LITURGIA
El día 24 de diciembre tiene una doble
liturgia: la de la mañana y la de la tarde. La de la mañana es un día más en el
proceso de estas fechas como preparación a la Navidad. La de la tarde que es la
de la “Víspera”, se celebra ya con ornamentos blancos y se dice “Gloria” porque
ya participa más de la Navidad. No es todavía la “Misa del Gallo” (que
corresponde ya al día 25). Ésta Misa de la Víspera casi ha desaparecido en las
iglesias particulares, al haberse adelantado (por razones pastorales) la Misa
de Medianoche a las horas de la tarde, buscando que puedan participar de esa
Misa “del gallo” el mayor número de personas posible, que no podrían hacerlo de
mantenerse el horario de las 12 de la noche, que es el que le corresponde.
Razones de seguridad y razones de esa realidad de unión de la familia en la
cena de nochebuena, han aconsejado pastoralmente que se adelante a las últimas
horas de la tarde-noche esa Misa que sigue llamándose “de Medianoche”.
La Misa del 24 por la mañana nos trae el texto de
2Sam.7,1-5. 8-11.16 en el que David ha pensado construir un templo digno para
el Arca del Señor, pensando que él habita en palacios y el Arca en una Tienda
de campaña, lo que no juzga digno. Así se lo comunica al profeta Natán, que
aprueba la idea.
Pero Natán recibe una comunicación de Dios para que se la
diga a David: No va a ser él quien construya el templo. Y viene entonces la
profecía sobre la realidad sublime que Dios trasmite: te pondré en paz con todos tus enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono
durará por siempre. Es evidente que esa profecía no se puede cumplir en
David como tal persona, sino que va a hacerse realidad en un descendiente de
David, que sí durará siempre y tendrá un trono eterno. Se anuncia, pues la
llegada del Mesías.
Hoy tiene ya una fuerza de anuncio inmediato, cuando
estamos a pocas horas de celebrar el nacimiento del Señor.
El evangelio es el cántico de Zacarías en su gozo por el
nacimiento de Juan. Cántico semejante al del “Magníficat” de María, y que es
propio de los grandes acontecimientos bíblicos. Pide Zacarías que el Señor sea
bendecido y alabado porque ha visitado y redimido a su pueblo, con un fruto de
la casa de David, tal como había sido anunciado por los profetas: el Mesías
salvador.
En efecto es la
salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos
odian, realizando la misericordia que tuvo ya antes con nuestros padres.
Zacarías se remonta a la promesa de la alianza hecha por Dios, en que juró por
sí mismo bendecir a Abrahán y su descendencia, para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de
nuestros enemigos, le sirvamos en santidad y justicia en su presencia para
siempre.
Luego hay una mirada expresa a Juan, con cuyo motivo se ha
exaltado Zacarías, y dice expresamente: Y
a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a
preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus
pecados.
Para acabar reconociendo la entrañable misericordia de
Dios, que nos visitará como sol que nace de lo alto para iluminar a los que
viven en tinieblas y en sombras de muerte, para
guiar nuestros pasos por el camino de la paz. El Mesías es anunciado como
sol que brilla en las alturas y que ilumina a los hombres que caminamos en
tinieblas.
DESEAMOS A TODOS LOS SEGUIDORES DEL BLOG UNA NAVIDAD MUY LLENA DE DIOS, EN LA QIE LA PAZ Y LA
FELICIDAD SEAN EL FRUTO DE HABER RECIBIDO EN SUS ALMAS EL NACIMIENTO DE JESÚS,
HIJO DE DIOS.
Feliz Navidad particularmente a usted, y que extiendo a todos los que diariamente seguimos el blog. Sus aportaciones en este medio son diariamente como ese pesebre humilde, sencillo, acogedor y cercano...que nos lleva a Jesús. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias en mi nombre y del Padre Cantero. Feliz Navidad. Gracias por su comentario.
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