NAZARET: ORACIÓN
Soy consciente de la sensación
que puede dar que se aborden temas de los que no hay ningún dato concreto,
porque cualquiera llegaría legítimamente a pensar que –a propósito de Nazaret-
hago una teorización doctrinal sobre un tema como la Oración, o la Fe. Cualquier
otro de los que se pretendan imaginar en la vida de la sagrada Familia de Nazaret.
Y sin embargo creo tan legítimo hacerlo
si aporto algún fundamento evangélico para justificar mi aparente pura disquisición.
Y puedo partir –de entrada- de datos
reales. José o María era una pareja de
novios, con promesa formal de matrimonio, que ya los tenía comprometidos a una
vida de nuevo hogar, al modo natural y normal de toda pareja judía. Y en esto
que la Oración trae unas novedades tan fuertes que aquello cambia de la noche a
la mañana. La oración de María le lleva
a una comunicación de Dios tan directa y comprometedora como la tenida en ese
instante de la anunciación…, de que Dios ha contado con ella para realizar una
obra tan especial como la entrada en el mundo del Mesías, Hijo del Altísimo. Y ahí la oración se convierte en compromiso y
el compromiso en un cambio de rumbo de 180 grados. ESO ES ORACIÓN: porque no se
queda en piedades y rezos sino va directamente al núcleo mismo de la vida.
José,
igualmente, sueña con su hogar, con sus hijos, su esposa… Y de pronto LA ORACIÓN
de un hombre justo le cambia todos los planteamientos, y se encuentra ante un
misterio incomprensible…, pero que es misterio de Dios. Y ahí se van por alto sus proyectos humanos.
ESO ES ORACIÓN Se va a Dios para escucharlo
y obedecerle, aunque más de una vez hay que dejar a un lado todos los “sueños”
del YO.
Jesús,
contra toda normalidad en una familia judía, se mantiene en su casa paterna 30
años… Sin moverse, sin hacer planes, sin tomar postura. Hasta que un día, ve llegado
el momento de salir en dirección a… De
momento a un bautismo de conversión…,
un movimiento espiritual que ha iniciado Juan en el Jordán. Luego llegará la voz de Dios que concreta adónde
ha de encaminar su existencia… ESO ES ORACIÓN: a la escucha, en la búsqueda, en
la obediencia a Dios.
Ahora,
desde esas bases reales, intentaré adentrarme
en el tema de la ORACIÓN de la Sagrada Familia, a sabiendas de que es entrar en
un sancta sanctorum de los cristianos que creen en la oración. Es como
entrar en el corazón mismo de aquella casa y aquellas personas, cuyo sentido en
la vida no puede entenderse más que desde la ORACIÓN. Podemos ir más lejos: es llegar a adentrarse
en el mismo misterio de Dios, pues la Oración es un don de Dios, y ponerse en
contacto con la vida de oración de Nazaret es tocar fondo en esa “debilidad
de Dios” que es la de dejarse ser tocado en la oración.
Estamos
hablando, pues, de una ORACIÓN que llega a TOCAR A DIOS. Estamos hablando de cualquier modo de oración
que sea un ponerse en contacto con Dios y dejarse modificar por Dios, que se
hace presente en la verdadera oración.
La primera
oración de un judío era un rezo matinal.
Pero hablando de la Sagrada Familia -José y María, al principio; luego
se irá incorporando Jesús-, hablamos -inicialmente- de rezo..., pero de qué REZO..., de qué manera de rezar...
Por la tarde
se repetía el tiempo de orar, en esa hora de final de las labores, cuando ya se
pone todo el día en brazos de Dios, en quien confían y a quien le han dedicado
el día entero.
José y María,
a partir de un momento oportuno, subían al Niño con ellos, le explicaban
infantilmente lo que ellos iban a hacer, y le decían a Jesús: También Yavéh te oye a ti; dile cosas tuyas,
y repítele: ¡Qué bueno es el Dios de
Israel!
No hablamos
de José y María repitiendo Salmos y oraciones como papagayos. Hablamos de una Familia que sube a su azotea,
mirando hacia la dirección del Templo de Jerusalén y yendo ya en recogimiento
del alma, porque van a estar mirando a Dios, presente en el Templo bajo diversos
signos...
Más aún:
ellos saben que Dios, más que en los objetos sagrados del Santuario, es un Dios
que está allí donde un alma se pone en actitud de contacto y relación con Él.
