Liturgia: La Cátedra de San Pedro
Hoy se hace paréntesis en los temas
cuaresmales para llevarnos a la fiesta litúrgica de LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO.
Era costumbre de los primeros cristianos dejar un sillón presidencial vacío en
sus reuniones litúrgicas, que lo dedicaban a la presencia simbólica del apóstol
Pedro, el designado por Jesús como su representante y vicario.
La Iglesia conserva ese recuerdo honorífico hacia el primer
Papa y le dedica esta fiesta de hoy. En las lecturas, la 1ª está tomada del
mismo Pedro (1ª, 5,1-4) en la que exhorta a los presbíteros a ser testigos de
Cristo, a ser pastores del rebaño de Dios
que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo de buena gana, como Dios quiere.
El pastor no lo es a la fuerza, sino por gusto y vocación. Y por tanto, con
generosidad y siendo modelos del rebaño que Dios les ha encomendado. Y eso
conducirá a recibir de Jesús la corona de
gloria que no se marchita.
El evangelio (Mt.16,13-19) cae de su peso: el momento en
que Simón confiesa a Jesús como Mesías,
Hijo del Dios vivo, y Jesús confiesa que Simón es Pedro y sobre esa piedra edificara su Iglesia, y el poder del
infierno no la derrotará. En consecuencia le da plenos poderes –los mismos
poderes de Jesús- simbolizados en esas llaves
del reino de los cielos para que lo que ate en la tierra quede atado en el
cielo, y lo que desate en la tierra quede desatado en el Cielo.
Siguiendo con
las lecturas de la Cuaresma, tenemos la vuelta al tema de la ORACIÓN como
aspecto importante de la vida cuaresmal. Y es algo que debe llamarnos la
atención, pues nos está mostrando que el cambio que hemos de ir dando, nunca
será el efecto de nuestros esfuerzos sino el fruto de la gracia de Dios en
nosotros. Y eso requiere mucho de la oración: de recurrir a Dios y pedir su
ayuda, su gracia, esos empujes que sólo él puede dar desde la generosidad de su
misericordia.
El texto que ha escogido la liturgia ha sido la oración de
Ester, abrumada por el peligro inminente contra su raza por las insidias de
Mardoqueo. (14,1.3-5.12-14). Y es una oración salida del alma, fuera de las
fórmulas, y llevada de la espontaneidad. Comienza con un recuerdo de las gestas
de Dios con los antepasados, para desembocar en petición para poder acertar
cuando tenga que hablar al rey para pedir clemencia para su pueblo.
Puede servirnos de pauta en nuestra manera de orar. No sólo
se va a Dios para pedirle, sino que empieza uno por dar gracias por los
beneficios recibidos, y el recuerdo de tanto bueno como se ha recibido antes.
Para desembocar luego en las peticiones de lo que más nos acucia, que presentamos
como súplicas que nos salen del corazón.
Jesucristo también nos ha invitado y enseñado a orar con
nuestras peticiones. (Mt.7,7-12). Con tres aspectos de lo que es una petición
nos ha dicho: pedid y recibiréis, buscad
y hallaréis, llamad y se os abrirá. Y lo ratifica con la afirmación de que todo el que pide, recibe; quien busca,
encuentra y al que llama se le abre.
Y como a Jesús le gusta aclarar todo con sus ejemplos
prácticos –sus parábolas-, acaba haciéndolo aquí también, llevándonos a la vida
práctica nuestra, en la que es lógico que si un hijo pide pan, su padre no le
va a dar una piedra, y si le pide pescado no le va a dar una serpiente.
Y concluye: Y si
vosotros, que no sois buenos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará
cosas buenas a los que le piden!
Hay una frase final que no puede dejarse pasar por alto porque
es una norma de vida que debiera ser muy común y que no es tan diaria en la
realidad práctica de los mortales. Dice Jesús: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste
la Ley y los Profetas.
Soñemos por una vez cómo sería la vida si esa norma se
aplicara. Que cada cual llegara en sus derechos hasta donde empieza el derecho
del otro. Que cada cual pidiera para sí lo que pide para otros y respeta en
otros. Que no tirara uno de la manta para cubrirse él, si con ello deja destapado
al prójimo. Que no se permitiera nadie hacer daño a los demás, puesto que para
sí mismo desea que nadie le haga daño.
Breve mensaje cuaresmal en vídeo del pasado domingo, por si alguien gusta. Bendiciones para todos.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=7fWPvzuFaCY&feature=youtu.be
Francisco Javier, Amigo; yo no he podido acceder a tu vídeo.Debe de haber alguna manera de verlo aquí...No obstante, trataré de buscarlo con más calma. Soy mala en informática. Muchas gracias.mªJosé.
ResponderEliminarMª José, gracias. Debes copiar y pegar el enlace que pongo en la barra del navegador, donde se escriben las direcciones de las páginas web que visitas.
Eliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=7fWPvzuFaCY&feature=youtu.be
Ya en el año 354 se celbraba en este dia, en Roma, esta fiesta decicada a la Cátedra de San Pedro.Es la fiesta del primado de los Apóstoles que tiene la misión de presidir en la caridad, confirmar en la verdad y ser fuente y fundamento de unidad.Sólo Pedro ha sido antepuesto a todos los Apóstoles y a todos los Padres de la Iglesia para gobernarla. La confesión de Pedro los ha dejado maravillados; pero la respuesta de Jesús todavía es para dejarnos más sorprendidos: Él, Dios, es el Fundador de la Iglesia y la deja en las manos de unos "hombres de carne y hueso", su Iglesia. Él estará con nosotros,pero el cuidarla y hacerla crecer depende de nosotros. No se puede tener más confianza...Nos conoce , y conoce nuestras limitaciones; pero cree en nosotros.¡Señor, ayuda al Papa Francisco para que nos custodie en la FE.
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