Liturgia
David, el rey belicoso, envuelto en mil batallas, se ha establecido
finalmente y tiene sus reinos en paz. (2Sam 7, 1-5. 8-11. 16). Y ahora el rey
tiene la serenidad para ver que él vive en casa de cedro mientras el arca de Dios vive en una tienda. Es el momento de
construirle a Dios un Templo. El profeta Natán se lo aprueba. Pero Dios se
dirige a Natán y le comunica un mensaje para David: Yo te he bendecido; te he
entregado el reino, y te añadiré más todavía. Pero tú no serás quien me
construya el Templo. El TEMPLO que durará siempre no será obra humana, pero “será
construido” en tu casa y reino.
Estaba anunciándose ese TEMPLO que sería el Mesías de Dios,
Jesús, el Hijo del Altísimo, descendiente de la casa de David.
Por eso Dios es declarado bendito y Santo en el canto de acción de gracias de Zacarías, que
ha explotado en acción e gracias a Dios porque ha visitado y redimido a su pueblo en la casa de David. Esa visita
de Dios libera a Israel de sus enemigos, que le odian, y expresa la inmensa
misericordia de Dios con la humanidad, a la que libra de temor y le concede
servir a Dios en bondad y santidad.
RELATOS DEL ADVIENTO
José y María viven muy unidos aquel nuevo anochecer, resguardados
en aquel lugar (que la tradición cristiana ha imaginado “cueva”, “gruta”, “establo”,
“portal”…). Lugar de soledad y silencio, de tranquilidad y –hay que decirlo- de misterio, porque los siglos han
quedado pendientes de aquel “lugar” indefinido, representado en millones de
modos y maneras… ¿Qué día? ¿Qué año? ¿A qué hora? Todo un conjunto de situaciones
indefinidas, que la piedad y la historia ha ido rellenando a su manera. Cuando
Zacarías habló del sol que nace de lo
alto, no pudo imaginar que aquello diera “fecha” al día del nacimiento de
Jesús, SOL DE JUSTICIA y santidad, que venía a eclipsar al solsticio que los
romanos situaron el 25 de diciembre…, el día del “sol naciente”. ¿Qué más Sol
que JESÚS, el Hijo del Altísimo que elevaba su luz y su calor en la tierra de
los humanos? Y así quedó fijada una fecha clave…
¿De qué año? Y ahí se concentran las fechas importantes de
la historia universal, como reza el Martirologio romano y los diversos pregones
que han ido redactándose después. Y que vino a ser el AÑO PRIMERO de la era cristiana. [Que por uno de esos misterios
que se le escapan de los dedos a la ciencia, no es precisamente el año CERO
real, porque se da el caso jocoso de que –en el cómputo bien hecho- Jesús vino
a nacer 6 años antes del año CERO…, seis años “antes de Cristo”].
¿A qué hora? También aquí se espiritualiza el momento
incomprobable del nacimiento de Jesús. Porque la “la hora” viene enmarcada por
un dicho del libro de la sabiduría que se refiere a otra cosa, pero que pudo
marco a esa piadosa creencia de la “medianoche”: Cuando un silencio profundo lo envolvía todo, y la noche –en su curso-
llegaba a la mitad de su carrera, tu
omnipotente Palabra vino desde su solio real de los cielos. De noche, a
la mitad, en el silencio profundo…, la PALABRA DE DIOS HECHA HOMBRE viene a
asentarse en la tierra. Y quedó la bella estampa de la medianoche.
Lugar: Palestina. Judea. Belén. Donde hay un pesebre (lo
que suscita un establo, una cuadra, un lugar de ganados.
Ahí tenemos a José y a María. Ahí, a la espera. ¿Y no
previnieron el nacimiento con la presencia de una comadrona? Todo se ha pensado
y la realidad es lo único que cuenta: que Jesús vino a nacer virginalmente, y
como bella y profundamente expresa el Catecismo de Astete: salió Jesús del claustro materno como el rayo del sol pasa por el
cristal, sin romperlo ni mancharlo.