Por
consiguiente, Jesús y María y José, suben a la azotea y se sitúan, por decirlo
así, más cerca del Cielo, en intimidad del corazón con Dios. Y van a
rezar, sí, los Salmos que debían rezarse cada mañana...; y las oraciones y bendiciones que
correspondían, y que todo judío sabía de memoria. Pero que para ellos no era un ejercicio de
memoria sino un hablar del corazón.
Seguramente
ya los podemos imaginar en su misma postura exterior, sabiéndose ante
Dios y escuchados por Dios, y ellos en súplica o alabanza o adoración o
gratitud..., hacia Dios. Y los tenemos
que imaginar con el corazón muy abierto, el alma ilusionada, el rendimiento de
todo su querer y poder y saber en la voluntad del Dios de Israel, ..., porque
sólo buscan a Dios.
Y no están
allí para cumplir una devoción sino para un dejar a Dios actuar en sus
vidas...; para un ponerse ellos más disponibles a Dios. Para que aquellos
Salmos y oraciones que rezaban, fueran la expresión de sus más íntimos
sentimientos..., y -en definitiva- del amor que tenían a Dios en el fondo más profundo
de sus corazones.
Oraban no
para cumplir..., no desde una especie de superstición (como si
pudiera pasarles algo o perder algo si no oraban aquello)... Oraban no de pura costumbre, no por
promesa... Aquella familia oraba. Y casi bastaría decirlo así. Era una
necesidad de su alma; una respiración, un oxígeno. Porque es distinto rezar
pronunciando frases ya hechas, y ORAR,
dejando que esas “frases” tomen vida…, se vayan haciendo personales…, y hasta
–de pronto- espontáneas.
Un pueblecito alemán,que quedó práticamente destruido durante la segunda guerra mundial,tenía en una iglesia un crucifijo,muy antiguo del que las gentes del lugar eran muy devotas.Cuando iniciaron la reconstrucción de la iglesia los campesinos encontraron esa magnífica talla,sin brazos entre los escombros.No sabían muy bien qué hacer:unos eran partidarios de colocar el mismo crucifijo,(era muy antiguo y de gran valor)restaurado con unos brazos nuevos;a otros les parecía mejor encargar una réplica del antiguo.Por fin,después de muchas deliberaciones,decidieron colocar la talla que siempre había presidido el retablo,tal como había sido hallada,pero con la siguiente inscripción:MIS BRAZOS SOIS VOSOTROS...Así se puede contemplar hoy sobre el altar.
ResponderEliminarSomos los brazos de Dios en el mundo.Si todos los hijos de la Iglesia fuéramos misioneros incansables del Evangelio,brotaría una nuava floración de santidad y de renovación en este mundo sediento de amor y de verdad.
padre que descubrimiento mas conpgraciasleto de la Oraciòn ..
ResponderEliminarMe encanta la expresión que utiliza de la Oración, cuando habla de ella como de un "tocar a Dios", y un "ser tocado por Dios". A veces, buscamos en la oración más el encuentro con nosotros mismos que el encuentro con Dios; confundimos una serenidad, sosiego "terapéutico" con el encuentro con un Dios que "remueve". Como bien dice, la oración es un don de Dios, un regalo que El nos hace para desde la intimidad gozar del Amor. Pero carecería de sentido, una oración que se queda en ese encuentro, si sólo convertimos de ella un encuentro gozoso que tiene su principio y fin en El, pues entiendo que lo que complace al Señor es que esa oración se haga viva en la cotidianidad de nuestras vidas. Que el Señor y María nos ayuden.
ResponderEliminarIlustre P. Cantero (con todo respeto, porque Vd. sin duda merece el título más que yo, me refiero a sus textos del pasado viernes 11 y al comentario que me dirige allí):
ResponderEliminarNo es mi intención mantener ni diálogos ni enemistades con nadie, sino llamar la atención sobre afirmaciones que tal vez no produzcan desazón en almas sencillas pero sí moldean sus creencias de forma singular. Aunque reconozco que su reflexión de hoy es bastante más consistente que las anteriores sobre la vida en Nazaret.
