AYUNO Y ABSTINENCIA
Liturgia: MIÉRCOLES DE CENIZA
Comienza la Cuaresma. Nos toca
pensar, primero de todo, si estamos con el espíritu dispuesto a que la Cuaresma
no sea un paso más que aparece en los calendarios litúrgicos, sino que la
tomamos como período para un avance en nuestra vida cristiana. No se trataría
de un salto –por lo general- sino de un paso nuevo, pero paso concreto y
seriamente acogido en nuestro caminar diario.
El evangelio de hoy (Mt.6,1-6.16-18) nos va a hablar de
ayuno, oración y limosna. Para Jesús son tres patas de un banco muy concreto
que hay que abordar. La oración, que
va más allá de decir rezos y repetir frases y oraciones ya formuladas. Oración
que debe conectar con Dios y buscar a través de su Palabra, cuál es la voluntad
de Dios, y cuál es PARA MÍ en concreto en este momento. Y eso no es algo que se
resuelve de una tacada. Requiere vida de
oración, búsqueda, insistencia, enfrentamiento con el propio yo, que tiene
establecido un sistema de defensa para no dejarse tocar por alguna exigencia
que vaya más allá de la propia comodidad.
El ayuno. Uno de
los aspectos menos entendido y menos vivido. Primero porque no se entiende el
valor de algo que vivió el propio Jesús, como un modo de llegar más al corazón
de Dios. La expresión de un indigente que tiende los brazos en demanda de
ayuda. Pero podríamos muy bien ahondar en el sentido del ayuno, valiéndonos de
la ampliación del concepto que ha hecho el Papa:
EL MEJOR AYUNO.
¿Te animas a ayunar en esta Cuaresma?
• Ayuna de
palabras hirientes y transmite palabras bondadosas.
• Ayuna de
descontentos y llénate de gratitud.
• Ayuna de
enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia.
• Ayuna de
pesimismo y llénate de esperanza y optimismo.
• Ayuna de
preocupaciones y llénate de confianza en Dios.
• Ayuna de quejarte
y llénate de las cosas sencillas de la vida.
• Ayuna de
presiones y llénate de oración.
• Ayuna de
tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón
• Ayuna de
egoísmo y llénate de compasión por los demás.
• Ayuna de
falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación.
• Ayuna de
palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros.
Si todos
intentamos este ayuno, lo cotidiano se llenará de: PAZ, CONFIANZA, ALEGRÍA Y
VIDA...
Y la limosna.
Que muy bien podría ir en la misma línea, dándole a la limosna no el sentido de
limosneo tranquilizador que va dejando monedas sin discernimiento, sino
concentrando la limosna en donde consta que va a tener el empleo que acude a la
verdadera necesidad. ¡Cuántas veces la limosna más válida es la de una palabra
oportuna, un acompañamiento, un interés por los temas de la otra persona, un
superar recelos que se albergan en el corazón sobre alguien, un perdón, un
gesto de comprensión…! Pensamos que hemos dado una moneda a un pedigüeño y ya
hemos salvado la “caridad”. ¿Y la esposa o el esposo o el hijo y la hija o el
abuelo que tenemos a mano, o la persona que tenemos sirviéndonos en nuestras
tareas domésticas? ¿Acaso no están mucho más necesitados de atención que
aquella moneda impersonal que pareció dejarnos tranquilos?
Todo ello va centrado en las primeras palabras de la 1ª
lectura (Joel 2,12-18): Convertíos a mí
de todo corazón…, convertíos al Señor Dios vuestro porque es compasivo y
misericordioso. Volverse al Señor, tomarse en serio a Dios. Mirar a Dios
antes de tomar decisiones, antes de actuar en una determinada forma. Que ya se
enderezarían muchas posturas si se mirara a Dios y buscara uno su aprobación…,
o se encontrase uno, quizás, con que “aquello” aparta de Dios.
Hay una razón definitiva en la 2ª lectura: 2Cor.5,20-6,2:
que Cristo fue emborrizado en el pecado
para que por él lleguemos a obtener la justicia de Dios. Cuando Dios ve a
Jesús, cargado con el pecado de la humanidad, Dios quita de sus hombros la
carga, y con ello nos quita nuestra carga, que Cristo llevaba a cuestas. Y la
mirada de Dios se vuelve misericordiosa hacia Jesús y, por tanto, hacia
nosotros. Nuestro pecado quedará clavado y dominado en la cruz de Jesucristo,
por lo que nosotros seremos reconciliados
con Dios.
Es el camino de la Cuaresma, y lo que toca es que lo
tomemos en serio para que ese Cristo sea el triunfador en nosotros al cabo de
estos 40 días.
A propósito del tema de la limosna y la ayuda, el domingo pasado grabé un mensaje en vídeo, por si alguien lo quiere oír.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/hI26tq7sUN8
Señor Madueño, gracias por su colaboración para la preparación de la Cuaresma y Semana Santa.
ResponderEliminarOración, limosna y ayuno. Mejorar nuestra relación filial con Dios; mejorar nuestra entrega a los demás y un control más riguroso sobre nosotros mismos para conseguir una justa autoestima; sin ningún tipo de ostentación, sencillamente porque nos hace bien y porque queremos colaborar con el Señor en sus planes salvíficos.¡ Les deseo a todos los lectores de este Blog una Santa Cuaresma.Un fraternal abrazo. MªJosé Bermúdez.
Un fraternal abrazo Sra./Srta. Bermúdez. Gracias a usted.
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