JULIO: Mes de San Ignacio de
Loyola
que tendrá su broche final
en la fiesta del Santo el 31 de Julio.
Fundador de la Compañía que quiso que se llamara del nombre de Jesús. La ideó como “caballería ligera”, dispuesta en cualquier
momento a salir adonde hubiera una necesidad a mayor gloria de Dios, por lo que no quiso que sus compañeros
estuviesen dependiendo de horarios conventuales de Coro y demás prácticas de
todos los Religiosos de aquel momento. Autor del libro “Ejercicios
espirituales” en los que se muestra gran enamorado de Jesucristo y trasmisor de
una auténtica escuela de oración. Gran místico y muy humano. Redactó unas
Constituciones que son espíritu más que normativa, pero pensando que lo que
había de dirigir la vida de los jesuitas
debía ser la interior ley de la caridad y
el amor que el Espíritu Santo escribe e imprime en los corazones.
Liturgia
Amós sigue con su profecía. 8, 4-6. 9-12 es una queja inicial profunda
del abuso del prójimo, por la falta de amor y respeto al mismo. Es el tema de
la corrupción, al que hoy somos muy sensibles. Por eso se oscurecerá el sol a mediodía. Y
concluye con algo que firmaremos nosotros: Llegan
días en que enviaré a la tierra hambre y sed de la palabra del Señor. Ahí
debemos sentirnos nosotros y que la Palabra del Señor nos sea indispensable
para nuestra espiritualidad profunda, mucho más allá de otras formas exteriores
de piedad.
Tenemos en el Evangelio (Mt. 9, 9-13) la vocación de este
evangelista y apóstol, que era un publicano (un despreciado de la élite
religiosa de Israel), al que le dirigió Jesús esa palabra clave que cambió la
vida de otros: Sígueme. Y Mateo se
levantó de su mostrador de impuestos y siguió a Jesús. Y lo festejó con sus
amigos, los otros publicanos, dando un banquete en el que estuvieron ellos, y
Jesús en medio con sus otros discípulos.
Los fariseos lo vieron con malos ojos. Ellos, los puros, no
podían entender que Jesús –que se las daba de hombre justo- pudiera participar
de la misma mesa que aquellos publicanos, a quienes identificaban con raza de
pecadores. Y fueron indirectamente a quejarse a través de los discípulos,
intentando sembrar en ellos las dudas del Maestro: ¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?
Jesús lo oyó. Y se apresuró a hacer el comentario que
correspondía a aquella mala intención de los fariseos. Y dijo Jesús: No tienen necesidad de médico los sanos sino
los enfermos. Serán pecadores…; por eso mismo más me necesitan. Y vosotros
aprended lo que significa: misericordia
quiero y no sacrificios. Que no he venido a llamar a los justos sino a los
pecadores.
Es evidente que Jesús también se dirigía a las buenas
personas, a las personas que vivían su honradez. Pero era consciente de que no
tenía entrada con los “santones” que se creían justos y se erigían en justos y
críticos de las acciones de los demás. Ellos se creían justos, y es evidente
que en su falsa justicia se permitían juzgar y corregir a los demás. A esos no
los llama Jesús. Y aunque los llamara, no acudirían porque ellos siempre se
considerarían superiores y más perfectos. Por eso se siente bien entre aquellos
pecadores, de corazón más sano y noble que el de los “justos”. Por eso los
llama a ellos. Por eso se pone a comer con ellos. Tienen más capacidad de
humildad y de reconocimiento de su pobreza.
Ni que decir tiene que todo esto es un auténtico examen de
conciencia en voz alta que nos tenemos que hacer nosotros, los que vivimos ya
“del lado de acá”. Porque fácilmente juzgamos y hasta expresamos nuestros
juicios (que por mucho que los intentemos camuflar y revestir, son juicios
críticos y poco caritativos). Y Jesús tendrá que decirnos que, en el fondo de
la cuestión, llama y se entiende con los pecadores, los imperfectos, los que no
juzgan… Están mucho más en la línea de Jesús.
¡¡¡Pongámonos en línea…!!!
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA(Continuación)
ResponderEliminarLAS FUENTES DE LA ORACIÓN.
"Mi secreto es muy sencillo: yo rezo.Y mediante mi oración me hago una con el amor de Cristo y comprendo que orar es amarle, que orar es vivir con él y esto significa hacer verdad sus palabras. Orar es para mí estar las 24 horas al día unida a la voluntad de Jesús, vivir para él, por él y con él (Beata Teresa de Calcuta).
¿CÓMO PUEDE MI VIDA COTIDIANA SER UNA ESCUELA DE ORACIÓN?.-Cada acontecimiento, cada encuentro puede ser un impulso para una oración. Pues cuánto más profundamente vivimos en unidad con Dios tanto más profundamente comprendemos el mundo que nos rodea.
Quien busca la unidad con Dios ya desde la mañana es capaz de bendecir a las personas con las que se encuentra, incluso rivales y enemigos. A lo largo del día pone todos sus problemas en manos del Señor. Tiene más paz en su interior y la irradia. Emite sus juicios y toma sus decisiones preguntándose cómo actuaría Jesús en esa circunstancia. Vence al miedo por medio de la cercanía a Dios. En las circunstancias desesperadas no es inestable. Lleva en sí la paz del cielo y con ello la transmite al mundo. Está lleno de agradecimiento y de alegría por todo lo bueno, pero también soporta las dificultades que se encuentra. Esta atención a Dios es posible incluso durante el trabajo.