¿Por qué ese miedo a inquietar? Jesús se pasó la vida (y dos milenios más) desazonando: “No penséis que he venido para traer paz a la tierra" (Mateo 10:34-36). La desazón puede ser un buen motor, tal vez un imprescindible motor, para la buena salud de la fe. Probablemente, la fe de María creció (desde niña hasta que fué elevada al cielo) tanto por el amor como por las dudas y la inquietud que le inspiraba su hijo (cf. La pertinence de la foi de Marie dans les textes de l’Église, Eugène Adingra, S.M.).
En el mismo orden de cosas, analice bien lo que digo: no critico su contemplación (es Vd. muy dueño de contemplar lo que quiera, y como quiera). Lo que critico es su docencia. No estoy en contra de la contemplación, sino de la manipulación (aunque sea inconsciente) de las personas; y de la utilización de la emotividad de esas personas para conducirlas hacia (o mantenerlas en) un conveniente tradicionalismo institucional. No diré hacia un pietismo decadente, por su naturaleza protestante (Francke et alt., en Halle y Wittenberg, ya sabe). Pero es posible que fuera mejor ayudar a esas personas a desarrollar su capacidad autónoma de reflexión hacia una fe bien podada y madurada.
Y permítame, aunque no tenga mucha importancia: comprendo que para Vd. pueda ser una catarsis, pero no es riguroso referirse a temas personales que Vd. o yo podemos haber vivido o no haber vivido. Vd. sabe que la casuística nunca es válida como argumento. Le reitero mi respeto pero, para lo que nos ocupa, tan irrelevante es si yo pasé hambre o no durante una postguerra, como el uso de las tortazas de harina que se hacían en su casa. No es pertinente considerar si mi familia era más o menos verdadera que la suya. Tal vez no, o tal vez sí. No es el tema. El tema es no inducir a confundir a María con la niña prodigio del Protoevangelio (Santiago), o con la dispensadora de pañales del extracanónico árabe sobre la infancia. Es Vd., no yo, quien cita la vejez y la acaramelada vara de nardos de José. Si mira bien, verá que sobre temas históricos o de contexto procuro no afirmar, sino interrogar y poner en duda. Porque fácilmente los contextos pueden deformar los temas esenciales a los que acompañan, y es imperdonable utilizarlos de manera interesada.
Permítame también declinar su amable ofrecimiento de email. No se trata de un diálogo entre Vd. y yo, sino de la calidad de la relación docencia-aprendizaje entre Vd. y sus lectores. En tanto Vd. exponga 'on line' y sus lectores comenten 'on line', esa relación es pública. Hago uso de la opción de opinar sobre ella porque el blog ofrece esa opción; y hago uso del anonimato por que el blog lo permite. Y porque no pienso como Vd. que un rostro dé más valor a lo que se dice; al contrario, a mí me parece preferible cuestionar siempre el magisterio antes de aceptarlo, haciendo abstracción de su procedencia. Y ésto no está reñido ni con la humildad ni con el deseo de aprender. Me interesan más los mensajes que los mensajeros. Por el dicho aquel (que Vd. seguramente ya conoce): cuando un dedo señala a las estrellas, hay quien mira a las estrellas, y hay quien mira al dedo.
Estimado anónimo:
EliminarEn ciertos casos el revelar la identidad puede ser muy aconsejable, porque si no, da la sensación de que no lo hace y se esconde para emitir sus opiniones, y eso da lugar a la confusión de los lectores, que no saben con quien se están topando, y sería muy bueno saber si está cerca o lejos. ¿Sabe lo de aquello del lobo vestido de oveja?
. Estamos en el año de la fe. Un poco de valentía a la hora de expresarse públicamente sería deseable.
Por otro lado, en mi opinión al leer su comentario a bote pronto me diera la sensación de que usted no se está dirigiendo a los sencillos, porque usa un vocabulario a veces demasiado técnico. Pareciera más bien una conversación entre doctores de la Ley que de alguien que busca evangelizar o aportar luz a los demás.
Quisiera añadir, que no se muy bien lo que quiere decir con su frase, "prefiero cuestionar el magisterio antes de aceptarlo".
El Magisterio de la Iglesia no es para cuestionarse, sino para aprender de el. Punto. Los que cuestionan tanto, me preocupan bastante y me gustaría saber si el que cuestiona tanto está cerco o lejos de mi, no vaya a ser que aparente ser un fiel católico y en su interior sea un cuestionador del Magisterio. Hoy no necesitamos tanto cuestionamiento, sino ser un poco más fieles a la Santa Madre Iglesia y al Evangelio.
