LOS EJERCICIOS DE SAN
IGNACIO
Hacemos
Ejercicios todos los años. Y por “Ejercicios” se entiende todo modo de orar y examinar la conciencia. Por tanto vale
cualquier modo de estimular el espíritu y enfrentarlo a la realidad, en orden a
un cambio para el futuro.
Luego
se habla de EJERCICIOS IGNACIANOS, que son una manera concreta de enfocar el
proceso de unos Ejercicios. Por lo pronto, para entender lo que son unos
ejercicios ignacianos hay que partir de lo que S. Ignacio concibió como tales,
que dura UN MES COMPLETO, que es el espacio mínimo que se requiere para que se
pueda producir el cambio espiritual y psicológico en el ejercitante.
Se
distribuyen en “4 semanas” (de diversa duración), en las que se sigue un
proceso de PURIFICACIÓN del alma, ADHESIÓN a Jesucristo, IDENTIFICACIÓN en el
dolor y en el gozo. Y todo eso está flanqueado al comienzo por lo que se llama
el PRINCIPIO Y FUNDAMENTO (que es un planteamiento general que arranca del plan
de Dios al crear al hombre) y acaban con la CONTEMPLACIÓN PARA ALCANZAR AMOR,
que vendría a ser como ese mismo “Principio y Fundamento” pero cargado ya con
toda la riqueza del mes que se ha vivido a razón de 5 horas completas de
oración diaria (una de ellas a medianoche).
El
proceso –que se puede seguir en la vida diaria- es el siguiente:
1.- Dios nos ha creado para él y para
que seamos felices en medio de la realidad de la vida.
-
Pero la realidad de la vida está marcada por el pecado que rompió los planes de
Dios. Y YO SOY PECADOR. Se trata, pues, de adentrarse en esa realidad personal,
presentándose así ante Cristo Crucificado, ante quien me he de cuestionar qué
debo yo ahora hacer por Cristo.
Ante
mi realidad de pecador no debo hundirme por mi pecado, porque siempre emerge
por encima de todo la misericordia de
Dios.
Lo que a mí me toca es conocer a fondo mi pecado para ABORRECERLO
(no sólo arrepentirme), Y como el pecado tiene unos aledaños que lo alimentan
–los DESÓRDENES (el no ir por derecho a Dios)-, pido conocerlos PARA ENMENDARME. A sabiendas de que EL MUNDO y su estilo
me engañan fácilmente y yo quiero conocerlo
PARA ABORRECERLO y librarme de las
cosas mundanas.
San Ignacio pondrá una
contemplación del INFIERNO no para meter miedo sino para ahondar en el
aborrecimiento del pecado, que es el que puede crear un infierno en mi vida. Y
ya se sabe que el Infierno es perder a Dios. Cristo Crucificado está de brazos
abiertos a las puertas del infierno para no dejarme pasar.
2.- El ejercitante se ha preguntado ¿qué debo hacer por Cristo?
Esta nueva “semana” está
destinada a ponerse ante Cristo PARA CONOCERLO INTERNAMENTE y así amarlo y
seguirlo. En el Mes de ejercicios dura 11 días con un día de
interrupción. Arranca desde una presentación de Jesucristo que invita a ir CON ÉL, HACER LO QUE ÉL, SEGUIRLO A ÉL. Y
desemboca en un ofrecimiento generoso en
el que el ejercitante –actuando contra su amor propio y amor a la comodidad y a
los atractivos del mundo- QUIERE Y DESEA
Y ES SU DETERMINACIÓN vivir la vida de Cristo con las características de
pobreza y humildad, incluso en la humillación.
Y se va poniendo al alma
ante la humildad (=vaciamiento) de la Encarnación; la pobreza radical del
Nacimiento…, la Vida Oculta de una familia normal y Jesús que se queda en el
Templo para hacer la voluntad de su Padre. Son 4 días en esas contemplaciones.
