Liturgia
A pocas fechas de celebrar el gran encuentro con de la humanidad con el
Mesías de Dios, hijo de María, la liturgia (Cantar 2, 8-14), nos presenta ese
momento en términos de ilusión de enamorados que juegan el juego de esconderse
para ser buscados, y el gozo del enamorado que finalmente encuentra al amado, a
quien se compara con la grácil figura del cervatillo que brinca por el monte.
El invierno ha pasado y asoma con todo su colorido una primavera que anuncia ya
la llegada del tan esperado Mesías.
En términos de realidad, la llegada de María a Aim Karín
provoca con sólo su saludo un terremoto de entusiasmo en Isabel, que tras el
velo del claustro materno, ya intuye y hasta siente la presencia del hijo de
María. Prorrumpe Isabel en alabanzas explosivas hacia María y hacia el fruto de
su vientre, y la misma Isabel queda llena del espíritu Santo que envuelve su
propio seno y el hijo de sus entrañas, que da saltos de gozo. Si en la primera
lectura atisbaba el enamorado a través de las celosías, aquí se hace patente a
través de esa presencia misteriosa que provoca todos los entusiasmos y los
efectos salvadores.
Dichosa María que ha creído, y que verá realizado en ella
cuanto le ha dicho el Señor. Tendrá pronto la dicha de ver directamente al
Mesías libertador.
RELATOS DE ADVIENTO
María y José se centran ya en ese viaje inminente que han
de emprender, todo caso que María se encuentra muy avanzada en su gestación.
Hay que preparar lo indispensable, pero eso indispensable no es tan poco,
puesto que han de pensar en un espacio de tiempo más amplio que el de ir y
volver, ya que si el niño nace en Belén y ha de ser presentado a Dios, será lo
lógico que ya permanezcan por aquellas latitudes hasta hacer esa presentación
ritual del primogénito en el Templo.
Habían de cargar sobra la borriquilla elementos de cocina,
ropas, algunos alimentos, los pañales y ropas del niño, los instrumentos de
trabajo de José (que necesitará ofrecer sus servicios para ayudarse en todo
aquel período de ausencia de su casa)…
Y un día, muy temprano, se disponen a la partida. José
ayuda a María a subir a la borriquilla, cierra su Casa, y emprenden el camino
llevando José las bridas de la cabalgadura. Y así hasta la encrucijada con la
calzada que atraviesa palestina de norte a sur y que –pese a todos los odios contra
el poder romano- pueden ahora aprovechar los viajeros palestinos.
María subió con las mujeres y José ató la borriquilla a la
carreta de los hombres e hicieron ese primer trayecto hasta el descanso que se deba
a los animales y a los viajeros, para desentumecer músculos y descansar de sus
horas primeras de viaje. Para José y María había sido más corto el trayecto
pero para quienes venían desde Cafarnaúm era ya muy larga la jornada.
Tanto José como María pusieron una nota de serena paz y
alegría, de visión providencial de la vida…, frente a los muchos y muy variados
y encontrados sentimientos de unos y otras que, al fin y al cabo, viajaban por
razones tan diversas, y no siempre festivas ni felices. El aire fresco que
representaban a aquellos viajeros que se les habían sumado en el camino era un
descanso para las conversaciones que traían y –que como suele suceder- cargan
las tintas sobre puntos negativos de la vida.
Encontrarse ahora con quienes tenían una visión de la vida
que ponía luces y que elevaba el tono y que hasta era capaz de descubrir la
parte positiva en medio de situaciones molestas y dolorosas, era realmente un
aire nuevo y reconfortante que a todos les hacía bien. Y casi que me hace
trasladarme a esos “viajes” de la vida diaria en los que se encuentra uno con
tantos escarabajos peloteros que parece que no ven más que el estiércol para “anidar”
allí sus pensamientos, en vez de poner auras luminosas de oxígeno limpio para aprenderá
enfocar la vida desde las luces que
hacen crecer y respirar a pleno pulmón. Y me gustaría mucho mas subirme allí
junto a José o a María para abrir esas rendijas de claridad que hagan entrar el
sol donde aparentemente solo habría sombras, y donde las cucarachas hacen su
agosto en las cloacas de sus percepciones primarias de las cosas. Quiero
encontrar la visión luminosa de los ojos limpios de María y José, que han sido
capaces de traducir cada suceso en una manera de sentir presente a Dios en sus
vidas y en su alrededor.
EL SACRAMENTO DE ORDEN (Continuación)
ResponderEliminarLa ordenación episcopal.-En la ordencaciòn episcopal se confiere a un PRESBÎTERO la plenitud del sacramento del Orden.Es ordenado como sucesor de los Apòstoles y entra en el colegio episcopal. Juntamente con los demás Obispos y con el Papa, es desde entonces responsable de toda la Iglesia .La Iglesia le encomienda las funciones de enseñar,santificar y gobernar.
El ministerio episcopal es el verdadero ministerio pastoral de la Iglesia, puesto que se remonta a los testigos primitivos de Jesús, los "Apòstoles" y continùa el ministerio pastoral de los Apòstoles instituìdo por Cristo.
También el Papa es un Obispo, pero el primero entre ellos y la Cabeza del Colegio episcopal.
Un católico se siente vinculado a su Obispo; el Obispo es para èl vicario de Cristo. Además el Obispo , que juntamente con los Presbíteros y los Diàconos, sus colaboradores ordenados, ejercen el ministerio pastorak visible y el fundamento de la Iglesia local (diócesis).
María es portadora de alegría; es para la Iglesia el modelo más perfecto de una evangelización gozosa; es una verdadera creyente que nos lleva a Jesús, es la puerta que nos anuncia la llegada del Salvador del mundo.Busquemos a María para ayudar a España, Ella es la Patrona, junto con Santiago, creamos profundamente en Dios y oremos con insistencia para que el Mesías que esperamos salve al país de una situación irreligiosa que parece inminente.
ResponderEliminarTengamos confianza en el Corazón de Cristo.Él tiene en sus manos el timón que nos llevará a puerto seguro.Pero no podemos dormirnos"Vigilad y orad.."nos dice.
ResponderEliminarTengamos confianza en el Corazón de Cristo.Él tiene en sus manos el timón que nos llevará a puerto seguro.Pero no podemos dormirnos"Vigilad y orad.."nos dice.
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