LITURGIA
1Tes.3,7-13: Pablo se siente
animado por la fe y la actitud de los tesalonicenses, y respira sabiendo ahora
que eso se mantiene. ¿Cómo podremos
agradecérselo bastante a Dios? Tiene Pablo unos grandes deseos de ir a
verlos personalmente, si se allanan los obstáculos que han surgido por ahora.
Que el amor entre
ellos, amor mutuo, les dice, venga a ser como el que os tengo yo, y que ese
amor os fortalezca, para que cuando venga el Señor acompañado de sus santos, os
presentéis santos e irreprochables ante Dios nuestro Padre.
Como podemos ir
observando, toda la carta se desenvuelve en ese clima cordial, con delicadezas
en las expresiones del apóstol.
El evangelio ya ha
pasado el capítulo contra los fariseos, y lo que ahora toca es el tema de la
preparación con la que hay que estar para recibir la llegada de Jesús.
(Mt.24,42-51). Jesús lo propone con una parábola, como es su estilo y como él
mejor se comunica con las gentes que, buenos orientales, captan mejor el
mensaje a base de la parábola que con conceptos. Dicho sea de paso, a nosotros
nos es necesario “explicar la parábola” y reducirla a pensamiento occidental,
porque nos entendemos más de esa manera. Pero Jesús propone la parábola porque de
otra manera viendo no ven y oyendo no
oyen…, sencillamente no les es fácil la captación de lo que se les quiere
trasmitir.
Jesús dice en directo:
Estad en vela porque no sabéis el día ni
la hora en que vendrá vuestro señor. Comprended que si el dueño de casa supiese
a qué hora va a venir el ladrón, vigilaría para que no le abran un boquete en
su casa. (Y ya ha usado la parábola breve para explicarse mejor).
Y habla del criado
fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga dar la comida a la servidumbre, a sus
horas, que será un criado dichoso cuando haya cumplido con su deber, porque
cuando llegue el amo y lo vea, le confiará la administración de su casa y de
todos sus bienes. Se ha hecho acreedor de la confianza el amo.
Por el contrario, si
el criado maltrata a sus subordinados y bebe y se emborracha, cuando llegue el
amo en el día y la hora que menos espera, le hará pedazos como se hace con los
hipócritas. Vuelvo a llamar la atención sobre esas expresiones exageradas de
Jesús, que usa muchas veces para resaltar una idea. En la parábola lleva el
castigo hasta “el destrozo” del criado infiel. Si no fuera parábola, Jesús se
expresaría de otro modo en el lenguaje llano, como lo tenemos en su
misericordia con el pecador. O cuando la parábola quiere mostrar el Corazón
amoroso, también dibuja hasta el extremo la delicadeza del perdón. Buen ejemplo
en las parábolas de la misericordia, donde la “exageración” se expresa en
alegría comunicativa del pastor que encuentra la oveja, la mujer que encuentra
la moneda o el padre que se alegra sobremanera por el hijo que se había perdido
y ha sido recuperado.
También “exageración”
para expresar la misericordia. Es un estilo típico de Jesús que convine tener
en cuenta para cuando surgen las
expresiones menos agradables, que también las hay, y que debemos enmarcar en un
estilo propio de Jesús.
Concluye el relato de
hoy con ese estribillo que le es familiar cuando quiere llamar la atención: Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Los criados que no fueron fieles y que podían haberlo sido, tendrán que
lamentar su infidelidad. Y lamentar que en vez de ser distinguidos, son echados
fuera. Que pudieron ser felices y han acabado siendo expulsados.
Las exageraciones en el lenguaje son un modo de "llamar la atención" sobre un tema determinado, un problema importante, una queja sobre algo grave y que trae consecuencias malas. Puede ayudar a otros a darse cuenta de algo que a lo mejor expresado sin exageración pasaría desapercibido. A veces no sólo las usa Jesús...
ResponderEliminarQue el Espíritu Santo nos haga comprender y vivir las enseñanzas de Jesús a cada uno en concreto
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