Liturgia
Después de leerme varias veces el texto que hoy nos propone la liturgia
del día (Jer 15, 10, 16-21), llego a la idea de que hay un montaje de planos en
los que Jeremías habla de sí mismo y como personificación de Jerusalén. Habla
de sí presentando de una parte su fidelidad y de la otra sus sufrimientos. Y
ahí enlaza con Jerusalén a la que Dios quiere hacer volver, y que separa la
escoria de lo precioso, y que ese pueblo quede constituido como muralla de
bronce, inexpugnable, porque Dios está con ella: Te libraré de manos de los perversos, te rescataré del puño de los
opresores.
Dios es mi refugio en
el peligro, canta el SALMO 58.
Mt 13, 44-45 son dos breves parábolas paralelas con las que
Jesús da la esencia del Reino de los cielos (Reino de Dios aquí en la tierra).
Es algo tan preciado y maravilloso que se compara al tesoro hallado en un campo
por un hombre que de nuevo lo entierra, y va y vende todas sus posesiones para
poder comprar el campo del tesoro, a sabiendas de que es más válido y rico que
todo lo que ha dejado. Es la presentación en positivo de la enseñanza de Jesús:
¿De qué le vale al hombre la vida entera
si arruina su alma? Aquí en la parábola arruina toda su riqueza y la vende
para ganar el tesoro escondido.
Es el mismo argumento del joyero que ha encontrado una
piedra preciosa de inmenso valor, y entonces vende todas las otras joyas que
tenía con tal de comprar aquella tan especial que se le ha presentado.
El Reino de Dios lo entendieron los santos: son los que han
minimizado todo lo que hubo a su alrededor para poder vivir de pleno el
evangelio con todos sus detalles. Por eso en las causas de beatificación y
canonización se estudian las virtudes heroicas
de esas personas. Y lo heroico está
en ese haber sabido desprenderse de todas las otras cosas con tal de adquirir
la joya de gran valor que es el evangelio. Como aquello que se cuenta en la
vida de San Francisco, en que se le pide que viva el evangelio a la letra, a la letra, a la letra; sin
glosa, sin glosa, sin glosa.
Es la gran diferencia con lo que ocurre en la realidad de
la vida: se busca “la interpretación” de las exigencias evangélicas, la acomodación,
la sordina de las llamadas que nos hace el evangelio, para acabar reduciéndolo
al mínimo… Aquello de la gente buena que
es el mínimo para no ser perversa. ¡Y sálvese quien pueda!, que es lo que
Jesús dice elegantemente: quien tenga
oídos para oír, que oiga.
Y esta vez no sé si puedo decir algo más. Al menos no se me
ocurre. Acentuaría esa última recomendación de Jesús y la pondría como materia
de oración y de examen, que es lo único que queda por hacer.
SAN IGNACIO tiene un momento clave en los Ejercicios cuando
pone al ejercitante ante CRISTO CRUCIFICADO, para hacer ese examen de su vida,
con tres preguntas ante ese Cristo de la cruz:
-
¿Qué he hecho yo por Cristo? Y no queda sino que mirar a
la vida vivida anteriormente, a lo que fue esa vida antes de haberse plantado
el alma ante esa imagen del Cristo que está crucificado POR MÍ. Toca ver si se vendió todo para comprar aquel campo… Y la
vida vivida no da precisamente un balance positivo.
-
¿Qué hago por Cristo? Y ya se plantea el
presente: lo que actualmente estoy siendo y haciendo… Lo que supone haber
minusvalorado todo cuando se ha encontrado uno con ese Cristo de gran valor.
-
¿Qué debo hacer por Cristo? Y ahí queda el ejercitante enfrentado a su futuro…,
al evangelio sin glosa…, a la letra…,
a la llamada interior de Jesús que nos presenta el Reino de los cielos y nos
llama a vivirlo en toda su verdad.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarDIOS NOS SALE AL ENCUENTRO
"Es necesario y urgente que surja una nueva generación de apóstoles, arraigados en la palabra de Cristo, capacitados para dar una respuesta a los retos de nuestro tiempo y dispuestos a anunciar en todas partes el Evangelio"(Benedicto XVI).
¿CÓMO SABEMOS QUE ES LO QUE PERTENECE A LA VERDADERA FE? .-La verdadera fe la encontramos en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia.
El NUEVO TESTAMENTO ha surgido de la fe de la Iglesia. Escritura y tradición van unidas. la transmisión de la fe no se da en primer lugar a través de los textos . En la Iglesia antigua se decía que la Sagrada Escritura estaba escrita" más en el corazón de la Iglesia que sobre pergamino". Ya los discípulos y los Apóstoles experimentaron la nueva vida ante todo a través de la comunión de vida con Jesús.A esta comunión,que se continuó de un modo diferente tras la Resurrección, invitaba la Iglesia naciuente a los hombres. Los primeros cristianos" perseveraban en la enseñanza de los Apóstoles, en la comunión, en la fracción de pan y en las oraciones"(Hch 2, 42). Estaban unidos entre sí y sin embargo tenían espacio para otros. Esto es lo que constituye la fe deb hoy: Los cristianos invitan a otros hombres a concer una comunión con Dios, que desde los tiempos de los apóstoles se ha mantenido inalterada en la iglesia católica.
"La Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas. Porque surgiendo ambas de la misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin"(Concilio Vaticano II)
¿Qué debo hacer por Cristo? Cuando encontré a Cristo, he encontrado el Tesoro que me llena de sentido.Yo no hubiera podido construir este tesoro; pero por la gracia de Dios, lo descubrí, lo acogí como un regalo; siempre le dí el lugar más importante de mi vida; y, siento que, respetando mi libertad, a partir de Él, se va organizando mi vida. La perla que Jesús andaba buscando y que había descubierto era el amor incondicional del Padre y, cuando lo experimentó, se sintió obligado a comunicarlo a todos, creando fraternidad y aliviando el sufrimiento por donde pasaba.
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