Cuando esta medianoche próxima nos situemos ante el
pesebre, todas las elucubraciones habrán pasado a último plano porque lo que
tendremos delante es –nada menos- que Dios
ha abierto sus ojos en la tierra…, que el Hijo del Dios Altísimo es un Niño
recién nacido, impotente, infante, in-útil, que no puede valerse por sí mismo,
y que depende totalmente de las manos humanas y del cariño y delicadeza de unos
padres pobres, que no han tenido para dar un mejor alojamiento, pero que tienen
a Dios con ellos, y que ellos se han dejado llevar por Dios.
María abrazó al Niño durante un rato, dándole calor y mucho
amor, y que Jesús se sitió bien en los brazos de José… Que María lo envolvió en
los pañales que había traído, y que lo recostó en el pesebre, a modo de cuna,
que previamente ya habían mullido para que el Niño pudiera dormir felizmente
allí.
EL SACRAMENTO DEL ORDEN ( Continuación)
ResponderEliminarQuien cree reconocer la llamada de Dios al ministerio ordenado, debe someter humildemente su deseo a la autoridad de la Iglesia a la que corresponde la responsabilidad y el derecho de llamar a recibir este sacramento.Como toda gracia,el sacramento sòlo puede ser " recibido" como don inmerecido.
La decisión de que sólo los varones puedan recibir el orden sagrado no es ningún desprecio a la mujer.Ante Dios, varòn y mujer tienen la misma dignida, pero diferentes tareas y carismas.Nadie como ningún otro hombre en la Antigüedad, revalorizo a las mujeres,les concedió su amistad y las tomò bajo su protección.Habìa mujeres entre sus seguidores y Jesús valoraba mucho su fe. De hecho la primer testigo de su Resurrección fue una mujer, Marìa Magdalena.
Jesús vivió cèlibe y co ello quiso expresar su amor indiviso al Padre Dios.Asumir la forma de vida de Jesús y vivir en castidad " por el Reino de los Cielos" es desde tiemos de Jesús un signo de amor, de la entrega plena al Señor y de la total dispionibilidad para el servicio.
El CARÂTER INDELEBLE.-Como en el caso del Bautismo y de la Confirmación`esta participación en la misión de Cristo es concedida una vez para siempre.El sacramento del Orden confiere también un "carácter indeleble" y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado.
Zacarías, lleno del Espíritu Santo, ha explotado de gozo y le canta un himno de alabanza y de acción de gracias a Dios , salvador de su pueblo; celebra Dios que salvay, con una visión profética, declara la misión de Juan Bautista: preparar la entrada del Señor, luz que brilla en las tinieblas, sol que guiará nuestros pasos por caminos de paz. El Señor, ¡YA ESTÁ AQUÍ, ya viene a iluminar nuestras vidas...¡Explotemos de alegria, bendiciéndolo por todas las maravillas que ha obrado en nosotros!
ResponderEliminarESPERANDO A JESÙS.- Pienso en María, en estas horas previas al nacimiento de su Hijo.Siempre la vida de Marìa ha estado centrado en Jesús y singularmente lo està en esta víspera de su nacimiento¿ Còmo sería el recogimiento de su alma?.
ResponderEliminarAsí estuvo siempre, y así debemos aprender a estar nosotros, ¡tan dispersos y distraìdos por cosas que carecen de importancia!.Una sòla cosa es importante en nuestra vida:Jesùs, y cuànto a Èl se refiere..
La Virgen conserva y medita. Sabe de ese recogimiento interior en el que es posible valorar y guardar los acontecimientos , grandes y pequeños, de nuestra vida.En su intimidad, reina aquella armonía primitiva en la que el hombre fue creado.Su recogimiento interior fue constante. Su oración se fundìa con su misma vida, con el trabajo y la atención a los demás.Su silencio interior era riqueza,plenitud y contemplación.
Pidamos hoy a Marìa que nos ayude en ese recogimiento interior necesario para ver y tratar a Dios, muy cercano también a n.uestras vidas