
OH, CRUZ FIEL, ÁRBOL ÚNICO EN NOBLEZA:
JAMÁS
EL BOSQUE DIO MEJOR TRIBUTO
EN
HOJA, EN FLOR Y EN FRUTO.
DULCES
CLAVOS, DULCE ÁRBOL DONDE LA VIDA EMPIEZA
CON
UN PESO TAN DULCE EN SU CORTEZA.
Hoy, celebrando la exaltación de la Santa Cruz, quiero recordar al Cristo mutilado en la guerra civil, que se conserva en la Iglesia del Sagrario. Casi tosos los días de agosto me he encontrado con ÉL... Y ME PARECÍA OIR "PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN"...Nunca olvidaré la 1ª procesión que vi en Malaga, ver llegar a ese Cristo por la Alameda. Le seguían los Guardias Civiles mutilados de dicha guerra: unos sin piernas otros sin brazos... etc. etc. DETRÁS DE ELOS iban niños y niñas de corta edad, huérfanos de la Guardia Civil, asesinados por ETA. Después de tantos años, el Cristo está aquí, perdonando, amándonos a todos y seguro que está contento de que nos acordemos de El, en exte día en que celebramos la "exaltación" de su Cruz Gloriosa. Gracias, Señor, por haberno amado tanto, hasta el final.
ResponderEliminarLa frase "mataron a Cristo las serpientes venenosas" me ha resultado curioso, porque nunca había enfocado este asunto así. Las serpientes venenosas = los pecados. Ayer alguien me dijo que si había utilizado levadura y todo para hacer mi propio pan, y yo le dije que si, obviamente. Luego se me vino a la mente aquello de "un poco de levadura fermenta toda la masa", y pienso que es muy buena la lección que te da la naturaleza para entender a veces las cosas "complicadas" de la vida espiritual.
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