Liturgia
Las dos lecturas de hoy vienen a coincidir en el daño que hace el
posicionamiento crítico ante una situación. Jer 26, 1-9 nos presenta el encargo
de Dios al profeta, de situarse en el atrio del templo y allí anunciar una
amenaza de Dios. No perdamos de vista situaciones semejantes, que expresan una
pedagogía de Dios, que avisa pero que no quiere realizar. Recordemos la
predicación de Jonás en Nínive, que es acogida favorablemente por la ciudad y
su rey y que acaba por no realizarse la amenaza. ¡Que era lo que Dios
pretendía! Y como ese caso hay varios a través de la Biblia, en los que Dios se
goza con “arrepentirse” de la amenaza, porque gracias a ella se ha producido la
conversión que Dios pedía. Porque el principio general es que Dios no quiere la muerte del pecador sino
que se convierta y que viva. Y aquí se dice expresamente: A ver si escuchan y se convierte cada uno de
su mala conducta, y me arrepiento del mal que les anuncio a causa de sus malas
acciones.
Sobre Jerusalén ahora Jeremías anuncia, pues, que si no me obedecéis cumpliendo la ley que os
di, y escuchando las palabras de mis siervos los profetas (que os enviaba sin
cesar), entonces trataré a este templo como al de Silo y a esta ciudad bajo
maldición.
Oyen aquello los sacerdotes y el pueblo y, lejos de
convertirse, declaran a Jeremías reo de
muerte por haber profetizado contra la ciudad y el templo. La amenaza de
Dios, que iba con una finalidad pedagógica, no ha surtido su efecto, y la gente
se ha envenenado más. El pueblo se juntó
contra Jeremías. Iban contra el mensajero y olvidaban o desechaban el
mensaje.
En Mt 13, 54-58 Jesús ha ido a Nazaret, su pueblo. Allí hay
un doble movimiento de las gentes. De una parte, la admiración porque conocían
a Jesús de 30 años como un hombre bueno del pueblo, pero nada más. Ahora
encontraban que predicaba y tenía una fuerza su predicación. Y además hacía
milagros. Y eso les producía admiración. Pero al lado están “los comentarios”,
los que dicen sin decir, los que dejan caer como si nada…, pero que en el fondo
son críticas solapadas…, “comentarios” (que solapan la malicia): ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No es
su madre María, y no conocemos a su parentela? ¿No viven aquí entre nosotros?
Entonces, ¿de dónde saca todo eso? Y
desconfiaban de él. No es que aquella forma de hablar de Jesús les
suscita un interés; no es que sus milagros hacen pensar. Es toda la labor de
zapa de unas gentes que no pretenden sino derruir al personaje. “Critica,
critica, que algo queda”…, ese principio diabólico que es tan fácil y que más
de una vez se queda como “inocente comentario” que no lleva nada de inocencia y
mucho de mala fe.
La consecuencia fue que Jesús no pudo hacer allí muchos
milagros. Si Jesús se apoyaba normalmente en la fe de las personas y aquí no se
han situado en la actitud de fe, es natural que han cerrado la fuente de esos
milagros.
Yo quiero hacer reflexión sobre las consecuencias de muchas
conversaciones –“comentarios”- de personas habladoras que parecen no decir nada…,
pero que en el fondo están minando alguna actitud o situación. E invito a un
ejercicio de cierto “silencio” o prudencia del alma para evitar hablar más de
la cuenta. Y que no se evita el mal porque la persona “declare” de antemano que
“no pretende criticar”…, pero bla, bla, bla…
La repetida petición de SAN IGNACIO EN LOS EJERCICIOS es el
“conocimiento interno del Señor (que por
mí se ha hecho hombre) para que más le ame y le siga”. Y para ello pone al
ejercitante de cara al evangelio durante 5 horas diarias unos 10 días (50 horas
de contemplación de Jesús), para que se vaya produciendo un “contagio” desde la
persona de Jesús –sus hechos, sus reacciones, su estilo, sus sentimientos, su
modo de pensar…- que vayan modificando las actitudes y los criterios del que se
ejercita.
Puede preguntarse si Jesús es el hijo del carpintero y de María…,
pero con tal fe que se sienta cogido el ejercitante por ese Jesús que pasó por
el mundo haciendo el bien, siendo uno de tantos pero revestido de autoridad y
viviendo una vida ejemplar y enseñando una doctrina sublime, invitando a
seguirlo a él y llamando de diferentes maneras a las gentes para que se
incorporen al Reino de Dios.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarDIOS NOS SALE AL ENCUENTRO´
INSPIRACIÓN:La influencia de Dios sobre los redactores humanos de la Biblia, de modo que es Dios mismo quien es considerado el autor de los Libros sagrados.
¿ES VERDADERA LA SAGRADA ESCRITURA?.-"Los Libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad ,porque escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor". (Concilio Vaticano II).
Ni la Biblia cayó ya acabada de cielo ni fue dictada a unos escribas autómatas. Más bien Dios "se valió de hombres elegidos, que usaban todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería"(Concilio Vaticano II). Para que determinados textos fueran reconocidos como Sagrada Escritura se requería además la aceptación universal de la Iglesia. En las comunidades debía existir el consenso:" Sí, Dios nos habla a través de estos textos; esto está inspirado por el Espíritu Santo".Desde el siglo IV está establecido en el CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS cuáles de los muchos textos cristianos están inspirados realmente por el Espítitu Santo.
¿CÓMO PUEDE SER "VERDAD" LA SAGRADA ESCRITURA SI NO TODO LO QUE CONTIENE ES CORRECTO?
La Bilblia no pretende transmitirnos precisión histórica ni conocimientos de
ciencias naturales.Los autores eran además hijos de su tiempo. Compartían las representaciones culturales de su entorno yb en ocasiones estaban influídos por sus limitaciones.Pero todo lo que el hombre debe saber acerca de Dios y del camino de la salvación se encuentra con certeza infalible en la Sagrada escritura.
Continuará
La fe en Jesús no nos evita los sufrimientos; pero hace que éstos sean más llevaderos.No nos evita la muerte; pero nos sitúa ante un horizonte de vida y de comunión con Dios que nada ni nadie puede arrebatarnos. Porque es un regalo ofrecido por el propio Dios. Y,entendisa así, la vida puede convertirse en servicio y entrega generosa, porque tiene sentido hacer el bien y vivir la vida tal como nos la proponía Jesús. La profesión de fe de Marta compartida por todos, nos invita a realizar como ella todos los hechos concretos de cada día...Abstengámonos de hacer juicios incorrectos y de la murmuración.Seamos personas de fe sólida , como Marta; servidores de nuestros hermanos.
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