Al 4º día se interrumpe el
proceso de las contemplaciones de la vida de Jesús para hacer una reflexión muy
profunda:
a).Aun dentro de los mejores
deseos, cabe el engaño sutil; la tentación de “tener”, de “figurar”, de sacar
la cabeza, son los medios que vienen del enemigo.
El desprendimiento, el no
anteponerse a nadie, la humildad, son los caminos del Señor.
Hay mucho que pedir para no ser
engañados. Y se le pide a la Virgen, a Cristo y al Padre.
b).Supuesto que se asienta
uno en esos pasos de Jesús, hay que calibrar el grado del verdadero QUERER.
Porque hay un querer que nunca llega a elegir lo que debe (“querría”); otro
“quisiera” pero que no se adapta a la voluntad de Dios sino que quiere que Dios
se adapte a la propia voluntad. [“Por qué Dios no va a querer…”; “qué tiene
esto de malo”…]. Y hay un QUERER auténtico que pone por delante hacer la
voluntad de Dios, e incluso yendo más allá de lo estrictamente necesario.
c): Todo eso se soluciona
cuando hay un AMOR A JESUCRISTO por el que se busca PARECERSE A ÉL, viviendo lo
que vivió él y al modo que vivió él: en pobreza, humildad y cruz.
Todo esto desemboca en LA
ELECCIÓN de un modo de vida que el ejercitante ha descubierto que Dios le pide.
No se concluye aquí esta elección porque nos queda que seguir mirando a Jesús.
Luego continúa la “semana”
con contemplaciones de la vida de Jesucristo para ir asimilando un estilo de
vida, de pensamiento, de deseo, etc., acorde con la persona de Jesús que nos
muestra el Evangelio.
3.- Del conocimiento
interno del Señor pasamos a la identificación
con Jesús en el dolor. Es “la 3ª semana”. En la que se afronta la Pasión de
Cristo, no con ánimos de devoción y emociones espirituales sino para sentir
dolor CON Cristo doloroso; quebranto CON Cristo quebrantado, lágrimas y pena
interna por tanto como Cristo penó por mí.
Cristo fue el que ELIGIÓ la
voluntad del Padre, y la vivió aunque le costó la muerte. El Ejercitante HA
ELEGIDO una forma de vida y la ha de llevar adelante cueste lo que cueste. En
la actitud de Cristo tiene el modelo, y el ejercitante escarmienta en cabeza ajena para llevar adelante su propia cruz
(que es su vida acorde con la voluntad de Dios y en identificación con Cristo).
4.- Quien ha seguido a Jesús en el penar, lo sigue también
en la gloria. La nota específica de esta “4ª semana” es que el ejercitante pide
sentir el gozo por ver a Cristo gozoso. El gran triunfo del ejercitante no es
su triunfo sino el de Jesús, que viene a manifestarse tan milagrosamente y VA
CONSOLANDO a unos y otros.
Y uno de los que quedan
consolados es el propio ejercitante que participa ya de la alegría de Jesús. Y
sus sacrificios –los que le toca afrontar a partir de ahora- no es que
desaparecen sino que tienen otra luz. No es que la vida se hace Jauja sino que
la luz de la resurrección los sobrepasa.
Acabará todo con esa
CONTEMPLACIÓN en la que todo se mira, se
vive, se concreta en el AMOR QUE DIOS HA TENIDO, que está pidiendo una
respuesta generosa de amor.
Por eso se concluye la experiencia
de todo un mes en la síntesis completa de la donación de sí mismo: TOMA, SEÑOR, Y RECIBE TODA MI LIBERTAD, MI
MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO Y TODA MI VOLUNTAD; TODO MI HABER Y MI POSERR. TÚ ME
LO DISTE; A TI, SEÑOR, LO TORNO. TODO ES TUYO. DISPÓN DE MÍ A TU VOLUNAD. DAME
TU AMOR Y TU GRACIA. ¡QUE ÉSTA ME BASTA!
O bien, en síntesis total: EN TODO AMAR Y SERVIR.
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