Si cree que alguien no es fiel al Magisterio de la Iglesia, expóngalo, de lo contrario, si se trata de una cuestión de gusto de un modo de exponer algo que tiene por fin algo bueno, si yo fuera administrador del blog, no permitiría que su comentario apareciera en el blog, para no escandalizar a nadie o sembrar cizañas. Afortunadamente, no soy administrador del blog.
Un cordial saludo.
Señor anónimo,yo pienso que usted en vez mirar las estrellas,está mirando su dedo.
ResponderEliminarEl Señor Anónimo de las 8'13 puede ser intelectual. Pero con su explicación no puedo yo orar. Con las contemplaciones del P. Cantero oro yo y estamos orando muchos. Pertenezco a comunidad de matrimonios y estamos encontrando tema estupendo para reflexión de grupo. Y pienso que las "tortazas" de la explicación que aportó él, no era un tema "personal" cuanto ilustración muy viva de que no son sentimentalismos sino realidades que entiende quien las ha vivido. Y ¿por qué detalles como los escritos en la contemplación no van a ser muy útiles para quienes comprendemos las cosas más llanamente, porque ayuda a sentir la fe desde la sencillez? Me está ayudando mucho a bajar del pedestal de lo que uno concibe el evangelio como fórmulas intocables. Creo que es todo lo contrario de lo que Vd ha dicho con aire depectivo de "lo antiguo".
ResponderEliminarSEÑOR ANÓNIMO.Después de leer atentamente toda su literatura, le aconsejaría que meditara profundamente estas palabras de Jesús: "YO TE ALABO, PADRE, SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA, PORQUE HAS OCULTADO ESTAS COSAS A LOS SABIOS Y PRUDENTES Y LAS HAS REVELADO A LOS PEQUEÑOS. / SÍ, PADRE,PORQUE ASÍ LO HAS QUERIDO. tODAS LAS COSAS ME HAN SIDO ENTREGADAS POR MI PADRE, Y NADIE CONOCE AL HIJO SINO EL PADRE, Y NADIE CONOCE AL PADRE SINO EL HIJO Y 'AQUEL A QUIEN EL HIJO QUIERA REVELÁRSELO'./ VENID A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁIS FATIGADOS Y SOBRECARGADOS, QUE YO OS ALIVIARÉ. TOMAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS Y 'APRENDED DE MÍ' QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN Y ENCONTRARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. PUES MI YUGO ES SUAVE Y MI CARGA LIGERA". (Mat. 11, 25-30).
ResponderEliminarQuerida Ana María, el señor anónimo como tu dices, no va a contestar, porque posiblemente ni siquiera ha leído nuestros comentarios. Y si los ha leído, es demasiado cobarde para desistir de su posición, y ser razonable.
EliminarTe felicito. La cita que has puesto, ilustra muy bien el asunto.
Conste que no estoy defendiendo al P. Cantero. El sabe defenderse bien sólo. Simplemente digo lo que pienso, tal y como soy.
EliminarGracias, Javier, por hacer alusión a mi texto, que, en realidad, eran solamente palabras de Jesús... la 2ª parte iba dirigida también a ti...y a todo aquel que necesitara escuchar esa LLAMADA del Señor...
EliminarSi te refieres a lo de manso y humilde de corazón...te agradezco el consejo...
Eliminarel anónimo ese que discrepó, era un cobarde, por eso no dio la cara. ¿Razón? Esconde su identidad para no comprometer SU APARIENCIA. Así puede disparar sin que le vean.
¡Ojo!. El Padre Cantero, nunca hubiera actuado como yo. No es su estilo.
Pero otros tampoco son capaces de llamar hipócrita a quien actúa hipócritamente para evitar tensiones, y ya ves Jesús... el no buscaba tensionar, sino que es que la verdad no se puede callar, y no le vas a dar encima una palmadita en la espalda al que lo hace mal. Y créeme...estamos capacitados para razonar...
A menudo me escriben persona para insultarme y decirme cosas horribles sobre mi fe. ¿Sabes lo que hago? Discierno, a unos les contesto de una forma y a otros de otra. Depende de lo que capte. Depende de lo que me sugiera el espíritu. Nunca respondo a mis atacantes con insultos, sino que trato de lanzarles una idea para que piensen.
Eso si, firmeza y crudeza cuando se necesite, que ya tendré tiempo de agachar la cabeza cuando eso sea útil y necesario. No hay problema con tragar de vez en cuando.